viernes, 31 de julio de 2020

La NASA empieza a preparar el desembarco humano en Marte



Zona desértica del planeta Marte /Archivo
Zona desértica del planeta Marte / ARCHIVO

Hoy despega la misión Mars 2020, que buscará rastros de vida antigua y a la que España aporta un instrumento clave y varios grupos científicos

LUIS ALFONSO GÁMEZ
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Buscar rastros de vida pasada y preparar el terreno para el desembarco humano son los objetivos de la misión Mars 2020 de la NASA, que, si nada lo impide, despegará hoy a las 13.49 horas de Cabo Cañaveral (Florida). Será la tercera que parta hacia Marte en diez días, tras la Hope emiratí y la Tianwen-1 china, que lo hicieron el lunes y el jueves de la semana pasada, respectivamente. Cuando las tres lleguen a su destino en febrero, habrá once misiones robóticas en activo en el planeta rojo.
La estadounidense es la más ambiciosa de todas las enviadas desde que el 10 de octubre 1960 la URSS lanzó la sonda 'Mars 1M No.1', destruida durante el despegue. El todoterreno del tamaño de un coche de la Mars 2020, es de momento el último y más complejo descendiente de 'Sojourner', el 'rover' de 10 kilos que en julio de 1997 exploró Ares Vallis y maravilló a medio mundo. Le siguieron en 2004 'Spirit' y 'Opportunity' y en 2012 'Curiosity', que desde entonces recorre el cráter Gale y cuyo diseño ha servido de base para el nuevo 'rover'.
'Perseverance' está equipado con siete instrumentos, protagonizará la primera parte de una misión tan complicada -la de retorno de muestras- que su segunda fase todavía sólo existe sobre el papel y es también la nodriza de 'Ingenuity', un helicóptero de 1,8 kilos que está llamado a ser el primero de una nueva estirpe de exploradores planetarios. Además, cuenta con diecinueve cámaras de fotos, 'Ingenuity' lleva otras dos, y la misión en total, veinticinco, más que ninguna otra en la Historia. Captarán el despliegue de paracaídas, el aterrizaje, las evoluciones aéreas del helicóptero, primero planos y panorámicas que prometen ser espectaculares.
Frío y seco en la actualidad, la investigación desde la órbita y en la superficie ha revelado en las últimas décadas que Marte fue hace miles de millones de años un planeta húmedo en el que pudo surgir la vida. Uno de los objetivos de 'Perseverance' es, precisamente, buscar restos de esa posible actividad biológica. Su destino es un cráter de impacto de Isidis Planitia, al norte del ecuador, en el que aterrizará el 18 de febrero y que explorará durante al menos un año marciano (dos terrestres).
     

