ROSALÍA DE CASTRO
(1837-1885)
MUJERES POETAS. VI
Con la impresión en mi blog
del prólogo de “Cantares Gallegos” y el poema
“Castellanos de Castilla” quiero rendir homenaje a esta mujer que quiso
tanto a su Galicia natal y supo defenderla con el arma de la palabra escrita.
V.O. C.
Fotografía:eswikipedia.org |
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PRÓLOGO
Gran atrevimiento es, sin
duda, para un pobre ingenio como el que me tocó en suerte, dar a la luz un
libro cuyas páginas debían estar llenas de sol, de armonía y de aquella
naturalidad que unida a una honda ternura, a un arrullo incesante de palabritas
mimosas y sentidas, constituyen la mayor belleza de nuestros cantos populares.
A la poesía gallega, toda música y vaguedad, toda quejas, suspiros y dulces
sonrisitas, murmurando unas veces con los vientos misteriosos de los bosques,
brillando otras con el rayo de sol que cae sereno por sobre las aguas de un río
abundoso y grave que corre bajo las
ramas de los sauces en flor, cumplíale para ser cantada un espíritu sublime y
cristalino, si así lo podemos decir; una inspiración fecunda como la vegetación
que hermosea esta privilegiada tierra nuestra y sobre todo un sentimiento
delicado y penetrante para dar a conocer tantas bellezas de primer orden, tanto
fugitivo rayo de hermosura como se desprende de cada costumbre, de cada
pensamiento escapado a este pueblo al que muchos llaman estúpido y al que
quizás juzguen insensible, extraño a la divina poesía. Nadie menos que yo tiene
las grandes cualidades que son precisas para llevar a cabo obra tan difícil, aunque
nadie tampoco se pudo hallar animado de un mejor deseo para cantar las bellezas
de nuestra tierra en ese dialecto suave
y mimoso que quieren hacer bárbaro quienes no saben que aventaja a las demás
lenguas en dulzura y armonía. Por esto, aun encontrándome débil de fuerzas, y
sin haber aprendido en más escuela que
en la de nuestros pobres aldeanos, guiada sólo por aquellos cantares, aquellas
palabras cariñosas y aquellos giros nunca olvidados que tan dulcemente
resonaron en mis oídos desde la cuna y que fueron recogidos por mi corazón como
herencia propia, me atreví a escribir estos cantares esforzándome por dar a
conocer cómo algunas de nuestras poéticas costumbres conservan todavía cierta frescura patriarcal y
primitiva y cómo nuestro dulce y sonoro dialecto es tan idóneo como el que más
para cualquier clase de versificación.
Cierto que mis fuerzas quedaron muy por debajo de lo
que alcanzaran mis deseos, y por eso, comprendiendo cuanto podría hacer en esto
un gran poeta, me duelo más aún de mi insuficiencia. El libro de los cantares,
de don Antonio de Trueba, que me inspirara y diera aliento para llevar a cabo
mi trabajo, pasa por mi cabeza como un remordimiento, y casi asoman las
lágrimas a mis ojos al pensar cómo se alzaría Galicia hasta el lugar que le
corresponde si un poeta como Antón el de los <> fuera el
destinado para dar a conocer sus bellezas y sus costumbres. Pero mi infeliz
patria, tan desventurada en esto como en todo lo demás, tiene que contentarse
con unas páginas frías e insulsas, que apenas serian dignas de acercarse desde
lejos a las puertas del Parnaso como no fuera por el noble sentimiento que las
creó. ¡Que esto mismo me sirva de disculpa ante quienes justamente critiquen
mis faltas, pues pienso que quien se esfuerza por desvanecer los errores que
manchan y ofenden injustamente a su patria es acreedora de alguna indulgencia!
Canciones, lágrimas, quejas,
suspiros, atardeceres, romerías, paisajes, dehesas, pinares, soledades, riberas,
costumbres, todo aquello, en fin, que por su forma y colorido es digno de ser
cantado, todo lo que tuvo un eco, una voz,
un rumor por leve que fuese que llegase a conmoverme, todo esto me
atreví a cantar en este humilde libro para decir una vez siquiera, aunque sea
torpemente, a los que sin razón ni conocimiento alguno nos desprecian, que
nuestra tierra es digna de alabanzas, y que nuestra lengua no es aquella que
bastardean y chapurrean torpemente en las más ilustradísimas provincias con una
risa de mofa que, a decir verdad (por más que ésta sea dura), demuestra la más
crasa ignorancia y la más imperdonable injusticia que puede hacer una provincia
a otra provincia hermana por pobre que ésta sea. Pero lo más triste en esta
cuestión es la falsedad con que fuera de aquí pintan tanto a los hijos de
Galicia como a Galicia misma, a la que generalmente juzgan lo más despreciable
y feo de España cuando acaso sea lo más hermoso y digno de alabanza.
