EL RESPLANDOR DE LA
MENTIRA
Por Manuel Alcántara.
Diario SUR, 24/07/2013.
El
próximo ex presidente del Gobierno ha roto su silencio y hay fragmentos de
cristal opaco por todas partes. Llega un momento en el que no pueden sostenerse
las situaciones insostenibles, pero la decisión, como ha dicho la secretaria
general del PSOE, Elena Valenciano, llega tarde, mal y a rastras. Lástima que a
su partido le pille con las manos ocupadas contando el dinero de los ERE y no
puedan arrojar más perras. “Lengua sin manos, ¿cómo osas hablar?” se lee en el
Mío Cid. Quizás
nunca en los últimos tiempos, haya tenido una ocasión más propicia Rubalcaba,
al que los caricaturistas pintan, y no por difamarle, más calvo que una
bombilla.
Hay gran expectación, pero los taurinos dicen que corrida de
expectación, corrida de decepción. Veremos. Lo que hace falta es que los toros
de Iberia no se desmanden y que quede abierta alguna puerta de salida. Ha tardado
don Mariano a acceder a declarar lo que él, por fin, ha llamado “duda legítima
de muchísimos”, por no decir de todos, ya que no cabe duda de que ha mentido a
sus compatriotas.
El 1 de agosto, que será tan augusto y tan lento como todos los años,
resplandecerá la mentira, que también tiene destellos fulgurantes. Hemos tenido
que esperar largos días para que se nos presente y en ese sentido le debemos
gratitud al plagórico ex tesorero Bárcenas. Nada impide que alguien habituado a
engañar no diga algo cierto cuando se le preguntan algunas cosas, como qué hora
es, a condición de que no sea la hora de la verdad. Resulta tan inesperado que
el futuro ex presidente hable claro en el Congreso que se pueden agotar las
entradas ante los televisores. Siempre es un grandioso espectáculo contemplar cómo
resplandece la mentira, ataviada con nuevas galas. El gran don Ramón del Valle
Inclán, que tampoco era manco en eso de inventarse historias completamente falsas,
llama a la mentira “alada” y “risueña”. La consideraba como uno de los dones
del cielo. Lo que no dijo nunca es que se confundiera con los donativos de los
partidos políticos.
V.O.C.