jueves, 19 de mayo de 2016

JUEGOS FLORALES DE ZAMORA, AÑO MCMXX


JUEGOS FLORALES DE ZAMORA, AÑO MCMXX.


LA VICTORIA. LVI/14
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Doscientos sesenta han sido los  trovadores que han concurrido a este certamen, y que han desgranado en él un verdadero sartal de joyas poéticas, recorriendo la gama de todos los géneros literarios.
De los noventa  que aspiraron a la Flor natural, no pocas merecieron los honores de un atento examen por parte del jurado, pero una de las composiciones, desde el primer momento, cautivó el gusto de los jueces que solo buscaron en las demás otra que pudiera aproximársele.
Pertenece la composición premiada al género mixto y, entre sus clases, a la poesía bucólica rimada en bellas y armoniosas silvas.
Revela un alma saturada de amor a la vida tranquila del hogar honrado y un conocimiento nada vulgar de los clásicos latinos y castellanos.
Horacio con su Beatus ille...., Virgilio con su Oh fortunatos nimiun...., y más tarde Garcilaso con sus Églogas y Gabriel y Galán con sus Castellanas, han sido los mentores que han guiado la pluma del inspirado autor de “La escondida Senda”
Traza en ella el poeta un cuadro encantador de los placeres puros e inocentes, excitando los sentimientos más tiernos del alma, celebrando los goces que proporciona la vida del campo, la tranquilidad del retiro y la sencillez e inocencia del alma campesina, para inculcar el amor a aquella vida tan apacible y exenta de crímenes y perfidias.
Cuadro viejo, en verdad, que viene

perfilándose desde las edades patriarcales, y siempre nuevo, porque el alma soñadora descubre cada día en él nuevas luces, nuevos encantos que le revisten de juventud y belleza.
¡Bienaventurado el poeta que, como el señor Herrera Muñoz, lleva un alma saturada de fe cristiana, que cual bruñido espejo de tranquilo lago puede reflejar las múltiples facetas del Joyel eterno, que con su Providencia alegra la vida errante de sus criaturas!
No criticaré al detalle las hermosas estrofas de esta composición, que vais a tener el gusto de saborear dentro de breves momentos, pero tampoco pasaré sin decir que, si su autor es andaluz, bien parece haber tenido su cuna en la ancha y severa meseta de Castilla, templo grandioso abierto al culto de Dios, al del trabajo honrado, al de la casta esposa, y al de los sanotes y alegres hijos.
El poema del Duero, que lleva como lema Por Castilla y por León, y que mereció el Accesit, pertenece al género lírico con carácter de  oda, rimada en estrofas de seis versos alejandrinos, y si bien es cierto que encierra pensamientos sublimes y oportunísimas figuras retóricas, sin decaer en interés y valentía, por lo que revela a su autor como un poeta nada vulgar, adolece sin embargo de algún descuido en la entonación que le resta brillantez y armonía, por lo que el  Jurado lo juzgó digno sólo del Accésit del Premio a que aspiraba.
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Zamora 17 de septiembre de 1920

El Secretario del Jurado.
Francisco Gutiérrez Vara, Pbro.
Catedrático de Latín y Literatura en el Seminario de San Atilano.
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Málaga 22 de abril de 2016,
fecha de la confección de este capítulo.




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