miércoles, 29 de noviembre de 2017

La EMA o lo que el 'procés' se llevó



La EMA o lo que el 'procés' se llevó

No faltarán quienes celebren el fracaso de las aspiraciones barcelonesas ni quienes minusvaloren la pérdida. Se trata, sin embargo, de un gran fracaso común barcelonés, catalán y español

Lo que el 'brexit' regalaba a Barcelona (la EMA), el 'procés' se lo llevó. Tal y como se aseguraba durante los días previos a la elección, Barcelona no será sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés). Ni siquiera pasó el primer corte.
Será la capital holandesa Ámsterdam la que albergará la joya de la corona de las agencias europeas que debían reubicarse, con motivo de la próxima salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Mucho tienen que agradecer los holandeses al 'procés' catalán, que enterró las opciones de la preferida incluso por los propios trabajadores de la Agencia. Cambiar Londres por Ámsterdam podrá no estar mal, pero ni punto de comparación a cambiarla por Barcelona. La ciudad de Gaudí ofrecía una belleza arquitectónica, horas de sol, playa e incluso un índice de precios, más que apetitosos para los ya acaudalados trabajadores de la Agencia. Era su preferida. Además la Agencia del Medicamento estaba en deuda con Barcelona. En su momento, la capital catalana compitió con Londres y una vez que Londres pasaba el testigo, parecía existir una cierta deuda para con Barcelona
¿Qué ha fallado? ¿Por qué no se ha saldado la deuda histórica con Barcelona? ¿Cómo es que si se trataba de una excelente oferta técnica y era la preferida de los trabajadores no ha resultado elegida? No cabe duda que han sido otros los factores decisivos. Dos de ellos deben subrayarse en rojo: la fragilidad de la diplomacia española de un tiempo a esta parte; pero sobre todo la pérdida de la EMA es consecuencia directa del 'procés' y de la inestabilidad política que se vive en Cataluña de un tiempo a esta parte.
De una parte, no podemos obviar que los éxitos diplomáticos de los últimos gobiernos españoles más allá del de haber convertido a España en Miembro no Permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas entre 2015 y 2016, brillan por su ausencia. La diplomacia pública y la política exterior hace tiempo que no son prioridad en este país. Pongámonos en comparación con un país de nuestro entorno político y cultural, al que hace no tanto, en palabras del presidente Zapatero aspirábamos a dar aquel famoso 'sorpasso': Italia. Muy claro queda que Rajoy poco tiene que ver con Iniesta ni con Isco. Pero mientras que nuestros futbolistas vienen siendo tradicionales pesadillas para las defensas italianas, a nuestro actual presidente se la cuelan en Europa por todas partes los transalpinos. Mario Draghi como presidente del Banco Central Europeo; Federica Mogherini como Alta Representante de la UE en Asuntos Exteriores y Política de Seguridad; Antonio Tajani como presidente del Parlamento Europeo. Tres a cero para Italia. Y podía haber sido peor, puesto que Milán acaba de tirar al poste, y sólo el sorteo final en beneficio de Ámsterdam ha evitado el cuarto gol por la escuadra. Eso sí, para consuelo de Rajoy, los italianos no estarán en la próxima Copa del Mundo de fútbol. Lo que verdaderamente importa.
De otra parte, bien es cierto que Mariano Rajoy no ha tenido mucha ayuda (por no decir todo lo contrario) del expresident Puigdemont, ni de la propia alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El conjunto del 'procés' ha pesado como una losa en las aspiraciones de Barcelona. Parecía harto complicado convencer al resto de los países de que el epicentro del 'show' del 'procés', podía generar certidumbre alguna, como sede de una agencia europea. En el marco del delirio, muchos dirigentes pretendieron retorcer la legalidad (en la más benévola de las interpretaciones), o directamente tomar el pelo a la ciudadanía catalana (en una lectura menos generosa). Cataluña independiente pero sin salir de la UE, o saliendo pero volviendo ipso-facto a través de una puerta giratoria o proceso ad-hoc, al margen de los Tratados Constitutivos de la UE. Con la EMA ya se trataba de rizar el rizo. Al parecer para los mentores del 'procés', también el mismo podía ser compatible con albergar una agencia europea, por mucho que jurídicamente resultase cristalino que una hipotética independencia de Cataluña suponía la salida de ese territorio fuera de la UE. Ya que la UE posee delegaciones exteriores, siempre podría experimentar y establecer también Agencias Ejecutivas fuera de su territorio, debieron entender aquellos, como parte de la ensoñación. Ni que decir tiene que el exilio del expresident Puigdemont en Bruselas «internacionalizando su conflicto» o acusando a la UE de falta de democracia por no hacerse eco de sus reivindicaciones; o las declaraciones de la alcaldesa Colau acerca de que la EMA no era del gusto de sus bases, terminaron por colocar a la candidatura barcelonesa al borde del precipicio y dentro del marco de la crónica de una muerte anunciada.
No faltarán nacionalistas españoles que celebren el fracaso de las aspiraciones barcelonesas, ni independentistas catalanes que minusvaloren la pérdida. Sin embargo, lo cierto es que se trata de un gran fracaso común barcelonés, catalán y español. La Agencia habría supuesto para Barcelona una plantilla de casi 900 personas con sus respectivas familias, un presupuesto de unos 320 millones de euros anuales y la tarea de evaluar y autorizar la comercialización en la UE de nuevos medicamentos. Todo ello habría redundado en el bienestar de barceloneses y catalanes, pero también en el del resto de los españoles. Tristemente eso ya no será posible. A la EMA se la llevó por delante (para siempre) el 'procés'.
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Publicado en Diario SUR el día 24/11/17
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 29 de noviembre de 2017.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Al volante hasta la puerta del Polo Norte