El peligro del polvo

«Jezero es un cráter pequeño, de 45 kilómetros de diámetro, en el que hubo un lago hace unos 3.500 millones de años. Sabiendo que ha habido agua, se van a buscar signos de vida microbiana», resume el astrofísico Agustín Sánchez Lavega, director del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco (UPV) y coinvestigador de la estación medioambiental (MEDA) del todoterreno. Él y los astrofísicos Ricardo Hueso, Santiago Pérez-Hoyos y Teresa del Rio Gaztelurrutia van a intentar «caracterizar las condiciones ambientales de la región de Jezero, lo que va a servir para comprender mejor la meteorología marciana y, a la vez, de apoyo al resto de los instrumentos que se van a probar. Porque está misión es también una prueba de tecnologías de cara a la futura exploración humana de Marte», destaca Sánchez Lavega.
«'Perseverancia' tiene dos instrumentos que forman parte del Programa de Exploración Humana de la NASA. Uno es MEDA y el otro, MOXIE, que producirá oxígeno a partir del dióxido de carbono atmosférico», indica José Antonio Rodríguez Manfredi, investigador principal de la estación meteorológica y a quien le gusta referirse al todoterreno por su nombre en español. Mientras MOXIE es un ensayo de cara a la generación de oxígeno para emplearlo como combustible de naves y para que los astronautas puedan respirar, MEDA estudiará, entre otras cosas, el polvo marciano, «cómo se genera, cómo es y cómo puede llegar a taponar filtros. Todo eso es clave para una futura misión humana. El polvo es quizás el gran motor de la dinámica atmosférica marciana. No sabemos por qué se forman esas tormentas de polvo que pueden llegar a cubrir todo el planeta y provocan cambios en la densidad atmosférica que pueden hacer que no seas capaz de frenar tu vehículo en la entrada», advierte el ingeniero del Centro de Astrobiología (CAB) de Madrid.
MEDA es uno de los siete instrumentos del todoterreno y la gran aportación española a la misión, pero no la única. Nuestro país también ha fabricado la antena que usará el 'rover' para comunicarse con la Tierra y, de la calibración de los instrumentos de la SuperCam que examinarán las rocas y suelo, se ha encargado el grupo de investigadores de la UPV que lidera el químico Juan Manuel Madariaga.
En la línea de probar soluciones de cara a la conquista humana de Marte, 'Perseverance' lleva en SHERLOC, otro de sus instrumentos, cinco pequeñas piezas de los trajes espaciales que la NASA está preparando para el regreso a la Luna y el asalto al planeta rojo, incluido un fragmento de un visor. «En Marte, la radiación descompondrá los materiales, debilitando su resistencia a la tracción. Queremos saber cuánto durarán. ¿Necesitamos desarrollar nuevos materiales o estos servirán?», se preguntaba ayer Amy Ross, diseñadora de trajes espaciales de la agencia.
Antes de que alguien pise las rojas arenas de Marte -previsiblemente a finales de los años 30-, una nave traerá trozos de ese mundo a la Tierra. ¿Cuándo? Todavía no hay fecha, pero ya trabajan en esa misión de ciencia ficción la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA). El brazo articulado de 'Perseverance' tomará las muestras de arena y rocas, y las depositará en un almacén hasta que esa futura misión sea una realidad y otro robot las recoja para traerlas a la Tierra.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 31 de julio de 2020.
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miércoles, 29 de julio de 2020

Olivia de Havilland cierra la edad dorada de Hollywood



La actriz Olivia de Havilland /Archivo
La actriz Olivia de Havilland / ARCHIVO

La actriz de 'Lo que el viento se llevó', que residía desde los años sesenta en París, muere a los 104 años



Antonio Paniagua

ANTONIO PANIAGUAMadrid
Era la última estrella del Hollywood clásico, la única superviviente que quedada de esa película mítica que fue 'Lo que el viento se llevó', hoy en el punto de mira por su estela de racismo. Ganadora de dos Oscar de la Academia, el astro más longevo del celuloide murió este domingo a los 104 años, según informó su representante a 'The Hollywood Reporter'. Difícil en este día no pensar en otro gigante de la gran pantalla, Kirk Douglas, otro exponente de la industria de los grandes estudios que falleció en febrero. Con dos estatuillas por sus interpretaciones en 'La vida íntima de Julia Norris' y 'La heredera', la intérprete británico-estadounidense murió hoy a los 104 años en París, donde encontró su verdadero hogar. Vivía desde los años sesenta en la capital francesa, en un lujoso piso de la calle Benouville, en el glamuroso distrito XVI.
     

