jueves, 24 de abril de 2014

LA ANTÁRTIDA

LA ANTÁRTIDA
DE MÁLAGA A LA VICTORIA. Capítulo XXI
(Viaje virtual de Málaga a La Victoria, (Córdoba) a través de los polos, por los Meridianos 4º O y 176º E).



He llegado a la Antártida al comienzo del invierno austral. El invierno aquí, en la Antártida comienza en marzo y dura hasta pasado septiembre. Durante esos 6 meses el Sol desaparece del horizonte y la noche es permanente.
Imitando a Toni Polo me introduzco en la Base Científica Neumayer III para disfrutar de sus cómodas instalaciones y de esta forma poder sobrevivir a las inclemencias del tiempo, imposibles de soportar por un ser humano en el exterior. Él, Toni Polo, en su visita a la Neumayer II tuvo menos comodidades pero seguro que no lo notó, pues pienso yo, que fue compensado con la satisfacción de haber conseguido un reportaje fantástico, al alcance de pocos reporteros.  
La Antártida es el lugar de La Tierra negado totalmente a la existencia de vida dentro de  su territorio. Salvo la nieve, no hay alimento alguno para ningún ser. Ningún ser, ya sea animal o vegetal podría vivir  aquí de forma espontánea. Solo a partir de las costas que la rodean es posible el alimento (que lógicamente está en el mar), para los seres que la pueblan. Esta circunstancia hace pensar y preguntarse:  "Si el ser humano no puede vivir autónomamente en algunos lugares de La Tierra, como es el caso de La Antártida, ¿cómo es posible que aspire a hacerlo fuera de nuestro planeta?" No quiero pecar de "listo" pero pienso que estamos condenados, o, para ser menos dramático: destinados, o, "modelados" para vivir y morir en nuestro mundo terrestre; que pensándolo bien, no es nada desagradable si sabemos valorarlo y respetarlo.

La Antártida en su blanca soledad

 Este continente, que hasta hace poco, yo creía que era un mar helado; con 14 millones de km2, es el cuarto continente en extensión de La Tierra, después de Asia, África y América, y, por encima de Europa y Oceanía.
      
Tiene forma casi circular, con un diámetro de 4.500 km en la que sobresale una angosta península en forma de “S” proyectada hacia el océano austral de Sudamérica. Es el continente más elevado  del planeta, con una altitud promedio de 2.500 msnm. Alberga más del 80% del agua dulce del Planeta. El máximo espesor registrado es de 4.776 msnm, sobre algunos lugares de la estructura rocosa del continente. El punto más alto es el macizo Vinson, con 4.900 msnm, situado a unos 1.200 km del Polo Sur.
Vista del Macizo Vinson en la Antártida

El extremo norte de La Antártida se encuentra a solo unos 1.000 km al sudeste de América, mientras que las costas más cercanas a África son de 3.800 km; de Tasmania a 2.500 km; de Australia a 3.135; y de Nueva Zelanda a 2.200 km.

 La población humana de todo el continente está formada por entre 1.000 y 4.000 residentes temporales, que corresponden a los científicos que trabajan en las bases de investigación.
¿Cuanto costará a los respectivos países la construcción y  conservación de estas infraestructuras y el mantenimiento y cuidado del personal adscrito a ellas? Con esta reflexión no trato de decir que sean prescindibles. Todo lo contrario; soy de la opinión de que el ser humano está hecho para investigar. En lo que sí me afirmo es que sin apoyo,  sin ayuda organizada, de forma autónoma; no podríamos vivir en lugares similares a La Antártida, y mucho menos si estos lugares pertenecen a otros planetas.


Astronauta pisando La Luna.
¿"Qué hace un ser humano como tú en un lugar como ese"?
La Antártida es un desierto nival. Las precipitaciones de lluvia, en este caso, de nieve, son quizás más escasas que las del desierto del Sahara, sin embargo, como quedan congeladas al instante, a través de los siglos, milenios y, tal vez millones de años, se han ido acumulando y por ello, acapara esa ingente cantidad del 80% del agua dulce de la Tierra. Si los demás continentes actuasen como la Atlántida, el problema del agua no existiría en el Planeta. ¡Claro está, existirían  otros!
El espesor promedio de hielo que cubre el Continente Antártico es de unos 2.500 m. El máximo espesor registrado es de casi 5 km.

Victoriano Orts Cobos.
(Re)visado el día 21 de noviembre de 2016.
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El Polo Sur de Inaccesibilidad se ubica en la Antártida, relativamente cerca del Polo Sur geográfico. Este Polo de Inaccesibilidad es el más inaccesible de todos los del planeta Tierra y se ubica en la coordenadas (82°58′S 54°40′E). A una altura de 3718 msnm, en sus adyacencias se ha ubicado la base rusa Vostok.

Conocido también como sexto continente, es, si se toma el nivel superficial sobre el nivel del mar actual promedio de su inlandsis, el continente más elevado de la Tierra, con una altitud promedio de 2000 msnm. Alberga alrededor del 80 % del agua dulce del planeta. Es también el continente con el promedio de humedad más bajo de la Tierra y el de temperatura promedio más baja.