Las máquinas extienden la capa de grava en la carretera Inuvik-Tuktoyaktuk, la más septentrional de Canadá. / r. c.
Las máquinas extienden la capa de grava en la carretera Inuvik-Tuktoyaktuk, la más septentrional de Canadá. /R. C.

Canadá abre una carretera sobre el hielo perpetuo que se asoma al Ártico. Se suma a la carrera de Noruega y Rusia hacia el mar helado, cuyo fondo es rico en petróleo

ANTONIO CORBILLÓN
En Canadá hay un millón de kilómetros de carretera pero no eran suficientes para 'coser' un país de 10 millones de kilómetros cuadrados (equivalente a 20 Españas). No había manera de llegar al Océano Ártico por tierra desde el sur o el interior del país. Desde hace unos días los escasos mil vecinos que se asoman a las aguas heladas del mar de Beaufort en Tuktoyaktuk han dejado de pertenecer a uno de los pueblos más aislados del planeta. Es la culminación de un proyecto del que se empezó a hablar en los años 60 del siglo pasado, pero ni siquiera las promesas de que esta ruta permitiría al país explotar los 20.000 millones de barriles de crudo que se calcula que hay en su subsuelo lograron que avanzara hasta hace muy poco.
Ahora, el Gobierno de Canadá ha cumplido un compromiso gestado durante medio siglo con el último reducto en el norte de las tribus inuit. Su única conexión por tierra era la carretera de hielo que atravesaba esta tundra y unía Tuk (como llaman los indígenas al poblado) con Inuvik, 140 kilómetros hacia el interior. Una ruta para valientes que sólo estaba abierta de diciembre a abril, cuando el hielo alcanza un grosor de 2,5 metros y hasta los camiones de suministro de gas desafiaban a las grietas y se atrevían a cruzarla con sus ruedas de clavos. En primavera y verano, el tramo se convertía en una vía de agua impracticable.
Un gran esfuerzo de ingeniería que ha llevado cuatro años ha permitido abrir un paso de grava. Una carretera única, construida en condiciones casi imposibles. Se trabajó sólo en invierno, cuando el suelo estaba congelado, para evitar dañar el permafrost, la capa de hielo perpetuo. Cerca de 500 operarios, soportando temperaturas de hasta -30º C y viviendo a pie de obra, lograron asentar una capa de gravilla de entre 1,2 y 2,4 metros de grosor. Fue un desafío permanente que obligó a trabajar las 24 horas del día en los meses en que fue posible. «Cuando la gente mire atrás dentro de seis o siete años van a estar muy orgullosos de haber sido parte del proyecto», resumió su supervisor, Kevin McLeod. La infraestructura ha costado unos 250 millones de euros.
Quienes sin duda están esperanzados de que su vida se abra al mundo son ese millar de residentes en Tuk. Cada vez que querían un buen filete tenían que confiar en que el aeródromo local no estuviera cerrado por el temporal o, si era invierno, que alguien se decidiera a hacer los 280 kilómetros (ida y vuelta) hasta Inuvik para comprar. En el pueblo no hay hoteles ni tiendas.

