sábado, 17 de diciembre de 2011




MARIA JOSEFA MUJÍA (1812-1888)


MUJERES POETAS. IV.


Breve semblanza.

Nace en Chuquisaca, Bolivia, 1812, y fallece en Sucre, 1888. Es considerada una de las primeras poetas del romanticismo en Bolivia.
Ciega a los 14 años, su exquisita sensibilidad le ayudó a crearse un mundo interior de belleza y sensibilidad que supo exteriorizar en sus numerosas poesías. Es considerada la primera mujer escritora de Bolivia tras su independencia.
Su hermano Augusto pasaba las horas leyéndole obras literarias y religiosas. También escribía cartas para ella y transquibía su poesía. Aunque ella le hizo prometer mantener secreta su obra, él enseñó el poema "La Ciega" a un amigo. Se publicó en el diario "Eco de Opinión" en 1850 y se convirtió en uno de los poemas más famosos de Mujia.
Según Gabriel René Moreno, después de ésto, participó en un concurso nacional para componer una inscripción en la tumba de Simón Bolívar.
(Wikipedia).
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Bolívar
Aquí reposa el ínclito guerrero:
Bolivia triste y huérfana en el mundo,
llora a su padre con dolor profundo,
libertador de un hemisferio entero.

Al resplandor de su invencible acero
cayó el león de Iberia moribundo;
nació la libertad, árbol profundo,
al eco de su voz temible y fiero.

De los soberbios Andes el coloso
yace en la tumba, mas su ilustre nombre,
grande cual ellos inmortal, glorioso.

Honra a la historia y engrandece al hombre
¡Bolívar! Genio de eternal memoria,
nombre que dice: ¡Libertad y Gloria!"
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La ciega
¡Todo es noche, noche oscura!/ Ya no veo la hermosura/
de la luna refulgente;/ del astro resplandeciente/ 
tan solo siento calor./ No hay nubes que el cielo dora:/
ya no hay alba, no hay aurora/ de blanco y rojo color.

Ya no es bello el firmamento/ ya no tienen lucimiento/
las estrellas en el cielo/ -todo cubre un negro velo-,/
ni el día tiene esplendor./ No hay matices, no hay colores;/
ya no hay plantas, ya no hay/ ni el campo tiene verdor.

Ya no gozo la belleza/ que ofrece Naturaleza,/
lo que al mundo adorna y viste;/ todo es noche, noche triste/
de confusión y pavor./ Doquier miro, doquier piso,/
nada encuentro , y no diviso/ más que lobreguez y horror.

Pobre ciega, desgraciada,/ flor en su abril marchitada,/
¿qué soy yo sobre la tierra?/ Arca do tristeza encierra/
su más tremendo amargor;/ y mi corazón enjuto/
cubierto de negro luto,/ es el trono del dolor.

En mitad de su carrera,/ cuando más luciente era,/
de mi vida el astro hermoso,/ en eclipse tenebroso/
por siempre se oscureció./ De mi juventud lozana/
la primavera temprana/ en invierno se trocó.

Mil placeres halagüeños/ bellos días y risueños,/
el porvenir me pintaba,/ y seductor me mostraba/
por un prisma encantador./ Las ilusiones volaron,/
y en mi alma sólo quedaron/ la amargura y el dolor.

Cual cautivo desgraciado/ que se mira condenado/
en su juventud florida/ a pasar toda su vida/
en una horrenda prisión;/ tal me veo; de igual suerte,/
sólo espero que la muerte/ de mí tendrá compasión.

Agotada mi esperanza,/ ya ningún remedio alcanza/
ni una sombra de delicia/ ya mi existencia acaricia;/
mis goces son el sufrir,/ en medio de esta desdicha/
sólo me queda una dicha/ y es la dicha del morir.
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 Copiado del libro "Las mil mejores poesías
de la Lengua Castellana", de J. Bergua.
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(R)evisado el día 5 de agosto de 2016
V.O.C. 












1 comentario:

Clematide dijo...

He tardado en venir pero mereció la pena.
No tenía ni idea de la existencia de esta poetisa...me encanta aprender una cosa más hoy...
Besos