Indlandsis

(Redirigido desde «Inlandsis»)
Un indlandsis (< danés, "hielo interior"), calota de hielo o capa de hielo o desierto polar es un
 territorio cubierto de hielos de dimensiones continentales que forma parte de los casquetes polares
 de la Tierra. Se localizan en latitudes extremas con una extensión convencional de más de 50 000 km².
En otros tiempos geológicos cubrían extensiones mayores, pero en la actualidad sólo cubren la 
En ciertas zonas, el manto glaciar supera ampliamente los límites del continente, formando extensas 
barreras de hielo permanente sobre las grandes bahías del Océano Glaciar Antártico. Las más
Parte de la Antártida se encuentra cubierta por un gigantesco indlandsis; el espesor promedio del hielo
 que cubre el continente es de 2500 m; el máximo espesor registrado es de 4776 m, en la Cuenca
 Astrolabio de la Tierra Adelia (69°54′S 135°12′E), lo que equivale a casi 5 km de hielo sobre algunos
 lugares de la estructura rocosa de la Antártida. Al indlandsis o casquete glaciar de la Antártida
corresponde aproximadamente el 90% de la criósfera del planeta Tierra.

wikipedia

jueves, 17 de abril de 2014

BASES ALEMANAS NEUMAYER II, Y III.


BASES ALEMANAS NEUMAYER II, Y III. C.G. 70º 40´S 8º 16´O.
DE MÁLAGA A LA VICTORIA. Capítulo XX
(Viaje virtual de Málaga a La Victoria, (Córdoba) a través de los polos, por los meridianos 4º O y 176º E).
EtapaXIV, de Isla Bouvet (Noruega), a Base Neumayer, (Alemania).
Base científica alemana Neumayer III.
Fotografía:es.wikipedia.or

Después de permanecer dos semanas en la Isla Bouvet, acompañado de una prolífica colonia de pingüinos, he cruzado las aguas heladas del océano Antártico y, tras recorrer más de 1.600 km, me encuentro en "la puerta norte de La Antártida, en el Territorio de la Reina Maud, a algo más de 2.000 km del Polo Sur Geográfico.

Frente a mí, a solo unos cientos de metros, sobre hielo apoyado  en tierra firme antártica,  un precioso  edificio blanco en forma rectangular, abrazado por sus lados con lineas rojas y azules, alegra mis sentidos: Estoy ante la Base Alemana Neumayer III.  
De los más de 40  países que tienen plataformas científicas permanentes en La Antártida, la que está situada casi en mi camino,  desviada a sólo 4º 16´O de longitud, es la plataforma Neumayer III. Ninguna otra está tan cerca. Por ejemplo, la española   Juan-Carlos I, está nada menos que en las C.G. 62º 39´S 60º 23´O. Esta base alemana ha sustituído a la Neumayer II, que dejó de operar en el año 2009. Aquí trabajan entre 9 y 11 científicos en invierno, y en verano pueden llegar a los 70 científicos. Su instalación es tan avanzada para  la comodidad del personal que en nada tiene que ver con su antecesora la Neumayer II.

He conseguido localizar dos documentos súper interesantes que no puedo resistirme a copiar y pegar en este capítulo. El primero es un reportaje de una página web del diario El País. “Antárticos La base Neumayer.” Su autor es Toni Polo y fue publicado en www.elpais.com (España) fechado el 25/03/2.007 dedicado a la Estación Neumaayer II. Este reportaje nos transporta a un mundo bajo el hielo en un habitáculo aprisionado, en el cual, un grupo de personas heroicamente disciplinadas son capaces de vivir y trabajar sin ver la luz del sol ni respirar el aire libre del exterior durante un tiempo que puede ser superior a un año.

  
El segundo, firmado por "Antárticos", se centra más sobre el tema de detallar los avances científicos que se desarrollan en la Base Neumayer III, y las comodidades de sus instalaciones para  hacer más cómoda la vida del personal que la habita.  

Yo voy  a permanecer en silencio y van a ser los autores de estos dos reportajes los protagonistas principales de este capítulo.
Creo firmemente que vale la pena dedicarles a ambos el tiempo de intensa lectura que les corresponden, aunque he de reconocer que el primero, el dedicado a La Base Neumayer II es el que más me ha impactado admirativamente.

V.O.C.

Base científica alemana Neumayer II

DOMINGO, MARZO 25, 2007


La Base Neumayer

 Ubicación de la base NeumayerUbicación de la Base Neumayer

Investigando bajo el hielo.
Reportaje de Toni Polo publicado en www.elpais.com (España)
25/03/2007

Entramos en la base alemana de Neumayer, de investigación puntera. La única completamente bajo el hielo de la Antártida. Durante meses, nueve científicos viven allí. Estudian los cambios que afectan al continente blanco y miden las amenazas al planeta.

