jueves, 27 de junio de 2019

Europa interceptará un cometa





Recreación de 'Oumuamua, el objeto interestelar que visitó recientemente el Sistema Solar. :: ESO / M. Kornmesser/
Recreación de 'Oumuamua, el objeto interestelar que visitó recientemente el Sistema Solar. :: ESO / M. Kornmesser 

Una nave de la ESA despegará en 2028 con destino a un objeto inalterado desde el nacimiento del Sistema Solar

LUIS ALFONSO GÁMEZ
Esperará apostada en el punto de Lagrange L2 -a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, cuatro veces más lejos que la Luna- y, cuando los astrónomos descubran un posible objetivo, la 'Comet Interceptor' encenderá sus motores y partirá a su encuentro. La cita tendrá lugar, como mucho, dentro de trece años, según los planes de la Agencia Espacial Europea (ESA), que acaba de aprobar la misión a la caza de un cometa prístino, un cuerpo inalterado desde que nació el Sistema Solar, hace unos 4.500 millones de años.
La 'Giotto' sobrevoló en 1986 el Halley, y la 'Rosetta' orbitó hace cinco años el 67P/Churiumov-Guerasimenko y puso en su superficie el módulo 'Philae'. Fueron sendos éxitos de la ciencia europea, pero en los dos casos se trataba de cometas de corto periodo. Son cuerpos que completan una órbita alrededor del Sol cada menos de 200 años y cada vez que se aproximan a la estrella sufren alteraciones en su composición. Ahora, la ESA quiere viajar a un cometa u objeto interestelar que nunca antes haya visitado el Sistema Solar interior. Un fósil de los orígenes o un cuerpo extraño, como 'Oumuamua, el objeto interestelar que nos visitó en 2017.
La misión es de las llamadas rápidas o de clase F porque pasarán solo ocho años desde su aceptación hasta su lanzamiento. De menos de mil kilos, la ESA prevé que la 'Comet Interceptor' despegue en 2028 junto con el observatorio espacial 'Ariel', cuyo objetivo es estudiar las atmósferas de un millar de exoplanetas, mundos que giran alrededor de otras estrellas. Las dos misiones tendrán como destino el punto de Lagrange L2. Los puntos de Lagrange son los cinco de un sistema orbital en los que un objeto pequeño puede estar estacionado respecto a dos más grandes. Si unimos el Sol y la Tierra con una recta, el punto L2 está en esa línea 1,5 millones de kilómetros más lejos del Sol que nosotros. El 'Ariel' se quedará ahí, pero L2 será solo una escala para la 'Comet Interceptor'.
«Los cometas prístinos o dinámicamente nuevos son territorio inexplorado», ha dicho Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA. Como se suelen descubrir poco antes de que pasen cerca del Sol, no da tiempo a planear una misión con destino a uno de ellos antes de que se aleje. La 'Comet Interceptor' permanecerá en L2 a la espera de que los astrónomos detecten uno de esos inesperados visitantes procedente de la nube de Oort -una nube esférica de objetos transneptunianos que está en los límites del Sistema Solar- o un objeto como 'Oumuamua.
Cuando eso ocurra, la nave saldrá a su encuentro desde L2 y, pocas semanas antes del contacto, se dividirá en tres módulos científicos independientes con instrumental diferenciado -que incluirá equipos heredados de otras misiones- para ahondar en el conocimiento de la evolución de los cometas y del Sistema Solar.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 27 de junio  de 2019. 

lunes, 24 de junio de 2019

El 'abuelo' siberiano del lobo




La cabeza del lobo siberiano, presentada por los investigadores en Tokio. :: Valery Plotnikov / reuters/
La cabeza del lobo siberiano, presentada por los investigadores en Tokio. :: Valery Plotnikov / reuters 

Científicos rusos presentan una cabeza de este animal, con el cerebro intacto, que permaneció congelado 32.000 años