Estraperlistas por necesidad

El aislamiento tenía un precio muy caro. Un estudio oficial calcula que se ahorrarán 1.200 euros por vecino al año en vituallas. La incomunicación había convertido al contrabando en el negocio más lucrativo de Tuk. Una 'ley seca' local prohíbe a los residentes acumular más de 48 latas de cerveza o dos litros de licor. Pero no evitaba que se llegaran a pagar varios cientos de dólares por una botella.
La que un día quiso ser la ruta del petróleo ha visto la luz después de que el presidente del país, Justin Trudeau, y su vecino del sur, entonces Barack Obama, acordaran una moratoria de cinco años para respetar esas bolsas de crudo y buscar otras fuentes energéticas.
En Tuktoyaktuk confían en que la nueva carretera les ayude a conquistar su propio futuro. «El Océano Ártico se va a vender a sí mismo. Necesitamos hoteles, garajes, parques, todo lo que viene con el turismo», explicó el exalcalde del pueblo Merven Gruben a una emisora regional.
Muchos residentes aún esperan que algún día el Gobierno se vea obligado a retomar la explotación del petróleo. También los ecologistas han puesto el foco en este nuevo zarpazo humano para conquistar el Ártico. La nueva carretera de dos carriles multiplicará las mil toneladas anuales de CO2 que emitían los vehículos en la antigua ruta helada. El océano de hielo es acosado en todos los frentes. El Gobierno de Noruega se sentará en el banquillo por abrir una ruta para explotar también el crudo en su zona de influencia. Y hace unas semanas, el buque cisterna ruso 'Christophe de Margerie' demostró que se puede atravesar de punta a punta rompiendo el hielo en apenas seis días y medio.
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Publicado en Diario SUR el día 20/11/17.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 27 de noviembre de 2017.


