Llegué al dolor por la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.
Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)
Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.
Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.
JOSÉ HIERRO.
2 comentarios:
¡Qué preciosidad de poema! ¿Puedo tomarlo prestado para mi blog? es que me parece tan significativo...
¡¡¡Un beso!!!
Loli, el préstamo tendrías que hacérselo a D. JOSÉ HIERRO.
En este caso yo sólo soy un mensajero suyo.
Estoy seguro de que él te lo cede encando.
Un beso.
Publicar un comentario