DANIEL ROLDÁN
Pavel Yefimov caminaba el verano pasado por el permafrost siberiano, la capa de suelo congelada permanentemente -aunque no esté cubierto de nieve y de hielo- buscando colmillos de mamut. El deshielo de este tipo de terreno a causa del cambio climático, que se da también en Canadá, Noruega o Alaska, permite estos hallazgos, al tiempo que trae de cabeza a los científicos. Hace unos años, por ejemplo, provocó que reapareciera el carbunco, también conocido como ántrax o peste siberiana. Pero para este habitante del distrito de Abyysky, situado cerca del Círculo Polar Ártico, el excesivo deshielo trajo una sorpresa a orillas del río Tirekhtyakh: una cabeza gigante de lobo. Era fuera de lo normal.
Los científicos confirmaron las sospechas de Pavel. La cabeza del cánido tenía una longitud de 41,5 centímetros -los actuales oscilan entre los 23 y los 28 centímetros-, lo que da fe de lo enorme del ejemplar. Un animal que continuó ofreciendo sorpresas a los investigadores. Por una parte, su 'edad': está datado hace más de 32.000 años, según señalaron los expertos japoneses y suecos que han colaborado con sus colegas rusos en las pruebas de radiocarbono. Y por otro lado, y seguramente lo más importante, es el estado de conservación de la cabeza. Tiene el cerebro intacto y sus dientes conservados, además de mantener todo su pelaje, que es parecido al de un mamut.
«Lo comparamos con los lobos modernos para entender cómo evolucionaron las especies y para reconstruir su apariencia», explicó Albert Protopopov, de la Academia de Ciencias de la República de Saja al 'Siberian Times'. «Queremos evaluar sus capacidades físicas y ecológicas comparándolas con los leones y lobos de hoy», añadió la doctora Naoki Suziki, profesora de Paleontología de la Universidad de Jikei en Tokio, quien estudió los restos a través de un escáner.
Esta aparición ha sido posible gracias al deshielo del permafrost que causa el cambio climático
Los expertos señalaron que el ejemplar era un adulto de entre dos y cuatro años cuando falleció. Su ADN será estudiado por los científicos del Museo Sueco de Historia Natural y la testa del ejemplar será conservada mediante una técnica denominada plastinación, por el que se sustituye la grasa y el agua por plástico. En otoño, los científicos esperan tener más detalles sobre este animal y también saber si hay algún vestigio humano, como en el caso de 'Yuka'. Este pequeño mamut, encontrado hace siete años, fue descuartizado parcialmente por seres humanos. Además, el frío había mantenido el color original de la carne y el pelaje.
Junto al hallazgo del lobo, los investigadores rusos y japoneses presentaron en el Museo Nacional de Ciencia e Innovación de Tokio a 'Spartak', un cachorro de león cavernario totalmente conservado. Es el cuarto que se ha encontrado en el distrito de Abyisky entre 2017 y 2018. Tiene una longitud de unos 40 centímetros y pesa 800 gramos. Según los resultados de la investigación, tiene 43.500 años. Y en el momento de su muerte no tenía más de un mes de vida.
Este descubrimiento permitirá a los científicos intentar comprender a estos animales milenarios, sobre todo el funcionamiento de su cerebro y también sus particularidades. Pero también tiene un lado negativo. Sin las consecuencias del cambio climático, la cabeza del lobo jamás habría salido a la superficie. Hubiera sido «imposible» descubrirla y estudiarla. Porque el aumento de las temperaturas está provocando, además de la aparición del dormido ántrax bajo la superficie, que aparezcan los restos de animales de otros tiempos. Este mismo año, se encontró orina y sangre líquida en la momia de un potro que había muerto al caer a un lago hace unos 40.000 años.
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Publicado en Diario SUR. 
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 24 de junio de 2019.

lunes, 17 de junio de 2019

El valor real de Harriet


El valor real de Harriet

Trump no quiere que la esclava que abrió el camino de otros negros a la libertad sustituya en los billetes de 20 dólares a su adorado Jackson, el presidente que expulsó a los indios