jueves, 23 de noviembre de 2017

Desde su 'exilio' en Bruselas, el señor Puigdemont, expresidente de la Generalitat, ha criticado duramente a las instituciones europeas y a sus responsables, preguntándose retóricamente: «¿Qué clase de Europa es ésta que no apoya la secesión de Catalunya?»
En efecto, la declaración unilateral de independencia no ha sido reconocida por ningún Estado de la Unión y la ruptura unilateral del ordenamiento constitucional de un Estado miembro ha recibido el rechazo explícito de los presidentes de las instituciones europeas, Consejo, Comisión y Parlamento. Se constata así que una Catalunya independiente, no solo quedaría fuera de la UE, sino que ni siquiera podría presentar una candidatura de adhesión, dado que no se dan ninguno de los supuestos contemplados en el Derecho Internacional Público para el reconocimiento como nuevo Estado.
Se comprende la decepción de Puigdemont, porque había asegurado a los catalanes que toda la comunidad internacional recibiría con los brazos abiertos a la nueva República catalana, ya que el derecho a la autodeterminación estaba plenamente reconocido en la Europa democrática, salvo en la España autoritaria y neo-franquista. Ahora se da de bruces con la realidad, y comprueba que no tiene más apoyo que el del partido nacionalista flamenco, situado muy a la derecha del espectro político europeo. Pero no debería sorprenderse, porque se lo habían advertido de todas las formas posibles. No tenía mas que leer las declaraciones de la Comisión Europea y el Comité de las Regiones para convencerse de esta realidad, en vez de repetir, junto con los Junqueras y Romevas de turno, que los catalanes no tenían que preocuparse porque, de una u otra manera, la Cataluña independiente seguiría estando en la Unión Europea.
Esta ha sido una de las grandes falsedades con las que se ha presentado el camino hacia una Arcadia feliz, apoyada por la comunidad internacional en nombre de un imaginado derecho incondicional a la autodeterminación de los pueblos. Y todos los gobiernos europeos han comprendido que la violación repetida de la Constitución, el propio Estatut de Autonomía de Catalunya y los reglamentos de su Parlamento haya hecho inevitable la aplicación del artículo 155 de la Constitución española, un precepto por cierto copiado casi literalmente del artículo 37 de la Ley Fundamental de la República Federal Alemana, aunque no fuese del gusto de nadie tener que hacerlo.
Además, el independentismo se ha posicionado abiertamente contra la propia literalidad del Tratado de la Unión Europea, con la violación, cuando menos, del respeto al imperio de la ley (artículo 2) y la amenaza a la integridad territorial de los Estados miembros (artículo 4.2). Que una hipotética nueva República catalana no tendría ninguna perspectiva europea es tan cierto como que el ataque contra la Constitución española ha sido certificado por la Comisión Europea y por los grupos mayoritarios del Parlamento Europeo durante el debate de su sesión plenaria del pasado 4 de octubre. Pero la cuestión no es solamente de tipo jurídico-legal o de interpretación de los Tratados, ni de los intereses estratégicos de los grandes Estados europeos. Es mucho más profunda, porque tiene que ver con los valores en los que se basa el proyecto europeo, cuyo objetivo fundamental es superar los antagonismos identitarios, construyendo identidades complejas y múltiples, en las que quepan distintos componentes.
Por ello, se equivocan los que pretenden que la secesión de Catalunya, aún siendo inconstitucional en el fondo y en la forma, y excluyente de la mitad de la población de Cataluña, tenga una inspiración y una aspiración europea, Por el contrario, el proyecto secesionista del nacionalismo catalán es profundamente antieuropeo en su propia concepción, por contravenir el espíritu del proyecto de integración europea, que nació, tras la última gran debacle, para poner fin a las guerras en Europa y que consiste precisamente en la construcción de un espacio político supranacional en el que los Estados-nación comparten la soberanía en clave federal, y actúan de acuerdo con el principio de solidaridad a través de políticas de cohesión. Como explicaba Joseph Weiler, reputado politólogo y experto en Derecho comunitario, en un artículo publicado en diciembre de 2012 en el 'European Journal of International Law', las razones aducidas para justificar la demanda de independencia son diametralmente contrarias al ethos histórico de la integración europea. Y que la visión de sus padres fundadores, Schumann, Adenauer, de Gasperi y Monnet, estaba basada en la superación de identidades antagónicas, de fronteras, de diferencias y de agravios, en vez de tener la mirada puesta atrás en la Historia.
Puede que no sean conscientes de ello, pero los planteamientos independentistas que Junqueras y Puigdemont presentan como la vocación europea de Catalunya son en realidad contrarios al espíritu, a los valores y al derecho de la Unión Europea. Esta se basa en la voluntad de construir una «unión» cada vez más estrecha entre sus pueblos y representa por tanto la integración frente a la fragmentación. Pero hay que reconocer que el resurgir de los viejos y nuevos egoísmos nacionales dificulta conseguir esos objetivos y que el problema no es solo de Catalunya, sino que afecta cada vez a más países europeos, porque las sociedades sufren transformaciones que debilitan la solidaridad si esta no se basa en la identificación nacionalista.
Por eso, el desafío independentista catalán no es solo una cuestión interna española. Es un asunto europeo en su esencia política. Y de cómo se resuelva depende el futuro del propio proyecto europeo. Si se permitiera que un orden constitucional democrático sea derribado al margen de sus normas y se alteren las fronteras establecidas en su día al precio de tanta sangre, en poco tiempo veremos el fin de la construcción europea, basado en la unidad, la solidaridad y el respeto a la ley.
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Publicado en Diario SUR el día 17/11/17.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 23 de noviembre de 2017. 

