sábado, 18 de noviembre de 2017

Otra Tierra a la vuelta de la esquina



Recreación de Ross 128b con su estrella enana roja al fondo. :: ESO / M. Kornmesser/
Recreación de Ross 128b con su estrella enana roja al fondo. :: ESO / M. Kornmesser 

Descubren un mundo templado que podría albergar vida alrededor de una estrella situada a solo once años luz

LUIS ALFONSO GÁMEZ
El radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) captó el 12 de mayo una extraña señal de radio. Parecía inteligente y proceder de Ross 128, una estrella sin planetas conocidos situada a solo once años luz, en la constelación de Virgo. Al final, era una interferencia de un satélite artificial. Otra falsa alarma en la búsqueda de ET. Ahora un equipo liderado por Xavier Bonfils, del Instituto de Planetología y Astrofísica de Grenoble, ha descubierto cerca de esa misma estrella un mundo templado que podría albergar vida.
Los investigadores han detectado con el Harps, un instrumento del Observatorio Europeo Austral (ESO), un bamboleo en la estrella, achacable al tirón gravitatorio de un planeta del tamaño de la Tierra. El nuevo mundo, explican en la revista 'Astronomy & Astrophysics', completa una órbita alrededor de su estrella cada 9,9 días. Y se encuentra veinte veces más cerca de ella que la Tierra del Sol, pero, como Ross 128 es más fría, solo recibe 1,38 veces más radiación.

«Su temperatura superficial oscilará entre -60ºC y 20ºC. Así que puede haber agua líquida, algo imprescindible para la vida como la conocemos», indica María Rosa Zapatero, astrofísica del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC). Aunque el planeta templado más cercano a nosotros orbita Próxima Centauri -a solo a 4,2 años luz o-, el nuevo mundo, Ross 128 b, juega con ventaja en lo que a la vida se refiere. Próxima Centauri -también una enana roja- baña su entorno con ocasionales llamaradas de radiación ultravioleta letales para la vida. «Ross 128 es una enana roja bastante tranquila, muy poco activa», dice Zapatero. Eso significa que no emite esas fulguraciones mortales. «Y sabemos que, una vez que la vida surge, es muy difícil erradicarla», apunta la investigadora del CAB.
El próximo paso lo dará el futuro Telescopio Extremadamente Grande del ESO, que buscará biomarcadores -gases relacionados con la vida- en la atmósfera de Ross 128 b. Un planeta que está a la vuelta de la esquina desde el punto de vista cósmico, pero la sonda 'Juno', la nave humana más veloz, tardaría en llegar casi 45.000 años a unos impresionantes 265.000 kilómetros por hora.
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Publicado por Diario SUR el día 16/11/17.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 18 de noviembre de 2017.

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