JAVIER GUILLENEA
De todos es sabido que al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le gustan los triunfadores, incluido él, que quizá sea la persona a la que tiene más aprecio y su mejor amigo. Uno de los modelos donde se mira es el séptimo presidente de Estados Unidos, Andrew Jackson, que lucía un tupé parecido y no le tembló el pulso a la hora de gobernar. Trump nunca ha ocultado su admiración por su predecesor, cuyo retrato mandó colgar en el Despacho Oval. «La suya es una historia de éxito absoluto», ha declarado el mandatario americano.
El presidente podría decir lo mismo de otra triunfadora, Harriet Tubman, pero no lo ha hecho ni se espera que lo haga. Ella también tiene una historia de éxito aunque, además de mujer, era negra, abolicionista y sufragista, lo que marca una gran diferencia con Jackson, que poseía una plantación de esclavos. Tubman fue 'conductora' del 'ferrocarril subterráneo', una red clandestina organizada para ayudar a esclavos afroamericanos fugitivos. Salvó centenares de vidas arriesgando la suya con un valor fuera de lo común y cuando murió, a muy avanzada edad, convertida en una leyenda viva, se le rindieron honores militares.
Los nombres de ambos personajes se han visto entremezclados por una polémica cuestión monetaria. En 2016, Harriet Tubman se convirtió en la primera mujer en 125 años y la primera persona afroestadounidense elegida para que su imagen figure en los nuevos billetes de veinte dólares. La Administración Obama, que quería incluir un rostro femenino -el primero, también el último, fue el de Martha Washington, entre 1891 y 1896-, tomó esta determinación después de que el nombre de la 'conductora' figurara en primer lugar en varias macroencuestas, por encima de candidatas como la luchadora por los derechos civiles Rosa Parks, la primera dama Eleanor Roosevelt y la líder feminista Betty Friedan.
Harriet figura entre las personalidades más reconocidas en la historia del país A Jackson se le recuerda como un arrogante populista
A Donald Trump, entonces candidato a la presidencia, no le gustó nada una decisión que achacó a un arrebato de «pura corrección política» y sugirió colocar la imagen de la mujer en los billetes de dos dólares, de poca circulación. Tres años después, ya como líder del mundo conocido, el mandatario ha retrasado la modificación hasta 2026, cundo el actual inquilino de la Casa Blanca ya no esté en el poder. La versión oficial es que, «por motivos de seguridad» y para evitar falsificaciones, primero se lanzarán los nuevos billetes de 10 y 50 dólares, y después los de 20. La versión real es otra.
La efigie de Harriet Tubman estaba llamada a sustituir a la de Andrew Jackson en los billetes, y eso es algo que Trump no podía soportar. Para empeorar la situación, el cambio había sido aprobado por Barack Obama, y si hay algo en lo que el nuevo presidente ha mostrado coherencia ha sido en su empeño por borrar el legado de su predecesor inmediato.
A Tubman y Jackon se les recuerda por dos vías de comunicación. En eso se parecen, pero solo en eso. Mientras que a él se le vincula con el 'sendero de las lágrimas', en el que murieron miles de personas, en el Palacio de Justicia de Auburn, la ciudad donde está enterrada la heroína americana, una placa recuerda la senda radicalmente distinta que siguió: 'Yo nunca conduje mi tren fuera de las vías'.

