viernes, 21 de agosto de 2020







Verano 2020: A la sombra de la historia

La infancia malagueña de Vicente Aleixandre





Vicente Aleixandre en su biblioteca. /Archivo. SUR
Vicente Aleixandre en su biblioteca. / ARCHIVO. SUR

«Nací a la luz, e incluso a los libros, en Málaga, porque allí aprendí a leer, que es el segundo nacimiento», afirmaba el Nobel





Fernando Alonso

FERNANDO ALONSO

«Nací en Sevilla y, como digo siempre, me crié en Málaga. De modo que en Sevilla solo sé que nací allí, pero no tengo memoria de infancia. Todos mis recuerdos primeros de la vida son malagueños. Nací a la luz, e incluso a los libros, en Málaga, porque allí aprendí a leer, que es el segundo nacimiento». El mismo Aleixandre se definía como un malagueño nacido en Sevilla o un sevillano criado en Málaga.

Para saber más sobre la vida de uno de nuestros premios Nobel, lo mejor que puede hacer el lector curioso es leerse la estupenda biografía que le dedicó en el 2016 Emilio Calderón, también malagueño. Vicente Aleixandre Merlo nació en Sevilla el 26 de abril de 1898. Con apenas tres años trasladaron a su padre, Cirilo Aleixandre, a Málaga para desempeñar su trabajo como ingeniero de ferrocarriles. En Málaga la familia vivió en la calle Córdoba, entonces alameda Carlos de Haes, en el número 6, segunda planta. Sus abuelos maternos residían muy cerca, en la Alameda Principal.

Uno de los primeros recuerdos de Aleixandre es el del colegio de don Ventura, que estaba en la calle Sánchez Pastor haciendo esquina con la plaza del Carbón. Y lo que muy pocos malagueños saben es que Aleixandre fue compañero de clase de Emilio Prados. Todos los días salía de su casa en la calle Córdoba y pasaba por la calle Larios para recoger a su amigo Emilio. El padre de este tenía una lujosa tienda de muebles en el número 4 y la familia vivía en el mismo edificio. Aquí tenemos que imaginarnos al niño Vicente, de apenas diez años, dándole una voz a su amigo para que bajase y, cruzando la plaza de la Constitución, dirigirse juntos a la escuela. Don Buenaventura Barranco Borch esperaba a los niños de pie, desde unos minutos antes de las nueve, ya con el puntero en la mano. Tenía «el tupé levantado, cejas amenazadoras, bigotes a lo Káiser y ojos desmentidores de tanta fiereza», recuerda Aleixandre.
Curiosamente en este colegio estudió unos años más tarde otro Premio Nobel: Severo Ochoa. Pocos centros escolares en el mundo pueden presumir de haber contado entre sus alumnos con dos premios Nobel. Pensamos que es de justicia que el Ayuntamiento de Málaga colocase una placa conmemorativa en la fachada del edificio donde estuvo el colegio de don Ventura. Ese profesor los enseñó a escribir.
En la primera planta de esta casa de la calle Sánchez Pastor estuvo el colegio de don Ventura
En la primera planta de esta casa de la calle Sánchez Pastor estuvo el colegio de don Ventura / SUR
Desde muy pequeño Vicente Aleixandre se aficionó por la lectura. Aquí jugó un papel fundamental su abuelo Antonio Merlo, militar natural de Vélez. En su casa de la Alameda tenía una selecta biblioteca en la que el joven poeta leyó la Ilíada, novelas de Conan Doyle y de Galdós. Estas últimas le dejaron una profunda huella. Su abuelo le regaló las Leyendas de Bécquer.
Frente a la casa de Vicente Aleixandre estaba el famoso cine Pascualini, llamado así por su propietario, Emilio Pascual. Allí pudo ver nuestro escritor las primeras películas, todavía mudas, del cómico Max Linder, el más popular del momento. El cine Pascualini fue destruido por una bomba en 1937. En su solar estuvo el Teatro Alameda, hoy remozado como Teatro del Soho.
En vacaciones el padre de Aleixandre alquilaba una casa en Pedregalejo. Allí el poeta se llenaba de luz y de mar cada verano: «No había más que atravesar el jardín, cruzar el zaguán de la entrada posterior y salir a la playa. Y allí, al borde, tranquilo, apacible, brillador, el mar».
Examen para el ingreso en bachillerato en el Instituto General y Técnico.
Examen para el ingreso en bachillerato en el Instituto General y Técnico. / ARCHIVO DEL INSTITUTO NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA (MARTIRICOS)
En junio de 1908 Vicente Aleixandre hizo el examen para el ingreso en el bachillerato en el Instituto General y Técnico. La prueba aún se conserva y fue descubierta en el archivo del instituto Nuestra Señora de la Victoria (vulgo Martiricos) en el año 2009 por Víctor Heredia y José Jiménez Trujillo. En marzo de 1909 el padre del poeta fue trasladado a Madrid, donde buscaba un clima más seco que resultase beneficioso para una enfermedad pulmonar que padecía. El poeta abandonó Málaga, pero ya se le quedó grabada para siempre en su corazón.
Aleixandre publicó su primer libro, 'Ámbito', en la Imprenta Sur en 1928. Un año después volvió a Málaga, de la que llevaba veinte años ausente. Aunque nos parezca sorprendente, el poeta no recordaba que Emilio Prados era ese niño que le acompañaba cada mañana a la escuela de don Ventura. Lo habían descubierto solo un par de años antes gracias a su correspondencia epistolar. Así que al bajarse del tren y ver a Emilio que había ido a esperarle, a Vicente le pareció escuchar: «Esta mañana te has retrasado en venir a recogerme».
Málaga y la Generación del 27
Málaga fue una ciudad esencial para los poetas del 27 y no solo porque en nuestra ciudad se editase la revista Litoral y la Imprenta Sur estampase algunos de sus libros. Además de Aleixandre, que dedicó a nuestra ciudad su bello libro 'Sombra del paraíso' (1944), y de los poetas malagueños José Moreno Villa, José María Hinojosa, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, otros genios del 27 estuvieron ligados a Málaga.
Rafael Alberti era sobrino de un cura de la parroquia de San Juan y jugaba de niño en la casa de Altolaguirre. Lorca veraneaba en La Caleta, en el hotel Hernán Cortés, y disfrutaba de nuestras playas. Luis Cernuda descubrió Málaga en el verano de 1928 y tanto le gustó que estuvo planteándose quedarse a vivir aquí con sus amigos de Litoral. Cuando Jorge Guillén volvía a España en la posguerra, se alojaba en el hotel Castillo de Santa Clara de Torremolinos. Pasó sus últimos años en su casa del Paseo de la Farola. Y está enterrado junto a su mujer en el Cementerio Inglés.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/ pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 21 de agosto de 2020.
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