Fuerte carácter

Acostumbrada a encarnar papeles de mujeres almibaradas, la actriz sin embargo tenía un temperamento recio y litigante. Plantó cara al omnipotente sistema de los grandes estudios por las abusivas condiciones laborales que sufrían los artistas y para sorpresa de muchos salió victoriosa. Por algo su lema era «Never give up» (nunca te rindas). Llevó a los tribunales a la Warner aburrida del encasillamiento a que la sometían.
A lo largo de su carrera, la intérprete participó en títulos emblemático como 'Robin de los Bosques', 'Nido de víboras 'y 'Si no amaneciera'. La noticia de su fallecimiento fue confirmada por su antigua abogada, Suzelle M. Smith, a la revista 'Variety'. «Anoche, el mundo perdió un tesoro internacional, y yo perdí a una amiga y cliente querida. Murió en paz en París».
La primogénita del abogado Walter de Havilland y de la actriz Lilian Fontaine, nació en Tokio en 1916. Como su hermana, Joan Fontaine, Olivia tenía una salud delicada, lo que obligó a que las dos niñas, después de la separación de sus progenitores, se mudaran con su madre a California. De Havilland fue educada en una ambiente diletante. Recibió lecciones de ballet, piano y dicción. Aprendió a leer a edad temprana mientras su madre le recitaba pasajes de Shakespeare.
Hastiada de que los personajes de mayor encarnadura dramática fueran acaparados por Bette Davis, se quejó, y como represalia la Warner no le dio trabajo en seis meses. No le quedaba más remedio que hacer de morena ingenua, pues de rubia candorosa ya se encargaba Anita Louise. Con todo, se sobrepuso a la adversidad y al final acabó trabajando a las órdenes de monstruos de la dirección como Raoul Walsh, Michael Curtiz, William Wyler, Robert Siodmak y Robert Aldrich, entre otros. Con Errol Flynn formó una pareja icónica del cine que hizo ganar dinero a espuertas al productor Jack Warner. No llegó a más con el galán del bigote trazado con tiralíneas porque ella no quiso, pues Flynn bebía los vientos por ella.
Su gran oportunidad llegó cuando la eligieron para dar vida a la dulce Melania Hamilton de 'Lo que el viento se llevó', a pesar de que el productor Jack Warner no la veía en el traje de refinada dama sureña.
Se casó con el novelista Marcus Goodrich, del que se divorció en 1953 y con quien tuvo un hijo, Benjamin. En 1955, contrajo nupcias por segunda vez con Pierre Galante, de quien se separó en 1979 y con quien tuvo una hija, Gisèle.
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Hermanas, grandes actrices y enemigas íntimas desde la niñez


Joan Fontaine, legendaria actriz de Hollywood /Archivo
Joan Fontaine, legendaria actriz de Hollywood / ARCHIVO

La madre Lilian fomentó tanto la competitividad entre las dos hermanas - Joan Fontaine y Olivia de Havilland - que esas ganas de superación se convirtieron en animadversión


Daniel Roldán

DANIEL ROLDÁNMadrid
«Si te puedes divorciar de un marido, también de una hermana». Con esta frase tan descriptiva, Joan Fontaine dejaba claro que las relaciones con su hermana Olivia de Havilland eran inexistentes. Ni rescoldos de cariño había entre ellas. Un odio, convertido en una de las comidillas hollywoodienses, que se fraguó desde su casa tokiota. La madre Lilian fomentó tanto la competitividad entre las dos hermanas -inclinándose por Olivia- que esas ganas de superación se convirtieron en animadversión. Tanto que De Havilland le llegó a fracturar una clavícula a su hermana pequeña.
Las dos optaron por la actuación. Las dos ganaron premios en la Academia y ambas marcaron diferencias. Olivia manteniendo el apellido de su padre; Joan, cogiendo el de su padrastro. Una apostó por estar en la industria; la otra, más rebelde, se mudó a París. Los desencuentros entre ellas eran notables y conocidos. Tanto que en alguna entrega de premios, los organizadores de los eventos las colocaban en lugares opuestos. Incluso se llegó a plantear que el guion de '¿Qué fue de Baby Jane' estaba inspirado en sus malas relaciones. Además, fue protagonizada por otras dos enemigas íntimas: Joan Crawford y Bette Davis.
«El odio, lo agotamos siendo jovencitas. Ahora nos ignoramos», indicó Joan, más proclive a hacer declaraciones sobre la situación familiar que su hermana mayor. El único puente que había entre ellas se rompió en 1975. Olivia comunicó a su hermana la muerte de su madre. Joan está fuera de Estados Unidos y Olivia se ocupó de los preparativos sin contar con ella. Ni siquiera la invitó, aunque al final apareció.