Deseo de libertad

Harriet nació esclava en 1821 en una plantación de Bucktown, Maryland. Su amo, Edward Brodess, le puso el nombre de Araminta y cuando era pequeña la llamaban con el diminutivo 'Minty'. Muy pronto, a los cinco años, la pusieron a trabajar en el servicio doméstico. Recibió sus primeras palizas a los seis años cuando, después de trabajar durante todo el día, por la noche tenía que vigilar a los hijos del amo para que no lloraran. Cada vez que uno de los niños se despertaba, la señora de la casa azotaba a la pequeña esclava con un látigo.
Su deseo de libertad parecía innato. Había cumplido siete cuando se fugó por primera vez cansada de malos tratos y palizas, pero no tenía un lugar para ir y tuvo que regresar a casa, donde la fustigaron sin compasión. A los diez le empezaron a llamar Harriet y la mandaron a recoger algodón. Tres años después, el capataz de la plantación le ordenó que le ayudara a azotar a otro esclavo, pero ella se negó. Hubo un alboroto cuando el hombre intentó escapar y ella recibió un fuerte golpe en la cabeza que le dejó secuelas de por vida.
Huyó en 1849. Durante tres semanas, caminó a pie 145 kilómetros hasta alcanzar la libertad que le esperaba en Filadelfia. En el camino recibió la ayuda de hombres negros y blancos contrarios a la esclavitud que habían creado un grupo llamado 'ferrocarril subterráneo', al que se unió cuando estuvo a salvo en Auburn. La red había establecido una serie de casas, graneros, cuevas y escondrijos para que los fugitivos se ocultaran de sus perseguidores durante su huida al norte. A través de rutas secretas que atravesaban pantanos, ríos y bosques, y siempre caminando de noche, familias enteras de esclavos viajaron hacia la libertad guiadas por los miembros de la red, que utilizaban términos ferroviarios para referirse en clave a sus actividades. Para los 'maquinistas', las casas particulares que servían de refugio eran las 'estaciones'; las rutas de escape, los 'raíles'; la jefatura del grupo, la 'estación central'; a los estados del norte los llamaban 'el destino' y a los guías de los esclavos, 'conductores'.
Harriet Tubman pronto destacó como 'conductora'. Regresó hasta 19 veces al sur para ayudar a escapar a Canadá a cientos de personas. Al poco tiempo ya era conocida por los sobrenombres de 'Moisés' y 'general Tubman'. Se calcula que la red salvó a 2.000 personas. De ellas, alrededor de 300 cruzaron el país guiadas por Harriet. Entre esos fugitivos, los miembros de su propia familia.
Era una mujer pequeña y de apariencia frágil, pero poseía una extraordinaria resistencia física y una gran fortaleza mental. Al estallar la Guerra de Secesión se unió como enfermera al Ejército de la Unión y pronto le pidieron que guiara a un grupo de exploradores. El último año de la contienda se convirtió en la primera mujer en dirigir un asalto armado, que culminó con la liberación de 700 esclavos.
Llegó la paz y volvió a Auburn, donde comprobó que la esclavitud había desaparecido pero el racismo, no. Para entonces ya era una mujer cuya fama había llegado a Europa; incluso la reina Victoria le envió un regalo y la invitó a viajar a Inglaterra, pero ella no se detuvo. Pese a su precaria situación económica, siguió trabajando sin descanso. Recaudó dinero para dar educación a antiguos esclavos y en sus últimos años trabajó por los derechos de la mujer y el sufragio universal. Harriet murió en 1913 rodeada de reconocimientos. En una encuesta realizada a finales del siglo XX, quedó situada en tercer lugar en la lista de las personas más famosas de la historia estadounidense.

El rifle y la Biblia

Esta es la mujer que Trump no quiere ver en los billetes de veinte dólares. Prefiere que se mantenga el rostro de Andrew Jackson, que, por cierto, tiene algunos puntos en común con él. Por de pronto, ambos fueron tachados de «estúpidos» por sus oponentes. El séptimo presidente de Estados Unidos era un hombre arrogante, difícil e imprevisible, un populista que se nutría electoralmente de los pioneros y colonos, la gente del rifle y la Biblia. La burguesía mercantil e industrial, por el contrario, le consideraba un «patán, demagogo e ignorante».
Jackson (1767-1845) era un hijo de irlandeses que se había hecho a sí mismo y se presentaba como un abanderado en la lucha contra la corrupción. De carácter autoritario, gozó de una gran popularidad por su origen humilde y capacidad para luchar. Tuvo una plantación de algodón con esclavos en Tennessee y cimentó su carrera en el Ejército, donde cosechó sonoros triunfos militares.
Su historia fue de éxito absoluto, aunque no todos piensan lo mismo. Jackson puso en marcha en 1830 la 'Indian Removal Act', que supuso la confiscación de tierras indígenas al este del Mississippi. Cerca de 15.000 indios fueron forzados a abandonar su territorio e iniciaron un largo peregrinaje que fue conocido como 'el sendero de lágrimas'. Se desconoce la cifra de nativos que murieron extenuados, pero se cree que fueron más de 4.000, aunque Jackson dijo que únicamente fallecieron 424. Trump visitó en 2017 la plantación donde su héroe era dueño y señor de centenares de esclavos. «Es increíble», dijo alborozado.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 17 de junio de 2019. 