No quiero herir con esto la
susceptibilidad de nadie, aunque, a decir verdad, bien pudiera perdonársele
este pequeño desahogo a quien tan herida fue de todos. Yo que atravesé
repetidas veces aquellas soledades de Castilla que dan idea del desierto: yo
que recorrí la feraz Extremadura y la extensa Mancha, donde el sol cae a plomo
alumbrando monótonos campos en que el color de la paja seca presta un tono
cansado a paisaje que rinde y entristece el espíritu, sin una yerbecilla que
distraiga la mirada que va a perderse en un cielo sin nubes, tan igual y tan aburrido
como la tierra que cubre; yo que visité los celebrados alrededores de Alicante,
donde los olivos con su verde oscuro, sembrados en hilera y de trecho en trecho
parecen llorar de verse solitarios, y vi aquella famosa huerta de Murcia, tan
nombrada y tan alabada, y que, cansada y monótona como el resto de aquel país,
muestra su vegetación como paisajes pintados sobre un cartón con árboles
puestos simétricamente y en caminitos para diversión para los niños, no puedo
por menos que indignarme cuando los hijos de esas provincias que Dios favoreció
en abundancia pero no en belleza de campos, se burlan de esta Galicia
competidora en clima y galanura con los países más encantadores de la tierra,
esta Galicia donde todo es espontáneo en la naturaleza y en donde la mano del
hombre cede su puesto a la mano de Dios.
Lagos, cascadas, torrentes,
vegas floridas, valles, montañas, cielos azules
y serenos como los de Italia; horizontes nublados y melancólicos, aunque
siempre hermosos, como los de Suiza, tan alabados; riberas apacibles y serenas,
cabos tempestuosos que aterran y admiran por su gigantesca y sorda cólera…
mares inmensos… ¿qué más diré? No hay pluma que pueda enumerar tanto encanto
reunido. La tierra cubierta en todas las estaciones de yerbecillas y de flores,
los montes llenos de pinos, de robles y sauces, los ligeros vientos que pasan,
las fuentes y los torrentes derramándose hirvientes y cristalinos, en verano y
en invierno, ya por los risueños campos, ya por profundas y sombrías hondonadas…
Galicia es siempre un jardín donde se respiran aromas puros, frescura y poesía…
Y a pesar de esto llega a tanto la fatuidad de los ignorantes, a tanto la
indigna preocupación que contra nuestra tierra existe, que incluso los mismos
que pudieron contemplar tanta hermosura (y no hablamos ya de los que se burlan
de nosotros sin habernos visto nunca ni siquiera de lejos, que son los más),
incluso los que penetraron en Galicia y gozaron de las delicias que ofrece, se
atrevieron a decir que Galicia era… ¡una cuadra inmunda…! Y estos eran quizás
hijos… ¡de esas tierras abrasadas de donde hasta los pajarillos huyen…! ¿Qué
diremos a esto? Nada sino que tales fatuidades respecto a nuestro país tienen
alguna comparación con la de los
franceses al hablar de sus eternas victorias ganadas a los españoles. España
nunca, nunca los venció; por el contrario, salió siempre vencida, derrotada,
humillada, y lo más triste de todo es que <> entre ellos tan
infame mentira como <> para la seca Castilla, para la
desierta Mancha, y para todas las demás provincias de España –ninguna comparable en verdadera belleza de
paisaje con la nuestra- que Galicia es
el rincón más despreciable de la tierra. Bien dicen que todo está en este mundo
bien compensado, y viene así a sufrir
España de una nación vecina que siempre le ofendió, la misma injusticia que
ella, más culpable todavía, comete con un a provincia humillada de la que nunca
se acordara como no fuera para humillarla aún más. Mucho siento las injusticias
con que nos favorecen los franceses, pero en este momento casi les estoy
agradecida, pues que me proporcionan medio de hacerle más palpable a España la
injusticia que ella a su vez comete con nosotros.