Cuatro anchos tubos sobresalen del suelo helado en pleno desierto antártico; un puñado de cables cuelgan desordenados y se pierden en la blancura del ambiente; antenas aparentemente colocadas sin ton ni son permanecen vigilantes; una rampa siniestra se abre en el suelo. No hay más señales. Es todo cuanto se ve en la superficie del hielo de Neumayer, una base científica antártica dependiente del Alfred Wegener Institute (AWI) de Bremerhaven (Alemania), situada en Atka Bay, en la zona del mar de Weddell. Los tubos son los respiraderos de la estación; los cables, el contacto con la caseta meteorológica, a dos kilómetros hacia el interior; las antenas, la comunicación con la civilización; la rampa, la entrada de los vehículos pesados. La estación de investigación hierve de actividad dos metros más abajo, totalmente sepultada en el hielo.
En la base se espera la llegada del Polarstern, un buque rompehielos, auténtica joya de la ciencia oceanográfica alemana, que dos o tres veces al año, durante los meses del verano austral, entre diciembre y marzo, acude a Neumayer para abastecerla: grúas, motos de nieve, combustible, recambios de maquinaria, comida, bebida, ropa y nuevos científicos. Investigadores que analizarán durante esos meses cálidos, en los que la temperatura se acerca a los cero grados, aunque pocas veces los alcanza, todos los aspectos de la geofísica, la química del aire y la meteorología, las tres grandes áreas de estudio en las que Neumayer es puntera.
La bienvenida a los visitantes siempre es efusiva. Algunos de los habitantes permanentes de la estación se quedan 15 meses en los casi 3.000 metros cuadrados de la base, dispuestos en dos largas estructuras metálicas cilíndricas de 90 metros de largo por ocho de diámetro, conectadas por un pasillo más estrecho y por un tercer gran tubo en el que están aparcados los vehículos pesados, los contenedores, las motos de nieve.
Alrededor de estos ermitaños polares, siempre las mismas caras, las mismas voces, los mismos gestos. Por eso el recibimiento es casi una fiesta, pero efímera: "Tanta gente en un solo día nos altera un poco", reconoce un geofísico de la base. "Está bien, pero al ver sólo a ocho personas durante tanto tiempo, la llegada de nuevos científicos nos llega a agobiar enseguida".
A la base se accede subiendo unas escaleras que conducen a la cima de una de las torres metálicas que despuntan del hielo, a unos tres metros de altura. Está elevada porque, durante el invierno, el nivel del hielo aumenta y casi alcanza la puerta. Dentro de la base todo está perfectamente organizado. "En un espacio cerrado del que no tienes posibilidad de escapatoria, el orden es fundamental", comenta Covadonga Orejas, ecóloga especialista en bentos del Institut de les Ciències del Mar (ICM) de Barcelona, y visitante de la Neumayer. "El caos puede ser la perdición". Por eso un orden casi maniático impera en toda la base. En uno de los tubos que la componen se acumulan los dormitorios, lavabos y duchas, una de las dos centrales eléctricas, un almacén, los laboratorios de geofísica y de meteorología y el hospital, un quirófano preparado para realizar operaciones de consideración: "Aquí nadie puede atendernos y, en caso de accidente, hay que estar preparados", comenta Ursula Wilk, la médica que estuvo a cargo de Neumayer durante 15 meses hace dos años.
En la otra ala de la base es donde más conviven los estudiosos. Allí está la cocina, la acogedora sala de estar, un gimnasio, la administración, la sala de radio, un taller, otra central eléctrica y el fundidor de nieve, donde se remineraliza y potabiliza el agua de nieve, utilizándose tanto para las duchas como para beber, tras pasar por una serie de sistemas de esterilización.
En los últimos años, la tecnología ha cambiado la vida de los hibernantes. Lars, un telegrafista que estuvo nueve meses en Neumayer en 2000, con sólo 19 años, se quejaba amargamente de las condiciones de entonces: "A veces conseguimos conectar vía satélite con la televisión surafricana. Pero la mayoría del tiempo permanecemos incomunicados por la sombra electromagnética y las fuertes tormentas de iones, auroras australes". A pesar de que en los polos hay una actividad magnética mayor que en otras partes de la atmósfera, lo que puede provocar interferencias en los diversos aparatos de transmisión, actualmente, los científicos pueden conectarse permanentemente a Internet, ver películas en ordenadores portátiles con discos duros de 400 gigas y escuchar miles de canciones en un MP3.
Desde 1996, la base es mixta. Hasta entonces, los equipos de científicos los componían exclusivamente hombres. La mezcla de géneros no ha supuesto ningún problema. "La gente que viene aquí es elegida por un comité específico y tiene que superar unas pruebas físicas y, sobre todo, psicológicas", explica Ursula Wilk. "Tienes que venir muy mentalizado, porque un comportamiento que en tu casa te puede parecer una rutina, aquí se le puede hacer insoportable a alguien. Y si se envenena la convivencia, no hay escapatoria posible".
Todos los expedicionarios que viajan a la Antártida reciben un curso en el AWI concienciándolos de otra cuestión importante: el reciclaje. En Neumayer se recicla absolutamente todo. El Polarstern se lleva a Alemania cualquier resto, cualquier basura, hasta las heces de los científicos.
En su último viaje antes del invierno, el buque abandonará la Antártida hasta el año siguiente, dejando en la base a nueve personas: un médico, que hará las funciones de jefe de la base, dos meteorólogos, dos geofísicos, un ingeniero, un electricista, un radiotelegrafista y un cocinero. Hasta que el barco regrese, nueve meses después, su único contacto con la civilización será por radio, teléfono o correo electrónico. Se hará el silencio. "Todos tenemos la experiencia del silencio en la montaña", comentó en cierta ocasión la veterana bióloga Pepita Castellví, pionera de la investigación antártica española. "Pero es un silencio de rumor de hojas, de canto de pájaro, de murmullo de agua. En la Antártida, cuando no sopla el viento, reina el silencio cósmico. Crees haber ensordecido".
Las condiciones son severas. "Los dos meses de oscuridad, mayo y junio, son muy duros, aunque de vez en cuando disfrutamos de luces polares o de una maravillosa claridad de la Luna que nos permite salir", recuerda Uwe Kapieske, el médico que estuvo al frente de Neumayer durante 15 meses, entre 2003 y 2004. "Sin embargo, cuando apareció el Sol, aún permanecimos más tiempo encerrados, puesto que el viento nos impedía hasta asomarnos al exterior". Las ráfagas de más de 200 kilómetros por hora en pleno invierno hacen bajar la temperatura real mucho más de 50 grados bajo cero, y nublan completamente la visibilidad.
