martes, 1 de noviembre de 2011

COMPAÑERA DE SIEMPRE
¡Cuánto tiempo caminando juntos, compañera de siempre! Desde aquel doloroso instante en que nos lanzaron a esta interrogante que es la vida. Por accidente, yo, ¿voluntariamente tú? Si fue así, dime, ¿Qué viste? ¿Qué buscabas en esta incógnita? ¿Qué te atrajo de este desierto para no retroceder? Con lo fácil que te hubiese resultado hacerlo en aquel mísero instante (1938) ¿Quién lo hubiese notado además de aquella buena mujer que por décima vez, y con casi medio siglo a sus espaldas rompía su cuerpo por el dolor del parto? Hasta ella, acostumbrada al llanto y crujir de sus huesos se hubiese sentido aliviada al pasar de los días ante la evidencia de una boca menos a la que buscar sustento. Pero no fue así y tú sabrás porqué, porque, qué más quisiera yo que entenderlo. En fin, no dramaticemos.  El tiempo pasó y aquí seguimos; juntos, inseparables, como pareja que se promete para toda la vida.
Es cierto que hemos tenido nuestras rencillas en más de una ocasión pero al final la tormenta se hizo calma. ¿Sabes una cosa? Me he acostumbrado a ti de tal forma, que el miedo que antes te tenía, quizás debido a la ignorancia, y a la fobia que sobre ti existe, al pasar del tiempo y al uso de la razón, se ha ido transformando en respeto, compresión, y hasta si me apuras, compasión; porque, ¿qué sería de ti si yo te abandonará? Ciertamente yo dependo de ti, de tu benevolencia, pero, ¿qué sería de ti sin la mía?
Es mucho lo que nos une, yo me atrevería a decir que todo, por eso me resisto a la teoría de la separación. El caso es que según dicha teoría, tú, que tan terrible te representan, sales perdiendo, porque acabas en la nada; sin embargo a mí me las prometen de color rosado; bueno, rosado si me comporto; claro está. Para tu tranquilidad te confieso que no estoy de acuerdo: no deseo que sea así, porque, ¿dime, qué sería de mí acostumbrado a tu presencia, a tu inquietante compañía?, ¿a  tu posible broma sorpresa? Sería terrible nuestra separación, ¿Te imaginas una vida de contemplación y vagancia? ¿de adoración y obediencia; de satisfacción plena?
No pienso que vayan por ahí los tiros. Sería como pasar de la humanidad a la robótica y no creo, ni mucho menos, que el Supremo, que hizo este mundo tan intrigante nos sorprenda con la chorrada de una nueva vida rutinaria y por lo tanto súper aburrida. Yo, lamentablemente, apuesto por la nada, aunque me alegraría infinito equivocarme y pasar a un eslavón más en el entendimiento y compresión de Su Obra. Un  eslavón más de nuestra existencia, la tuya y la mía, la de los dos, que tan unidos estamos, que a veces pienso que somos uno.  
Victoriano Orts Cobos.
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(Re)visado el día 11 de septiembre de 2016.

       

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