sábado, 18 de noviembre de 2017

Otra Tierra a la vuelta de la esquina



Recreación de Ross 128b con su estrella enana roja al fondo. :: ESO / M. Kornmesser/
Recreación de Ross 128b con su estrella enana roja al fondo. :: ESO / M. Kornmesser 

Descubren un mundo templado que podría albergar vida alrededor de una estrella situada a solo once años luz

LUIS ALFONSO GÁMEZ
El radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) captó el 12 de mayo una extraña señal de radio. Parecía inteligente y proceder de Ross 128, una estrella sin planetas conocidos situada a solo once años luz, en la constelación de Virgo. Al final, era una interferencia de un satélite artificial. Otra falsa alarma en la búsqueda de ET. Ahora un equipo liderado por Xavier Bonfils, del Instituto de Planetología y Astrofísica de Grenoble, ha descubierto cerca de esa misma estrella un mundo templado que podría albergar vida.
Los investigadores han detectado con el Harps, un instrumento del Observatorio Europeo Austral (ESO), un bamboleo en la estrella, achacable al tirón gravitatorio de un planeta del tamaño de la Tierra. El nuevo mundo, explican en la revista 'Astronomy & Astrophysics', completa una órbita alrededor de su estrella cada 9,9 días. Y se encuentra veinte veces más cerca de ella que la Tierra del Sol, pero, como Ross 128 es más fría, solo recibe 1,38 veces más radiación.

«Su temperatura superficial oscilará entre -60ºC y 20ºC. Así que puede haber agua líquida, algo imprescindible para la vida como la conocemos», indica María Rosa Zapatero, astrofísica del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC). Aunque el planeta templado más cercano a nosotros orbita Próxima Centauri -a solo a 4,2 años luz o-, el nuevo mundo, Ross 128 b, juega con ventaja en lo que a la vida se refiere. Próxima Centauri -también una enana roja- baña su entorno con ocasionales llamaradas de radiación ultravioleta letales para la vida. «Ross 128 es una enana roja bastante tranquila, muy poco activa», dice Zapatero. Eso significa que no emite esas fulguraciones mortales. «Y sabemos que, una vez que la vida surge, es muy difícil erradicarla», apunta la investigadora del CAB.
El próximo paso lo dará el futuro Telescopio Extremadamente Grande del ESO, que buscará biomarcadores -gases relacionados con la vida- en la atmósfera de Ross 128 b. Un planeta que está a la vuelta de la esquina desde el punto de vista cósmico, pero la sonda 'Juno', la nave humana más veloz, tardaría en llegar casi 45.000 años a unos impresionantes 265.000 kilómetros por hora.
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Publicado por Diario SUR el día 16/11/17.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 18 de noviembre de 2017.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

La sequía enmarrona España



La sequía enmarrona España

El Meteosat retrata el espectacular retroceso de la hierba en la península, un aviso de lo que puede pasar si no se frena el cambio climático

LUIS ALFONSO GÁMEZ
España es mucho menos verde que hace tres años por estas fechas. Mire las imágenes que acompañan esta información. La de la izquierda es del 31 de octubre de 2014, después de un año hidrológico –se llama así al periodo entre el 1 de octubre de un año y el 30 de septiembre del siguiente– ligeramente seco, con solo un 4% menos de precipitación que la media. La de al lado es del 31 de octubre pasado, después de un año hidrológico muy seco, con un 15% menos de precipitaciones. «Los tonos marrones revelan ausencia de vegetación. La diferencia salta a la vista», escribía la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Twitter como acompañamiento a las imágenes.
Elaborados a partir de información recogida por el Meteosat tanto en el infrarrojo como en luz visible, estos dos retratos de la península ibérica van más allá del preocupante estado de los embalses, actualmente al 37% de su capacidad. «No es que donde en 2014 había árboles ahora no los haya, sino que falta vegetación herbácea por la ausencia de lluvias», puntualizaba poco después la Aemet. «Las imágenes reflejan el índice de actividad fotosintética; es decir, la vegetación en desarrollo. En las zonas marrones no hay hierba. Las plantas herbáceas tienen un ciclo de vida corto, y las altas temperaturas y la falta de lluvia del inicio de este otoño han impedido que crezcan», explicaba ayer a este periódico Rubén del Campo, meteorólogo de la Aemet. Las herbábeas son más sensibles que los árboles a la falta de agua, ya que «sus raíces son menos profundas y, por lo tanto, dependen de la humedad de las primeras capas del suelo». Por eso son las primeras víctimas de una sequía como la que sufrimos.