El viento es, precisamente, una de las causas que ha hecho de Neumayer una estación enterrada en un glaciar. En aquella zona, la tierra está a unos 200 metros bajo el hielo. "Hay dos opciones", comenta Josep Maria Gili, ecólogo marino del ICM: "O se construye sobre la superficie helada, expuesta a los vientos gélidos, o se sumerge en el hielo y se obtiene una temperatura siempre constante y gobernable". El resultado es un ejemplo de ingeniería: una obra equipada con la más moderna tecnología adaptada para vivir y trabajar durante todo el año, la única base antártica construida entera bajo el hielo.
Este hecho acarrea un problema: la estación está en continuo movimiento. Por un lado, la estructura, más oscura que la superficie, absorbe más calor y va derritiendo el hielo, hundiéndose constantemente; por otro, el corrimiento típico del glaciar provoca que no deje de desplazarse. Todo ello hace que la estructura aguante unos 15 años. La primera base, que rindió homenaje con su nombre al científico Georg von Neumayer (1826-1909), gran promotor de la investigación antártica alemana, data de 1981; 11 años más tarde se mudaron a otra recién construida, la que sigue ahora funcionando. En febrero de 2009 está previsto que la actividad científica se traslade a Neumayer III, una construcción en la que ya se trabaja. Como existe el compromiso de no abandonar nada, ni el tornillo más pequeño, en la Antártida, el desmantelamiento de Neumayer tiene que ser total y requiere una operación muy lenta que puede durar décadas.
En Neumayer coinciden dos grupos de científicos. Los permanentes y los pasajeros, que sólo se quedan un par de meses y, a menudo, fuera de la base, en el Polarstern o en sofisticadas tiendas de campaña adecuadas al frío.
Neumayer es una de las bases científicas permanentes que hay en la Antártida. Otras, sólo están operativas durante el verano. Pero nunca se había hecho tan necesario visitar de forma constante el continente más inexplorado del planeta como ahora. El cambio climático y las aceleradas transformaciones que está registrando la Tierra se perciben perfectamente en la Antártida: el retroceso del hielo, la mayor frecuencia de icebergs a la deriva, el declive de las poblaciones de krill y pingüinos, la invasión de algunas especies nuevas en los fondos de la Antártida crean incertidumbre respecto al futuro de este continente.
Neumayer es un centro de gran importancia en investigaciones relativas a la química del aire, a la meteorología y a la geofísica. Buena parte de esta investigación se realiza a través del hielo. Desde su formación, hace más de un millón de años, el hielo antártico ha atrapado precipitaciones, gases, moléculas y polvo que aportan incalculable información sobre las condiciones ambientales prehistóricas. La relación entre la concentración de CO2 atmosférico aprisionado en forma de burbujas y la temperatura de formación del hielo pone en evidencia el impacto del efecto invernadero. Se ha detectado a la perfección la explosión demográfica, el comienzo de la industrialización, el desarrollo del automóvil, los ensayos nucleares de hace medio siglo.
El estudio de la química del aire permite hacer un seguimiento del ozono y de las partículas de aerosol. La extrema pureza del aire de este lugar hace que estas partículas sean consideradas como punto de referencia de otros lugares del planeta. Estos especialistas, además, detectan contaminantes que lleguen desde el área civilizada a través del complejo sistema de corrientes de aire. Los geofísicos registran continuamente los cambios temporales del campo magnético de la Tierra, los movimientos de la plataforma del hielo y la localización de terremotos. Los meteorólogos han creado un observatorio diseñado para hacer un seguimiento detallado de los cambios de la radiación solar a lo largo de los años; buscan y anotan las perturbaciones, la intensidad y la frecuencia de las tormentas, los mínimos y máximos de temperatura... "Es un trabajo que hay que hacer durante todo el año y sólo se puede llevar a cabo desde allí", explica Matias Bender, un geofísico alemán que ha vivido dos veces la experiencia invernal antártica en Neumayer. "Tenemos instalados sensores permanentes en glaciares, globos con los que controlamos la capa de ozono, aparatos para todo tipo de mediciones".
En realidad, la tarea de los científicos hibernantes es muy rutinaria, aunque a veces tienen que lidiar con experimentos más originales. Bender tuvo en el año 2000 un cometido de verdadera responsabilidad que le llevó unas cuantas semanas en la base: "Fue una misión especial", recuerda. "Tenía que controlar una instalación de infrasonidos y ajustarla al nivel de la nieve. Las señales de entrada se procesarían a través de un monitor y se almacenarían. Estas señales se transmitían directamente desde la Antártida por satélite a Viena, donde se encuentran las autoridades internacionales de la energía atómica. A ese centro llegaban también otras señales procedentes de diversas estaciones de medición, de forma que los especialistas de Austria podían, tras una valoración, saber exactamente dónde se efectuaban pruebas con armas atómicas".
Más relevancia geoestratégica: las corrientes de aguas profundas, las que hacen mover los océanos, se recargan en un 80% en el norte del mar de Weddell, donde se halla Neumayer. Cualquier alteración en este sistema puede afectar a todo el mundo: elevación de la temperatura del agua, deshielos, aumento del nivel del mar.
Además, la atmósfera de la Antártida tiene un interés específico debido a la dinámica de los vientos y a que éstos circulan en áreas extremadamente secas (llueve tan poco como en el Sáhara), lo que crea un anticiclón casi permanente en medio del continente responsable de las bajísimas temperaturas (el récord se midió en 1983 en la base rusa de Vostok: -89,3 grados centígrados), que convierten el territorio en un auténtico desierto helado.
Por otro lado, al ser un área tan inexplorada, los organismos que viven en la Antártida han sufrido muy pocos cambios provocados por el ser humano. Una reciente hipótesis desarrollada por el equipo del ecólogo marino Josep Maria Gili considera que la fauna del mar de Wedell puede ser un reducto de organismos desarrollados en el cretácico (hace entre 146 y 65 millones de años). Esos organismos, al encontrarse bajo el hielo, estaban acostumbrados a unas condiciones de vida muy duras marcadas por largos periodos de falta de alimento y luz solar, y bajas temperaturas.
Ya ha llegado marzo; vuelve el invierno a Neumayer, y con él reina de nuevo el silencio cósmico. Nadie se percatará de que, a dos o tres metros bajo el hielo y a miles de kilómetros de la civilización, nueve científicos y personal de mantenimiento trabajan por mantener el equilibrio climático del planeta.


