sábado, 13 de junio de 2009

ITI.  

¡Cuanto tiempo caminando juntos
compañera del alma!
Más de 40 años nos contemplan.
¡Cuantas inquietudes! ¡Cuantos desvelos!
¡¡Cuantas alegrías!!

Nuestro principio no fue un gran flechazo.
Hay que ser sincero, tampoco un gran amor;
yo diría que fue una necesidad: por mi parte
la de tener por fin aquella mitad que me
faltaba, y sin la cual mi vida era incompleta,
y la tuya, creo, la de liberarte y no quedarte
soltera.

Había que arriesgarse y además no teníamos
mucho que perder, y sobre todo, los dos
estábamos acostumbrados al sacrificio.
En este maratón de años hemos ido
dosificando nuestras energías y nuestras
flaquezas. No le hemos exigido imposibles
a nuestros deseos. Hemos ido limando
nuestras diferencias de tal forma, que al
día de hoy no sabemos caminar el uno sin
el otro, y eso me hace pensar;
y en mis insomnios, que últimamente se
producen con relativa frecuencia, pienso
que nuestra unión; como todo en la vida
tendrá un final y en este momento negro
de la noche que siento tu respirar
tranquilo, me pregunto quién de los dos
partirá primero (si es que hay un partir,
o en su defecto, quién llegará primero
a la meta) y egoístamente deseo ser yo
para no sufrir por ti, pero, después rectifico
porque entro en tu yo y no soporto tu dolor.

Pasan las horas y se vislumbra la claridad
del alba. Tú sigues con tu respirar tranquilo
y yo con mis desvelos. Me giro hacia ti,
paso mi brazo por tu espalda, acaricio
tu pelo, tu frente, tu mejilla; acerco mis
labios hacia los tuyos y, tú notando mi calor,
como pajarillo que en el nido espera su
alimento, abres la boca esperando mi beso.
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Victoriano Orts Cobos.
(Re)visado el día 18 de septiembre de 2016.

1 comentario:

Clematide dijo...

Precioso regalo de amor.
Siempre habéis sido un ejemplo para mi, que admiro la armonía en todas sus formas.
Me encantó que "entraras en su yo" y te dieras cuenta que no soportabas ese dolor...no hay mayor muestra de amor.
¡Un beso y mi enhorabuena!