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Índice de Vegetación: En estas dos imagenes comparamos el desarrollo de la vegetación a 31-10-2014 con el del 31-10-2017. Los tonos marrones revelan ausencia de vegetación. La diferencia salta a la vista.http://www.aemet.es/es/eltiempo/observacion/satelite/pderiv?opc2=veget 
Acabamos de vivir un octubre atípico. «La temperatura media ha estado 2,6 grados por encima de la media del mes. Ha sido el segundo octubre más cálido desde 1965, por detrás solo del de 2014, y el más seco en lo que llevamos de siglo». No sería raro que la cubierta vegetal se recuperara el próximo año, advierte Del Campo. Sin embargo, los escenarios a largo plazo que los científicos manejan sobre el cambio climático no son nada halagüeños para España. Un reciente informe del Ministerio de Medio Ambiente apunta que el 75% de la península corre el riesgo de convertirse en un desierto a finales de siglo como consecuencia del cambio climático.
«Los escenarios para elMediterráneo hablan de más olas de calor, episodios de sequía más prolongados y más lluvias torrenciales», enumera el científico de Aemet. La desaparición de las plantas herbáceas es la del primer frente de batalla contra la erosión del suelo y la desertificación. «Estos mapas hablan por sí solo de lo que está pasando», dice Del Campo.
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Publicado por Diario SUR el día 15/11/17.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 15 de noviembre de 2017.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

LOS GANADORES DEL PROCESO
Por DIEGO CARCEDO. Diario SUR 08/11/17.

Aunque las noticias sobre el conflicto catalán se suceden de manera trepidante, sin dejar tiempo para profundizar  en detalles que seguramente acabarán siendo interesantes cuando se repase y analice con atención todo lo que ha ocurrido, cómo ha ocurrido y por qué sigue ocurriendo lo que está ocurriendo. Hay una pregunta que, ante el absurdo de toda esta historia de caracteres carnavalescos, se formula sin respuesta en tantas y tantas conversaciones como de un tiempo a esta parte centran el problema: ¿quién ha ganado o gana con todo el desastre que se ha generado?
     Sabemos que hay muchos que pierden. De hecho todos los españoles, no solo los catalanes, sufrimos las consecuencias de este conflicto en el que el fundamentalismo secesionista nos ha metido. La alteración de la convivencia, que en Cataluña era buena y se ha envenenado,  es sin duda una de los males cotidianos que tendrán peor arreglo. Los daños causados a la economía, con la huida masiva de empresas, el aumento lógico del desempleo, la caída de los turistas y la productividad son daños más cuantificables, pero también de incidencia inmediata en el bienestar colectivo.
     Los trastornos afectan incluso a la estabilidad política de otros países, como Bélgica, amenazada siempre por cualquier chispa que  pueda reactivar el inconformismo intolerante de los flamencos, y la propia organización de la Comunidad Europea que ha sumado una más a sus preocupaciones y dificultades en el complejo reto de la integración. La aventura políticamente suicida y democráticamente condenable del soberanismo catalán es bastante probable que no llegue a nada serio ni que no pueda ser resuelto por los cauces de Estado de derecho, pero tardará en olvidarse y borrarse las huellas sociales, económicas y políticas que está dejando.
     Entones, ¿nadie está beneficiándose de alguna forma?, cabría preguntarse. Que alguien lo estará logrando de una forma u otra es lógico. Y Algún día se sabrá. Ahora mismo, el único ganador que conocemos jugada tras jugada es la CUP, el pequeño y atrabiliario partido de definición imprecisa entre antisistema, anarquista y anti capitalista, está consiguiendo todo lo que nunca soñarían imaginar. La condición de bisagra de su grupo parlamentario le ha convertido en árbitro y señor de la situación. Su gran éxito es sin duda haber doblegado a su principal enemigo, el PDeCAT, el partido de la burguesía a combatir y hacerse con el poder.
     El balance es apabullante: mandaron al paro al principal líder y candidato, Artur Más; pusieron y mantuvieron en el gobierno al mediocre y manejable Carles Puigdemont, le marcaron las líneas de la gestión y los presupuestos para acabar empujando a sus súbditos en la gestión del Gobierno, a unos a la cárcel, a otros al exilio y a todos a la inhabilitación mientras sus líderes, principales artífices del desastre global de procés, se mueven por ahí muertos de risa por el indudable éxito que han logrado.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado por Victoriano Orts Cobos.