Fue éste el móvil principal
que me impelió a publicar este libro que, más que nadie, sé que necesita la
indulgencia de todos. Sin gramática ni reglas de ninguna clase, el lector
encontrará muchas veces faltas de ortografía, giros que disonarán a los oídos
de un purista; para al menos disculpar en algo estos defectos, puse el mayor
cuidado en reproducir el verdadero espíritu de nuestro pueblo, y pienso que lo
conseguí algo… aunque de manera débil y floja. ¡Quiera el cielo que otro más
afortunado que yo pueda escribir con sus colores verdaderos los cuadros
encantadores que por aquí se encuentran incluso en el rincón más escondido y
olvidado, para que así, al menos en fama, ya no en provecho, gane y se vea con
respeto y admiración merecida esta infortunada Galicia.
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Castellanos de
Castilla,/ tratade ben ós gallegos:/ cando van, van como rosas;/ cando vén, vén
como negros…………………..4.
-Cando foi iba
sorrindo,/ cando veu, viña morrendo/ a luciña dos meus ollos,/ o amantiño do
meu peito…………………………8.
Aquel maís que
neve branco;/ aquel de doçuras cheyo,/ aquel por quen eu vivía/ e sin quen
vivir non quero……………..……..12.
Foi a Castilla por pan,/ e saramagos lle
deron;/ déronlle fel por bebida,/ peniñas por alimento…………………………...………..16.
Déronlle, en
fin, canto amargo/ ten a vida non seu seo…/ ¡Castellanos, castellanos,/ tendes
coraçon de ferro!..………………..20.
¡Ay!, no meu
corazonciño/ xa non pode haber contento,/ que está de dolor ferido,/ que está
de loito cuberto………………….24
Morreu aquel
que eu quería/ e para min n’hay
consuelo;:/solo hay para min, Castilla,/ a mala lei que che teño./…………………28.
Premita Dios,
castellanos,/ castellanos que aborreço,/
que antes os gqllegos morran/ que ir a pedirvos sustento…………….32
Pois tan mal
coraçón tendes,/ secos fillos do deserto,/ que si amargo pan vos ganan,/
dádesllo envuelto en veneno………….36.
Aló van,
malpocadiños,/ todos de esperanzas cheyos,/ e volven, ¡ay!, sin ventura,/ con
un caudal de despreços……………….40.
Van probes e
tornan probes,/ van sans e tornan enfermos,/ que anque eles son como rosas,/
tratádelos como negros…………44.
¡Castellanos
de Castilla,/ tendes coraçón de aceiro,/ alma como as penas dura,/ e sin
entrañas o peito!................................48.
En trós de
palla sentados,/ sin fundamentos, soberbios,/ pensás que os nosos filliños/
para serviros naceron…………………….52.
E nunca tan
torpe idea,/ tan criminal pensamento/ coupo en máis fátuas cabezas/ ni en máis
fátuos sentimentos………………...56-
Que Castilla e
castellanos,/ todos nun montón a eito,/ non valen o que unha herbiña/ destes nosos campos
frescos……….......60.
Solo peçoñosas
charcas/ detidas no ardente suelo,/ tés,Castilla, que humedezcan/ esos teus
labios dedentos………………..64.
Que o mar
deixoite olvidada/ e lonxe de ti correron/ as brandas auguas que traen/ de
prantas cen semilleiros……………………68
Nin arbres que
che den sombra,/ ni sombra que preste alentó…/ Llanura e sempre llanura,/
deserto e sempre deserto…/…..........72
Esto che
tocou, coitada,/ poe herencia no universo,/ ¡miserable! fanfarrona!.../ triste
herencia foi por certo………………..76.
En verdad non
hay, Castilla,/ nada como ti tan feyo,/ que inda mellor que Castilla/ Valera
decir infierno ……………………….80.
¿Porqué aló
foches meu ben?/ ¡Nunca tal houberas feito! ¡Trocar campiños frodidos/ por
tristes campos sin rego!..............84.
¡Trocar tan
craras fontiñas,/ ríos tan murmuradeiros/ por seco polvo que nunca/ mollan as
bágoas do ceo!.....................................88.
Mais, ¡ay!, de
onde a min te foches/ sin dor do meu sentimrento,/ y aló la vida che quitaron,/
aló a mortiña cher deron………….92.
Morreches, meu
queridiño,/ e para min n’hay consuelo,/ que onde antes te vía, agora/ xa solo
unha tomba vexo…………………..96.
Triste como a
mesma noite,/ farto de dolor o peito,/ Pídolle a Dios que me mate,/ porque xa
vivir non quero……………………..100.