Ver más información en:
http://simonc.f2o.org/south/archives/000151.php
http://www.awi.de/en/infrastructure/stations/neumayer_station/


antárticos

Noticias y Comentarios de interés para los Amigos de la Antártida

SÁBADO, FEBRERO 21, 2009


Neumayer III: Alemania inaugura su nueva base científica


Neumayer III: luz científica en noche antártica
publicado en dw-world.de
20.02.2009

La estación científica alemana en la Antártica, la Neumayer III, se inaugura. Sus científicos levantan datos, miden gases de efecto invernadero, observan ballenas.. Todo el año, también durante el invierno polar.
La Neumayer III representa para los investigadores que la habitan un lujo inusitado. La vida de topos que tenían en la tubular Neumayer II llega a su fin. Durante los últimos 15 años, la Neumayer II fue hundiéndose paulatinamente en el hielo y la nieve; a 12 metros bajo la superficie se encuentra ahora y el que llegue a ser aplastada como una lata de refresco por las enormes masas gélidas es sólo una cuestión de tiempo. De su original forma elíptica, nada queda; los tubos están achatados y doblados como bananas.
Que la Neumayer II acabe como aplastada como una lata bajo la nieve es cuestión de tiempo. Se supone que la Neumayer III hará frente a las masas de hielo sobre y no, como su antecesora, bajo la superficie. Por un lado es más agradable para el personal, que verá al fin la luz del día; por otro, el contrato prevé que todo lo que sea llevado a este frágil ecosistema tendrá que ser retirado. Nada puede quedar ahí, ni basura, ni aparatos, tampoco piezas. Para lograrlo se ha construido con tecnología nueva: la estación, que pesa unas 2300 toneladas, está colocada sobre 16 grandes pilares, que pueden ser elevados hidráulicamente.
Saad el Naggar, físico del Instituto Alfred Wegener para Investigación Polar y Marína en Bremerhaven cuenta que “lo especial de esta estación es que crece con la nieve. Podemos elevarlo un metro por año”.

Más cara, más cómoda
Saad el Naggar -uno de los padres de Neumayer III y encargado de acompañar el proceso de construcción- explica que la esperanza la nueva estación resistirá entre 25 y 30 años; el límite de la anterior eran 15. “Aunque la nueva ha costado el doble que la tubular anterior, ahora contamos con el doble de superficie aprovechable”, comenta.