Desde entonces, ni se hablaron. En 1978, Joan daba alguna de las claves de su odio fraternal en la revista 'People'. «Olivia siempre dice que yo tengo que ser la primera en todo. Me casé antes. Gané el Oscar antes. Tuve un hijo antes. Si muero antes que ella, se pondrá furiosa». El 15 de diciembre de 2013, Fontaine fallecía. Su hermana la despidió en un correcto comunicado. Sin florituras.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 29 de julio de 2020.
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lunes, 27 de julio de 2020

Asteroides contra la Tierra, una historia real


Recreación artística de un asteroide en el sistema Tierra-Luna /Murayama
Recreación artística de un asteroide en el sistema Tierra-Luna / MURAYAMA

Dos estudios científicos publicados esta semana revelan el origen del meteorito que extinguió a los dinosaurios y cómo se recuperó la vida


Doménico Chiappe

DOMÉNICO CHIAPPEMadrid
El impacto de un asteroide ocasionó una serie de terremotos que sacudieron el planeta con una magnitud superior a los 10 grados en la escala Richter. Se deslizaron las placas sólidas tanto en los continentes como en los fondos marinos, se elevaron tsunamis de cientos de metros que arrasaron una franja de 300 kilómetros de ancho en las costas. La explosión produjo ondas de choque con fuerzas mayores a las de grandes bombas, se incendiaron los bosques, el aire se hizo casi irrespirable con lluvia ácida, hollín, polvo suspendido...
A juicio casi unánime de los científicos, el meteorito cayó hace 65 millones de años y provocó una extinción masiva de los organismos que reinaban entonces, como los dinosaurios que no podían volar. Los que no murieron con el impacto, lo hicieron con los cambios posteriores en el medio ambiente. Primero, el enfriamiento; luego, la destrucción de la capa de ozono y un recio efecto invernadero. El epicentro fue en el golfo de México, en un lugar bautizado por el hombre como Chicxulub.
Una investigación de la Universidad de Osaka ha encontrado lo que podría ser el origen de aquel meteorito que cambió la historia de la vida en la Tierra. Cuentan los científicos que había una vez, hace 800 millones de años, un gran asteroide de unos 100 kilómetros de diámetro que se desintegró en miles de rocas de gran tamaño, una de las cuales caería en la Tierra más de 700 millones de años después.
Al menos una parte de esa nube de asteroides se insertó en el sistema Tierra-Luna, según la investigación realizada a bordo de la nave Kaguya, lanzada por la Agencia Espacial Japonesa para orbitar alrededor del satélite, y que ha analizado 59 grandes cráteres lunares para determinar cuándo se formaron.
En el estudio aseguran que ocho de esos impactos se produjeron al mismo tiempo, creando una forma de espiga, y podrían provenir todos de la desintegración del gran asteroide inicial. Si cayeron en la Luna, ¿por qué no también en la Tierra? Los científicos japoneses sostienen que, teniendo en cuenta la teoría física y la ley de probabilidades, varios de esos meteoritos también cayeron en este planeta, aunque su rastro ha sido borrado por la actividad volcánica y otros fenómenos geológicos, como ha sucedido con todos aquellos impactos producidos hace más de 600 millones de años.
«Deben haber golpeado la Tierra inmediatamente antes del periodo criogénico (sucedido hace 720-635 millones de años), que fue una era de grandes cambios ambientales y biológicos», afirman en el artículo publicado en 'Nature Communications'.
Para estudiarlos, precisamente, los científicos de la Universidad de Osaka miraron a la Luna, donde no hay erosión, y eligieron cráteres con diámetros mayores a los 20 kilómetros, como el Copérnico, y calcularon sus «edades». Con los datos totales han determinado también que cada 100 millones de años puede ocurrir una colisión contra la Tierra de uno de estos asteroides desprendidos de la gran roca inicial.
El bombardeo de meteoritos que empezó a ocurrir hace 800 millones de años tuvo varios destinos, mantienen los autores del artículo 'Lluvia de asteroides en el sistema Tierra-Luna inmediatamente antes del período Criogénico revelado por Kaguya'. Unos cayeron en diversos planetas e inundaron sus superficies con fósforo, como en el caso terrestre; otros adoptaron una órbita cercana a la Tierra; y una gran parte acabó en el Cinturón de Asteroides.
     