Mais en tanto
non me mata,/ castellanos que aborreço,/ hei, para vergonza vosa,/ heivos de
cantar xemendo……………...104
¡Castellanos de Castilla,/ tratade ben ós gallegos;/ cando van
van como rosas;/ cando vén vén como negros!.................................108.
Castellanos de Castilla,/ tratad bien a los
gallegos;/ cuando van, van como rosas,/ cuando vuelven, como negros………………...4.
Cuando fue, iba sonriendo/ cuando regresó
muriendo,/ la clara luz de mis ojos,/ el amante de mi pecho……………………………..8.
Aquel más que nieve blanco,/aquel de dulzuras
lleno,/ aquel por quien yo vivía/ y quien sin vivir no quiero…………………………...12.
A Castilla fue a por pan/. Y jaramagos le
dieron;/ diéronle hiel por bebida,/guijarros por alimento………………………………...16.
Diéronle en fin cuanto amargo/ tiene la vida
en su seno…/ ¡Castellanos, castellanos,/ tenéis corazón de
hierro!...................................20.
¡Ay, ay, en mi corazón/ ya no puede haber
contento/ que está de dolor herido,/ que está de luto
cubierto!..........................................24.
Murió aquel a quien quería/ y para mí no hay
consuelo:/ sólo hay para mí, Castilla,/ la mala ley que te tengo………………………..28
Permita Dios, castellanos,/ castellanos que
aborrezco,/ que antes los gallegos mueran/ que ir a pediros sustento………………….32.
Tan mal corazón tenéis,/ secos hijos del
desierto,/ que si amargo pan os ganan/ lo dais envuelto en veneno……………………………36.
Allá van los desdichados/ todos de esperanzas
llenos,/ y vuelven ¡ay! sin ventura/ con un caudal de desprecios…………………….40.
Van pobres y vuelven pobres,/ van sanos,
vuelven enfermos/ que aunque ellos son como rosas/ los maltratáis como a
negros.44.
¡Castellanos de Castilla,/ tenéis el corazón
de acero,/ alma como peñas dura/ y sin entrañas el pecho!.................................................48.
En tronos de paja puestos,/ sin fundamento,
soberbios,/ pensáis que nuestros hijitos/ para serviros nacieron..……………………..52.
Y nunca tan torpe idea,/ tan criminal
pensamiento,/ cupo en cabezas más fatuas/ ni en más fatuos pensamientos…………………56
Que Castilla y castellanos,/ todos en montón
revueltos,/ no valen lo que una brizna/ de nuestros campos tan frescos…………………60.
Sólo ponzoñosas charcas/ sobre el ardoroso
suelo/ a duras penas refrescan/ esos tus labios sedientos…………………………..64
Que el mar te dejó olvidada/ y lejos de ti
corrieron/ las blandas aguas que traen/ de plantas cien semilleros…………………………68.
Ni árboles que den sombra,/ ni sombra que
preste aliento…Llanura y siempre llanura,/ desierto y siempre desierto…/…………….72..
Eso te tocó infeliz,/ por herencia de
universo,/ ¡miserable fanfarrona…! triste herencia fue por cierto…………………………………..76.
En verdad que no hay Castilla,/ nada como tú
tan feo,/ que mejor aún que Castilla/ valiera decir infierno……………………… ……80.
¿Por qué allá fuiste, mi bien?/ ¡Nunca tal
hubieras hecho!/ ¡Trocar campiñas floridas/ por tristes campos sin
riego!....................84.
Trocar tan claras fontanas,/ ríos tan
murmuraderos,/ por seco polvo que nunca/ mojan lágrimas del cielo………………………………88.
Más ¡ay!, que de mí te fuiste/ sin compasión
de mi afecto:/ la vida allí te quitaron/ y allí la muerte te dieron…………………………….92.
Moriste querido mío,/ y para mí no hay
consuelo,/ que donde antes te veía/ sólo una tumba veo……………………………………..96.
Tan triste como la noche,/ harto de dolor el
pecho,/ pídole a Dios que me mate/ porque vivir ya no quiero…………………………100.
Pero en tanto no me mata,/ castellanos que
aborrezco,/ he, para vergüenza vuestra,/ he de cantaros gimiendo……………..104
¡Castellanos de Castilla,/ tratad bien a los
gallegos;/ cuando van, van como rosas;/ cuando vuelven, como negros!......................108.
ROSALÍA
DE CASTRO.
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Copiado del libro de
poemas CANTARES GALLEGOS e impreso por
Victoriano Orts Cobos.
Málaga 21 de febrero de
2012.
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(R)evisado el día 11 de
agosto de 2016.