Construcción de Neumayer III
15 dormitorios hay en la estación, doce laboratorios, oficinas y espacio destinado para la vida personal de los científicos. Cuentan con bibliotecas, un cine, un bar, un gimnasio y una sauna. Se trata de que aguanten el invierno, y este término significa ahí -en el Ekstrom Ice Shelf donde está emplazada- una oscuridad permanente, temperaturas de hasta -50 grados centígrados y tormentas.
Andreas Nitschke, ingeniero que planificó la estación, explica: “En la Neumayer III se ha considerado todo eso, porque en invierno no se puede abandonar la estación. Afuera está oscuro, es noche antártica, la velocidad del viento es tan alta y las temperaturas son tan bajas que uno sólo puede salir un instante. Por eso hay que tener ocupaciones, pues en ese tiempo también el trabajo científico disminuye”.

Entre 9 y 11 científicos pasan el invierno en la estación, en el verano llegan a ser 60. Neumayer III está compuesta por muchos contenedores individuales que llegaron –completamente equipados- por barco desde Ciudad del Cabo. Alrededor de ellos, una pared metálica de 120 mm pintada de rojo, azul y blanco, los cubre y protege.
En lo científico se continuará lo que se ha hecho hasta ahora: los investigadores recogerán datos meteorológicos y climáticos, mediarán campos magnéticos terráqueos, monitorearán la concentración de emisiones relevantes para el clima y observarán asistidos por tecnología submarina a la fauna polar también durante la profunda noche antártica.


Ver más
Post 2007 de Antárticos: La Base Neumayer
Descripción del AWI, de toda la estación Neumayer III
Germany’s Antarctic Neumayer Station III starts scientific operation. IPY official info
Web Cam Neumayer III

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    jueves, 10 de abril de 2014

    OCÉANO ANTÁRTICO
    DE MÁLAGA A LA VICTORIA. Capítulo XIX.
    (Viaje virtual de Málaga a la Victoria, (Córdoba) a través de los polos, por los Meridianos 4º O y 176º E).


    Desde que comencé este viaje virtual todo el recorrido hasta el día de hoy,  salvo el correspondiente a África Occidental, lo he hecho a través del océano Atlántico. (Incluyo las aguas del Mar Mediterráneo).
    Los océanos, al contrario que los continentes, forman un cuerpo compacto y homogéneo, con lo cual, es imposible distinguir una frontera física. Por tal motivo, si todos los océanos están unidos, podríamos llamarlos Océano Único del Globo Terráqueo. Pero bueno, no divaguemos, y aceptemos  que son cinco.
    El océano Antártico es una extensión de agua cuya existencia se reconoce desde las costas de la Antártida hasta los 60º Sur, límite convencional con el océano Atlántico, el océano Índico y el océano Pacífico. Es el penúltimo en extensión, siendo solo el océano Ártico, aún más pequeño; bueno, yo diría, menos grande, porque llamar pequeño a un océano podría calificarse como una barbaridad lingüística.
    El océano Antártico rodea completamente la Antártida y junto al océano Ártico son los únicos en circundar la Tierra de forma completa. Tiene una superficie de 20.327 km2 . La tierra firme es visible sobre el océano Antártico en 17.968 km de costa. En invierno el océano se hiela hasta los 65º Sur en dirección del Pacífico y hasta los 55º en dirección del Atlántico.
    La banquisa  que se forma en torno al Continente Antártico es de alrededor de un metro de profundidad. Posee un volumen cuyo mínimo es de 2,6 millones de km2  en marzo; hasta un mínimo de 18,8 millones de km 2     en septiembre, un aumento de más de siete veces.
    La corriente circumpolar Antártica, de 21.000 km de largo se mueve eternamente hacia el Este. Es la corriente más grande del mundo y transporta 130 millones de m3/s, cien veces más que todos los ríos de la Tierra juntos, Las olas pueden ser muy altas. Los icebergs antárticos pueden poseer dimensiones importantes, extendiéndose por kilómetros y constituyen un peligro para la navegación.
    El punto más profundo del Antártico se encuentra en el extremo meridional de la fosa de las islas Sandwich de Sur y alcanza los 7.235 m de profundidad.
    Los recursos naturales del océano Antártico no han sido explotados aún, se cree que posee grandes yacimientos petrolíferos, gas natural, magnesio…

    Mcmurdo y Palmer son dos de los pocos puntos de anclaje que existen a lo largo de la Antártida. En las zonas más australes el hielo impide el anclaje y la mayor parte de los puertos son utilizables solo en la estación cálida. Alguno de estos puertos necesitan una nave rompehielos incluso en verano.
    La mayor parte de los puertos antárticos son utilizados por las bases de investigación gubernamentales y no están abiertos a naves comerciales salvo en caso de emergencia. Los barcos que se encuentren al sur de los 60º de latitud pueden ser objeto de inspección por parte de los oficiales que se encargan de hacer respetar el Tratado Antártico.
    La mayor cantidad de islas que baña el océano Antártico están situadas en el hemisferio oeste. Practicamente entre los meridianos 44º O en Las Orcadas del Sur y la costa este de la Península Antártica.