La gran muerte

El impacto del asteroide Chicxulub provocó la extinción del 75% de las especies que existían hace 65 millones. Fue el comienzo del fin de los dinosaurios no aviarios. Sin embargo, un estudio de Ocean Discovery, un programa internacional para rastrear fósiles en el fondo marino, reveló la semana pasada que el cataclismo del Chicxulub afectó a los seres que vivían en la superficie terrestre o en la franja superficial de las aguas, pero que en las profundidades abisales apenas se produjeron cambios en los ecosistemas.
El estudio de las muestras recogidas en el fondo del cráter en la península de Yucatán (México), centrado en los organismos excavadores de las profundidades marinas, mostró una rápida recuperación de la «comunidad macrobéntica».
Los científicos extrajeron «núcleos rocosos de antes y después del impacto -y de la extinción masiva-» y lograron comparar la respuesta de los organismos vivos a los procesos de extinción sufridos por la Tierra en los últimos 500 millones de años.
El estudio concluye que en los procesos mortales masivos que ocurren lentamente, producidos por el aumento de la acidez y la pérdida de oxígeno de los océanos, la recuperación de los organismos del fondo marino demora «millones de años». En cambio, en los que suceden de golpe, como el impacto del Chicxulub, es más rápido. En este caso, unos 700.000 años. Hay sin embargo «patrones generales de recuperación similares después de ambos eventos con distintas fases de estabilización y diversificación, pero con marcos de tiempo muy diferentes». El choque de meteoritos contra la Tierra ha sido una constante en la evolución de la vida.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 27 de julio de 2020.
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sábado, 25 de julio de 2020

La fiebre de la palma africana

La enorme rentabilidad generada por el cultivo de esta planta contrasta con sus consecuencias medioambientales y sociales




Imagen de una plantación en Malasia. /REUTERS
Imagen de una plantación en Malasia. / REUTERS




