domingo, 29 de noviembre de 2009

Y YO ME IRÉ…

Y yo me iré, y todo habrá finado. Y finarán
conmigo las interrogantes y el llanto.

La Tierra seguirá, en su traslación solar,
sobre su eje rotando; ocultando con su azul,
la miseria de un mundo atormentado.

Los fuertes insistirán, en la maldad genética
del hombre, a los débiles explotando.

En unos gramos de cenizas mi cuerpo habrá
quedado y, por un tiempo, mis seres más
queridos recordarán mi pasado.

Un puñado de pensamientos, tristes como yo,
ocuparán las entrañas de un ordenador
abandonado.

Y yo me iré, y para mí, todo habrá finado.

Victoriano Orts Cobos.
**********
(Re)visado el día 13 de septiembre de 2016. 

jueves, 19 de noviembre de 2009

UN NANO-SEGUNDO

¿Con qué palabras he de dirigirme a Ti para que me escuches, Dios?
¿Por qué no "aparcas" tus grandes quehaceres  y te dignas atenderme un segundo?
¿Acaso es demasiada pérdida de tiempo para Ti?
¿Y si sólo te pido un micro-segundo?
Te prometo que no demandaré lo más elemental para la subsistencia del humano:
No te imploraré alimento ni calor para el pobre. Tampoco salud para el enfermo, ni agua para el sediento.
Sólo te pido Señor que rectifiques un punto  Tu Obra y anules de una vez, y para siempre
el egoísmo del hombre.
Puede que para Tu Grandeza resulte ridícula y hasta cómica mi petición, mas, para millones de seres,¡qué drama tan tremendo en cierra!
**********
Sé que para Ti el tiempo no existe y que antes de producirse esta súplica en mi mente,Tú eras sabedor de la misma. Por tanto, estoy convencido de que no sólo en un micro-segundo si no que en un
nanosegundo te hubiese sobrado capacidad para atenderme.
¿Por qué entonces no me has escuchado, Señor?
¿Debo por ello darte las gracias, Dios?
**********
Victoriano Orts Cobos

jueves, 5 de noviembre de 2009

EL POTRO CASTRADO

Platero y yo. XV.

Era negro, con tornasoles granas, verdes y azules,
todos de plata, como los escarabajos y los cuer-
vos. En sus ojos nuevos rojeaba a veces un fuego
vivo, como en el puchero de Ramona, la castañera
de la plaza del Marqués. ¡Repiqueteo de su trote
corto, cuando de la Friseta de arena, entraba,
campeador, por los adoquines de la calle Nueva!
¡Qué ágil, qué nervioso, qué agudo fue, con su ca-
beza pequeña y sus remos finos!

Pasó noblemente, la puerta baja del bodegón, más
negro que él mismo sobre el colorado sol del Cas-
tillo, que era fondo deslumbrante de la nave, suel-
to el andar, juguetón con todo. Después, saltando
el tronco de pino, umbral de la puerta, invadió de
alegría el corral verde y de estrépito de gallinas,
palomos y gorriones. Allí lo esperaban cuatro
hombres,cruzados los velludos brazos sobre las
camisetas de colores. Lo llevaron bajo la pimienta.
Tras una lucha áspera y breve, cariñosa un punto,
ciega luego, lo tiraron sobre el estiércol y, senta-
dos todos sobre él, Darbón cumplió su oficio, po-
niendo fin a su luctuosa y mágica hermosura.

“Thy unus’d beauty must be tomb’d with thee,
Which used, lives th’ ejecutor to be”

-dice shakespeare a su amigo.

…Quedó el potro hecho caballo, blando, sudoroso,
extenuado y triste. Un solo hombre lo levantó, y
tapándolo con una manta, se lo llevó, lentamente,
calle abajo.

¡Pobre nube vana, rayo ayer, templado y sólido!
Iba como un libro desencuadernado. Parecía que
ya no estaba sobre la tierra, que entre sus herra-
duras y las piedras, un elemento nuevo lo aislaba,
dejándolo sin razón, igual que un árbol desarrai-
gado, cual un recuerdo, en la mañana violenta, en-
tera y redonda de la primavera.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

TU ÚNICO CELO

Nos cogió a la mamá y a mí en la casa de campo
que tienen tito Jaime y tita Angelita en la sierra,
disfrutando de unas noches frescas de verano.

Aniví soportó el tormento de tus lamentos sexuales.

Cuando volvimos,tuvimos que tomar una decisión
dura pero necesaria para ti y para nosotros:
Tú tienes acceso a una manzana de tejados de unos
1000 M2. Todos de viviendas de una sola planta,
desde las cuales, con los ardores amorosos, que son
ciegos y locos, podrías saltar a la calle y desaparecer,
o volver destrozada y llena de parásitos. Tú ocupas
todos los lugares de la casa y, con preferencia,
los más delicados, por ello, tenemos que controlar
tu salud y tu limpieza.

Cleopatra, espero que lo entiendas: ¿Qué mayor
placer para mí que poder contemplarte en tu cesto
orgullosa y tierna dando vida y calor a una prole
multicolor de inocentes felinos? La vida, "Cleo",
es muy complicada. No se puede tener de todo;
hay que renunciar a unas cosas para disfrutar otras.
Es duro, sí; pero necesario.
**********
Victoriano Orts Cobos.
(Re)visado el día 16 de septiembre de 2016.





t