    Relación de islas más importantes del océano Antártico:
    Isla Laurie……………….60º 45´S 44º 37´O. Archipiélago de las Orcadas.
    Isla  Coronación………....60º 37´S 45º 35´O. Archipiélago de las Orcadas.
    Isla Berkner……………...79º 30´S 47º 30´O.
    Isla Elefante……………...61º 07´S  55º 00´O. Archipiélago de las Shetland del Sur.
    Isla Joinville……………...63º 15´S 55º 45´O.  Archjipiélago de Joinville.
    Isla James Roos………....64º 10´S 57º 45´ O.  
    Isla Rey Jorge….……......62º 23´S 59º 07´ O.Archipiélago de las Shetland del Sur.
    Isla Livingston...................62º 37´S 60º 27´O. Archipiélago de las Shetland del Sur. (1)
    Isla decepción...................62º 58´S 60º 40´O.  Archipiélago de las Shetland del Sur. (1)
    Isla Alejandro I……….....70º 40´S 70º 30´ O.
    Isla Thurston………….....72º 06´S 99º 00´O.
    Isla Roosvelt……………79º 25´S 162º 00´ O.
    Isla Ross………………..77º 40´S 168º 00´ O.
    Isla Balleny……………..66º 55´S 163º 45´ E.
    (1) La Bases Antárticas Juan Carlos I y, Gabriel de Castilla se encuentran en las islas Livingston y Decepción.

    Ninguna de las islas del océano Antártico están, ni creo que  hayan estado nunca, habitadas por nativos. Solo en aquellas en las que hay plataformas científicas hay personal que periódicamente es relevado.

    Victoriano Orts Cobos.
    (Re)visado el día 19 de noviembre de 2016.
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    Los glaciares e inlandsis antárticos que se han extendido y flotan sobre la superficie del océano han formado un amplio sistema de mesetas (o barreras) de hielo. Pedazos de estas mesetas que están conectadas a los glaciares en tierras firme se rompen y forman campos de hielo y témpanos de hielo (o iceberg). Debido al calentamiento global algunas de estas masivas mesetas se están derritiendo, contribuyendo a la subida del nivel superficial

    Fondo oceánico[editar]


    Fondo marino junto al hielo en el océano Antártico.
    El océano Antártico, con una profundidad generalmente comprendida entre los 4.000 y 5.000 metros, es un océano profundo con pocas zonas estrechas de aguas poco profundas. La plataforma continental antártica es estrecha y relativamente profunda con respecto a las otras: de los 400 a los 800 metros, contra una media mundial de 133 metros. La mayor parte del fondo oceánico está cubierta por depósitos de origen glacial, excavados sobre el terreno helado y posteriormente trasladados al mar
    El punto más profundo del océano se encuentra en el extremo meridional de la fosa de las Sandwich del Sur y alcanza 7.235 m de profundidad.




    KRILL
    Los eufausiáceos (Euphausiacea) son un orden de crustáceos malacostráceos conocidos genéricamente como kril; son parecidos externamente a los camarones, de unos 3 a 5 cm de longitud, muy abundantes en todas las aguas que circundan el Continente Austral. Es alimento fundamental de numerosas especies antárticas, como los misticetos. Una rotura en la cadena alimenticia, de la cual el kril forma parte, podría tener consecuencias catastróficas en términos ecológicos. Es pues, un elemento estratégico en la biología antártica, constituyendo quizá uno de los eslabones más importantes de la red 

    WIKIPEDIA.

    jueves, 3 de abril de 2014

    ISLA BOUVET



    ISLA  BOUVET
    C. G. 54º 26´ S. 3º 24 E.
    DE MÁLAGA A LA VICTORIA. Capítulo XVIII.
    (Viaje virtual de Málaga a La Victoria, (Córdoba) a través de A  los polos, por los Meridianos 4º O y 176º E).
    Etapa XIII, de Isla Gough (R.Unido.) a Isla Bouvet (Noruega)

    Fantástica y maravillosa imagen de la diminuta isla Bouvet en el centro de tres continentes y cuatro océanos. 




    Conforme bajo hacia el sur,  el tiempo  que se disfrutaba desde  el Ecuador hasta el Trópico de Capricornio, C.G.23º 27´ S, se va complicando, y ya, al llegar a la latitud del archipiélago de Tristán de Acuña los fríos se intensifican de tal forma que el hielo   se hace presente  durante  el invierno en las montañas de las islas; en este caso, en la   montaña de la isla Tristán de Acuña cuyo volcán de más de 2.000 m, ocupa prácticamente todo el territorio. 
    Después de visitar la Isla de Gough sigo mi camino,  acercándome cada vez más al Polo Sur; bajando ¡nada menos! que  14º 07´S: 1,500 km, hasta situarme en la   latitud  correspondiente a la Isla Bouvet y  desviándome  7º 24´ E de longitud, para llegar a su territorio.

    .

    Isla Bouvet
    La isla Bouvet es un territorio de 49 km2, cubierto de hielo y deshabitado, del Atlántico Sur, dependiente de Noruega, y localizado a 1.600 km de La Antártida y a 2.500 km  al sur del  Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica. El centro de la isla es un cráter lleno de hielo de un volcán inactivo. La  altitud mayor es el Pico Olavtoppen de 780 m.

