¡YA ESTÁ BIEN DE VAGANCIA!
Después de dos años largos de
viajar por esos mundos de Dios y de Internet, consideré necesario desconectar
de la presión moral que me había impuesto de producir todas la semanas un
capítulo referido a mi viaje virtual a mis raíces por el camino opuesto a la
lógica de la distancia más corta.
Cumplida esta misión con la máxima
puntualidad y exactitud, determiné premiarme con un mes sabático, y, una vez
consumido dicho tiempo es llegado el momento de reiniciar la tarea de laborar.
He de confesar que no todo ha
sido descanso, sino que este mes de forma más pausada lo he dedicado a repasar
trabajos anteriores desde que allá por la segunda mitad de la década de los
años 80 del pasado siglo me aficioné por casualidad a lo que hoy es mi droga
literaria: El pequeño relato y la poesía.
En 1987, un grupo de funcionarios
de Correos de Málaga, amantes de la cultura fundó una revista de creación
literaria. Yo que salvo las cartas que en mi infancia escribía a mis hermanas
mayores (3) y a mi hermano, mayor también, repartidos por la geografía
española, a petición de ¡Mi Santa Madre Victoriana!; a la edad de 50 años sentí
la necesidad de escribir, y, tremendamente asustado me arriesgué lanzándome a
esta complicada aventura que al día de hoy me llena de satisfacción.
La revista, con el título de EL PARNASO se editó durante 4 años, con una
frecuencia mensual entre 1987 y 1990.
En 1989, la dirección literaria
me sorprendió con la impresión especial de un cuaderno de 26 páginas con poemas
de mi invención, con una tirada de 100 ejemplares y que bauticé con el título
de CAL VIVA.
Dejando a un lado la
modestia, confieso con orgullo que fui
el único colaborador literario homenajeado
con semejante regalo.
Después de desempolvarlo de
la estantería en la que lo he tenido cautivo durante 27 años, he considerado
que merece la libertad y he dispuesto lanzarlo a través de Internet por los 6
continentes y los 5 océanos y sus islas correspondientes.
¡Que así sea¡
Victoriano Orts Cobos.
Málaga 4 de febrero de 2016.
1 comentario:
Aqui estoy, Victoriano, como fan tuya, acompañándote en tu camino de expresión literaria.
Publicar un comentario