Gerardo Elorriaga

GERARDO ELORRIAGA
La fiebre del oro regresó a América hace un siglo. Pero, entonces, los aventureros no confiaban en encontrar fortuna bajo las piedras o en el lecho de los ríos, sino cultivando una robusta planta vegetal de largas hojas procedente del Golfo de Guinea. En aquel tiempo no se conocían muchas de las actuales aplicaciones del aceite extraído de su pulpa en la industria cosmética, de la limpieza, la alimentación o el biocombustible, incentivos para un negocio que ha experimentado un crecimiento exponencial. Tampoco se sospechaba la tremenda voracidad de las empresas que la explotaban y el desastre medioambiental que han llegado a provocar. Este producto también es todo un símbolo de la globalización, de la dependencia entre el norte y el sur del planeta. Hoy, el futuro de las selvas de Borneo y de comunidades rurales centroamericanas depende, en buena parte, de nuestros hábitos de consumo.
La 'elaeis guineensis' ha desplazado al arroz de tradición milenaria, se ha apropiado de los pastos para el ganado y relegado al cacao o el banano a áreas marginales en tres continentes. La demanda de tierras ha causado la masiva destrucción de ecosistemas primarios en América, África y el sudeste asiático. La coyuntura ha detenido lo que parecía imparable, y es que su rentabilidad ha sufrido el traspié de la crisis económica con una consiguiente caída de precios. El bosque primario aún puede sobrevivir, aunque la ofensiva, larvada, prosigue en todos los frentes. Antes de la pandemia, la estrategia de esta industria perseguía su expansión por zonas tan sensibles como la Amazonía ecuatoriana, la selva Lacandona de México o el interior de Gabón.
Las cifras de esta industria son colosales, en cualquier caso. Las estimaciones hablan de 25 millones de hectáreas dedicadas a dicha actividad, una superficie similar a la brasileña. El 85% de la producción proviene de Indonesia y Malasia, donde se ha cometido uno de los mayores atentados ecológicos de los últimos tiempos. En 2015, la proliferación de incendios de territorios boscosos provocó una enorme nube de contaminación que llegó a cubrir toda la región, situación que se repitió el año pasado y que amenaza los últimos refugios del orangután, entre otras especies animales y vegetales en peligro.
Los derechos humanos también han resultado arrollados por la palma africana. A partir de 1996, las fuerzas paramilitares cometieron asesinatos indiscriminados en la región colombina del Chocó para desplazar a grupos indígenas y de ascendencia africana y hacerse con tierras ancestrales, pero sobre las que no pueden alegar títulos de propiedad. La deforestación en Centroamérica también ha venido impulsada por firmas dedicadas a esta agroindustria, a menudo, testaferros de los cárteles del narcotráfico. La creación de grandes fincas en el Petén, al norte de Guatemala, es el resultado de operaciones de lavado de dinero procedente de la droga. Los señores de la cocaína incluso han llegado a diluirla en el aceite para enviarla a Europa.

La afección en la dieta

La preocupación por una dieta más saludable comenzó hace menos de una década a cuestionar un comercio boyante basado en una planta oleaginosa que produce fruto durante todo el año. La magnitud de su presencia y las consecuencias para la salud quedaron de manifiesto en 2011, cuando la Unión Europea impulsó una normativa que exigía informar al consumidor del origen del aceite incluido en los productos. Hasta la fecha, aquel extraído de la palma había quedado camuflado usualmente bajo el término genérico de 'aceites vegetales' o enmascarado bajo denominaciones diversas, como 'palmoleína' o 'manteca de palma'.
Los nutricionistas levantaron la voz para denunciar el riesgo derivado de su elevado porcentaje de grasas saturadas y de elementos potencialmente cancerígeno tras su refinado. La amenaza se desplegaba en las estanterías de los supermercados. La opinión pública comenzó a tomar conciencia de su presencia en chocolates, bombones y cereales de desayuno. Greenpeace denunció la implicación de las multinacionales de la alimentación en el fenómeno de la deforestación y una coalición de ONG impulsó #NotInMyTank, campaña que pretendía denunciar el uso del aceite en el diesel empleado en el continente y reclamaba su supresión a la Comisión Europea. Además, hace tres años, varias grandes cadenas de distribución se comprometieron a no utilizarlo en sus marcas blancas.
Pero los problemas no se hallaban tan solo en destino. El cultivo de la palma requiere sustanciales inversiones. El mantenimiento precisa de un elevado consumo de agua y el uso de pesticidas que no han podido impedir la aparición de enfermedades como la flecha seca, también conocida como la pudrición del cogollo, que genera una radical disminución de la cosecha. El cantón ecuatoriano de Quinindé, en la costa del Pacífico, ejemplifica el reverso de un negocio que se presumía magnífico. Este territorio apostó masivamente por el cultivo y ahora sufre la quiebra generada por la caída de los precios dentro del mercado mundial y, sobre todo, la ruina derivada de la propagación de la plaga.
La denuncia de la situación ha desvelado las duras condiciones sociales ligadas a las grandes plantaciones, gestionadas por la élite local y firmas asiáticas. «Es una especie de esclavitud moderna», advierte Estibaliz Taboas, cooperante de la ONG Manos Unidas en aquel país, donde ejerce actividades de agroecología. «No hay derechos laborales, el trabajo es informal y los empleados y sus familias habitan en infraviviendas y con los hijos sin escolarizar». Pero el 89% de los propietarios detenta predios de menos de 50 hectáreas y su situación también es angustiosa porque el monocultivo ha acabado con los cultivos de subsistencia. «La crisis ha puesto de manifiesto que se precisan estrategias comerciales más razonables y sostenibles para evitar desastres semejantes», apunta. El Dorado se ha demostrado, una vez más, como una leyenda sin final feliz.