Málaga 8 de noviembre de 2017.  

martes, 7 de noviembre de 2017

FELIPE BENÍTEZ REYES
A estas alturas, sobre el conflicto catalán se ha dicho todo. Incluso más que todo: lo que había que decir y lo que mejor hubiese sido callar, por esa facultad ambivalente que tienen las palabras de clarificar las cosas o de enredarlas. Ese exceso retórico ha acabado resonando en el vacío, que es lo habitual cuando los argumentos polarizados no pretenden el consenso, sino la imposición. La controversia no sólo ha traspasado las fronteras de la realidad, sino también las de la fantasía, de modo que estamos en el territorio no ya del realismo mágico, sino más bien en el del surrealismo esotérico.
Todos tenemos una solución para el problema. Soluciones que pasan por la política o por el juzgado, por el sentido común o por el delirio, por la razón o por la emoción, por el gesto heroico o por el agravio paranoico... Y ninguna sirve de gran cosa: cuando un problema está fuera de la realidad, el problema de fondo es la realidad misma; cuando la realidad se queda sin soporte, se impone el «todo vale»; cuando se impone el «todo vale», es señal de que nada vale nada.


Atónitos, hemos asistido a una sistematización de la reducción al absurdo, lo que no deja de tener su gracia, aunque también sus peligros: si el gobierno central acusaba al catalán de dar un golpe de estado, el catalán le devolvía la acusación con el argumento de la aplicación del 155; si el gobierno central acusaba al catalán de incumplir las reglas del juego democrático, el govern lo tildaba de franquista; si el fiscal general adoptaba medidas contra el govern por la aprobación de leyes inconstitucionales, el govern solicitaba el amparo del Tribunal Constitucional, a la vez que presentaba una querella contra el fiscal en cuestión por impedir la celebración de un referéndum ilegal... Para coronar el disparate, hemos asistido al nacimiento de una república catalana en cuya sede presidencial siguió ondeando la bandera española. Para continuarlo, hemos oído a Puigdemont y a Colau reclamar que el gobierno -¡el gobierno!- excarcele de inmediato a los presos del 'procés'.
Más allá de esta espiral de argucias y fullerías, el problema, lejos de hallarse en vías de solución, se manifiesta como irresoluble: cualquier solución posible resultaría problemática. ¿Una solución política? Sí: bastaría con poner al frente del Código Civil y del Código Penal este prefacio: «Del cumplimiento de las leyes que siguen quedan eximidos los políticos, que no obstante quedarán sujetos a las soluciones políticas que los propios políticos consideren ajustadas a política».
Sea como sea, el sentir nacionalista juega con ventaja: su reino no es de este mundo. (Su república, al parecer, tampoco.) Se sustenta en un factor difusamente sagrado. Y a ver cómo se soluciona un conflicto político que se origina en la teología.
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Publicado en Diario SUR .
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 7 de noviembre de 2017.