    Isla Bouvet vista desde el aire 

    La isla es casi circular. Su longitud perimetral es de 29,6 km. Un par de km al sureste de la isla asoma el islote Larsoya. El 93% del  territorio está cubierto por glaciares que bloquean las costas sur y este.  Se trata de la isla más aislada del mundo, ya que no hay ni tierra ni islas en 1.600 km. A esa distancia de 1.600 km se encuentra La Tierra de la Reina Maud, en la Antártida, que también está deshabitada. Las tierras habitadas más cercanas son: Tristán de Acuña a 2.260 km, y Sudáfrica, a 2.580 km de distancia.

    La Isla Bouvet no tiene puertos naturales, por lo que es difícil para una embarcación la aproximación a tierra. La forma más fácil para acceder a la isla es por helicóptero desde un barco. Los glaciares forman una gruesa capa de hielo que cae constantemente desde los altos acantilados en las negras playas de arena volcánica. Los 29,6 km de costa están por lo general rodeados de hielo. Por su clima extremo y el terreno congelado, la vegetación se limita a líquenes y musgos. La fauna de la isla contiene aves marinas y pingüinos.
    Pigoscelis Antártica: (Pingüino bajito de cara marcada)

     Fue avistada por primera vez en 1.739 por una expedición a bordo del Aigle cuyo capitán era el francés Baptiste Charles Bouvet de Lozier. La isla es el punto firme más aislado del Planeta

    Construcción de las primera cabaña en la isla Bouvet en 1929 por Noruega.

    A unos 150 km, al noreste  de la isla Bouvet, se ha supuesto la existencia de la fantástica isla Thompson
    La isla Thompson es una isla fantasma supuesta en el Océano Atlántico  Sur, entre Sudáfrica y la Antártida. Se ha considerado su ubicación a unos 150 km al noreste de la isla Bouvet, que pertenece a Noruega desde 1927.

    A Pesar de ser una isla deshabitada, esta isla posee un dominio de nivel superior geográfico propio en Internet, aunque no es usado.
    Ha habido algunas expediciones de radioaficionados que han acudido a esta remota isla. (Las señales de comunicación en la isla comientzan por 3 Y).
    La Isla Bouvet pertenece a la zona horaria UTC2: Santa Helena/Atlántico.



    CURIOSIDADES
    El libro “La piel Fría” (“la pell Freda en catalán”) de Albert Sánchez, se ha inspirado supuestamente en esta isla Bouvet, para el escenario en que transcurre la acción del libro.

    En la isla Bouvet se desarrolla la trama de la película “Aliens V.S. Predator”, de Paul W S. Anderson. “Es el entorno más hostil de la Tierra y probablemente lo más cercano a una superficie extraterrestre que se pueda imaginar”, justificó el director, Paul W. S. Anderson,  que además buscaba un lugar donde    pudiese ocurrir cualquier cosa sin que quedara evidencia ni recuerdo. (Diario SUR de Málaga, página 68 del 22/10/2012).

    Victoriano Orts Cobos.
    (Re)visado el día 17 de noviembre de 2016.
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    FRAGMENTO CORRESPONDIENTE A LA ISLA BOUVET, DEL REPORTAGE "LEJOS DE TODO". DE CARLOS BENITO.

    Por algo a nadie se le había ocurrido establecerse en ese lugar. En la isla de Bouvet, al sur del Atlántico, ni siquiera hay militares: se suele considerar el trozo de tierra más aislado del planeta, fuera de todas las rutas, y la verdad es que no parece un pedazo muy apetecible. Su descubridor, el navegante francés Jean-Baptiste Charles Bouvet de Lozier, se limitó a bautizar la península que había avistado con el sonoro nombre de Cabo de la Circuncisión, y después apuntó mal la ubicación en sus libros. La principal baza para la popularidad de Bouvet, dependencia noruega desde 1930, es que allí se desarrolla la trama de la película ‘Alien vs. Predator’. «Es el entorno más hostil de la Tierra y probablemente lo más cercano a una superficie extraterrestre que se pueda imaginar», justificó el director, Paul W. S. Anderson, que además buscaba un lugar donde pudiese ocurrir cualquier cosa sin que quedara evidencia ni recuerdo. Si ahora mismo hubiese varios alienígenas reptilianos bailoteando encima de Bouvet, seguramente ni siquiera llegaríamos a enterarnos.


    Bouvet son 49 kilómetros cuadrados cubiertos de hielo, con acantilados que miran hoscamente al mar y algunas playas de arena volcánica. Pero, cómo no, algunas personas han visitado la isla porque sí, porque al fin y al cabo está ahí. «Es como un icono para los viajeros extremos», se emociona el estadounidense Jeff Shea, que forma parte de ese puñado de tipos que han estado en todas partes: basta decir que, a los dos años, su hija Lani ya había pasado por 105 países de todos los continentes. Por supuesto, Jeff ha estado en Bouvet: «¿El motivo? Ir a un lugar así te sobrecoge. El viaje es asombroso en sí mismo, pasas junto a enormes icebergs en el Antártico. Y la isla es fascinante, austera, imponente: allí no hay nadie que pueda ayudarte».
    CARLOS BENITO. 22/10/2O12. DIARIO SUR, MÁLAGA.
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