crujiente... y polémico
Untuoso, crujiente y barato. La capacidad de seducción comercial del aceite de palma no tiene parangón. Pero nadie ni nada resultan perfectos. Los recelos sobre su uso llegaron cuando se difundió que su composición cuenta con más del 50% de ácidos grasos saturados, perjudiciales para la salud cardiovascular. El nutricionista Aitor Sánchez recuerda que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria apuntaba, además, a la generación de compuestos como el 3-MCPD, el glicidol y sus ésteres, contaminantes del proceso, y perniciosos para la salud. En su videoblog, advierte que los europeos podemos ingerir hasta 60 kilos de este ingrediente habitual en los productos ultraprocesados.
El problema no se soluciona con una mayor concienciación de los consumidores y mejores hábitos en la compra. La importación de aceite de palma, tan dúctil, también está relacionada con su empleo en la fabricación de biocarburantes, con España como el mayor proveedor europeo. La contaminación generada por su cultivo se añade al derivado de las grandes distancias que exige el transporte hacia los centros de tratamiento. Y existe un plan para reducir su peso en la generación de combustibles. Las alternativas tampoco resultan ideales. La producción de aceites como los de soja y colza tampoco están exentos de polémica medioambiental. Así que la palma seguirá creciendo, poderosa y aparentemente rentable, en toda la región tropical.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 25 de julio de 2020.
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lunes, 20 de julio de 2020

El primer caso de infección masiva de animales en España enciende las alarmas

Aragón ordena sacrificar 92.700 visones de una explotación de pieles al no poder controlar la transmisión

M. SÁIZ-PARDO
madrid. España sufre ya el primer brote masivo de coronavirus entre animales. El Gobierno de Aragón ordenó ayer el sacrificio de la totalidad de los visones, 92.700, de una explotación de La Puebla de Valverde (Teruel), una medida «drástica», después de que hayan aumentado los contagios entre los animales desde que en mayo en esta granja dedicada a la explotación para la venta de pieles se detectara un brote. En el último muestreo aleatorio a 90 ejemplares, llevado a cabo el 13 de julio, 78 dieron positivo.
La Dirección General de Calidad y Sanidad Alimentaria ya procedió a la «inmovilización cautelar» de la granja el 22 de mayo cuando 7 de sus 14 trabajadores dieron positivo por la Covid-19 y se detectó el virus en algunos de los animales testados. Las tres primeras tandas de pruebas entre mayo y junio reflejaron que el virus no había desaparecido entre los visones, pero que se mantenía contenido. Sin embargo, el último análisis ha revelado que la transmisión se ha convertido en comunitaria.
Tanto las autoridades autonómicas como las del Ministerio de Sanidad desconocen si la transmisión en la granja, propiedad de Secapiel, se produjo desde las personas a los visones o viceversa. En cualquier caso, los expertos de Sanidad sostienen que ya se ha demostrado en países como Holanda y Dinamarca la «capacidad de réplica» del coronavirus en algunos animales -particulamente los gatos, los visones o los hurones- aunque en principio es improbable la transmisión del animal al ser humano.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 20 de julio de 2020.
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