martes, 4 de junio de 2019

Sobrevivir con 245 gramos




La pequeña Saybie, con una de sus cuidadoras y (abajo) recién nacida. :: Sharp Mary Birch Hospital/
La pequeña Saybie, con una de sus cuidadoras y (abajo) recién nacida. :: Sharp Mary Birch Hospital 

Los médicos del hospital la llamaron Saybie (di adiós en inglés), pero hoy pesa 2,2 kilos y está en casa con un nombre menos descorazonador

DOMÉNICO CHIAPPE
Hace cinco meses nació la diminuta Saybie. Pequeña entre los pequeños, pesó 245 gramos. Ni siquiera un cuarto de kilo. Medía 23 centímetros de pies a cabeza. Su esperanza de vida era casi nula. Pero ha ganado la partida. Nunca antes había sobrevivido un bebé tan frágil. Saybie nació por cesárea, al cumplirse las 23 semanas de gestación, debido a que su madre tuvo una grave complicación. La vida de la mujer estaba en riesgo y el feto no aumentaba de peso. «Fue el día más aterrador de mi vida», recordó la progenitora en un vídeo. «Me sentía muy incómoda, mi tensión estaba muy alta y me dijeron que tenía que parir de inmediato». La madre sabía que estaba muy lejos de las 40 semanas habituales para dar a luz en la mayoría de los embarazos, pero le habían diagnosticado preeclampsia, un trastorno poco frecuente que genera una alta y peligrosa presión arterial.
Cuando estos bebés nacen con menos de 28 semanas, los médicos los llaman «microprematuros». Saybie había nacido en diciembre y desde entonces los cuidados fueron extremos y la esperanza poca. El personal sanitario no creaba falsas ilusiones a sus progenitores. De hecho, fueron sus cuidadores en la Unidad de Cuidados Intensivos quienes la llamaron con ese juego de palabras en inglés: Say-bye. Que en español significa «di adiós». «Si bien la familia ha permitido que compartamos su historia, también ha preferido el anonimato para concentrarse en el cuidado de su hija», dice un portavoz del centro médico. «Sin embargo, la familia ha estado de acuerdo en que aquí la llamemos 'Saybie', un nombre utilizado por el equipo durante su estancia». Llamarla o mencionarla era, durante estos meses, como despedirse.
Pero ella, el ser humano más diminuto que ha nacido jamás, según el registro de la Universidad de Iowa, no dijo adiós. Creció, engordó y vive.
Dijeron a sus padres que sólo viviría una hora, pero ha multiplicado por nueve su peso y doblado su altura
Los neonatólogos le habían dado unos minutos de vida, recuerda la madre. «Le dijeron a su padre que duraría una hora y después partiría», rememora. Pero la niña superó el fatal augurio. «Esa hora de vida se convirtió en dos, y después en un día y luego en una semana», dijo su madre con voz emocionada en el vídeo difundido por el hospital el 29 de mayo.
La niña llegó al kilo, a los 30 centímetros. Luego al kilo y medio, con unos cuantos centímetros más, y continuó su crecimiento. «Lo hicimos lo mejor que pudimos», afirma una de sus enfermeras, Spring Bridges, en la maternidad del Hospital Sharp Mary Birch para mujeres y recién nacidos de San Diego, California.
La lucha por la vida de estos pequeños comienza en su primer minuto. Debido a la inmadurez de sus órganos suelen sufrir patologías pulmonares y cardíacas. Minúscula en la incubadora, tocada por los guantes morados de médicos y sanitarios, respiraba y se alimentaba. «La bebé Saybie nació tres meses antes de lo planeado», recordó el portavoz del hospital. «Era pequeña y frágil, y podía caber en la palma de la mano de sus cuidadores».
La cría ha sido dada de alta con dos kilos y 260 gramos, casi nueve veces su peso cuando nació, y con 40 centímetros, el doble. «Hoy nos vamos a casa. He esperado mucho este día, pero nunca olvidaré que cada día que pasaba era una celebración», dice la madre en el vídeo mientras viste a su hija con ropa blanca. «Sí, es la bebé más pequeña del mundo pero es mía». Saybie ya tiene otro nombre, el elegido por sus padres (¿'Sayhello', quizás?), y está en casa.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 4 de junio de 2019.