ÁNGELA
FIGUERA AYMERICH
Bilbao,
1902-1984, Madrid.
Breve semblanza
.Ángela Figuera fue una de
las principales figuras de la denominada poesía desarraigada de la Primera
Generación de la postguerra española.
Fue profesora de lengua y
literatura de enseñanza media. En 1932 contrajo matrimonio con el ingeniero
Julio Figuera Andú y fue destinada al instituto de Educación Secundaria de
Huelva, ciudad donde nacería muerto su primer hijo.
Se trasladó a Madrid, donde
residía cuando comenzó la Guerra Civil. Su marido, de ideología socialista, se
alistó al ejército republicano. El 30 de diciembre de 1936 nació su hijo Juan
Ramón en medio de un bombardeo (“con salvas, como los reyes”, escribirá).
En 1937 Ángela y su familia
fueron evacuados a Valencia. Al finalizar la guerra, como represalia por haber
permanecido fiel a la república, perdió su plaza y título universitario,
quedando sin trabajo y sin bienes.
La familia Figuera se
trasladó a Madrid, con la esperanza de que allí pasarían más fácilmente
inadvertidos y podrían salir adelante.
WIKIPEDIA.
SAN
POETA LABRADOR.
Yo
era poeta labrador.
Mi
campo era amarillo y áspero.
Todos
los días yo sudaba
Y
lloraba para ablandarlo.
Tras
los bueyes, lentos, firmes,
Iba
la reja de mi arado.
Mis
surcos eran largos, hondos.
(Mis
versos eran hondos, largos)
Por
el otoño lo sembraba
Sin
desmayar, año tras año.
Iba
un puñado de belleza
Por
cada puñado de grano.
Y un
puñadito de verdad.
(Esto
sin que lo viera el amo.)
Año
tras año lo segaba
Bajo
los fuegos del verano:
De
hambre y de dolor era la siega,
De
hambre y de dolor y desengaño.
Por
san poeta labrador,
A
mediados del mes de mayo,
Cuando
en la Iglesia Catedral
Arden
las velas del milagro,
Me
arrodillé sobre la piedra
Antes
de que cantara el gallo
Y
estuve así, reza que reza,
La
frente humilde, en cruz los brazos
A
Dios el Padre, a Dios el hijo
Y a
Dios el Espíritu Santo,
Con
toda urgencia les pedía
Que
nos echaran una mano.
Pedía
por todos los buenos,
Por
los que dicen que son malos.
Por
los sordos con buen oído
Y
por los ciegos de ojos sanos.
Por
los soldaditos de plomo
Y por el plomo de los soldados.
Por
los de estómago vacío
Y
por los curados de espanto.
Por
los niños de culo al aire
Y
por las niñas de ojos pasmados.
Por
las madres de pechos secos
Y
por los abuelos borrachos.
Por
los caídos en la nieve,
Por
los quemados del verano,
Por
los que duermen en la cárcel
Por
los que velan en el páramo,
Por
los que gritan a los vientos,
Por
los que callan asustados,
Por
los que tienen sed y esperan
Y
por los desesperanzados.
Ardientemente,
largas horas
Estuve
así pidiendo, orando.
Con
las rodillas desolladas,
Sabor
a incienso entre mis labios,
Yo,
San Poeta Labrador,
Cuando
ya el sol estaba en alto,
Salí
en el nombre de Dios Padre,
Del
Hijo y del Espíritu Santo,
Con
ojos anchos de esperanza,
Salí
al encuentro del milagro.
(Ángeles a la tarea
Sobre
mi tierra arando, arando.
Bajo
la sombra de sus alas,
Altas
espigas, rubio grano.
Pan
de justicia para todos.
Amor
y paz desenterrados.)
Miré.
Miré. Los ángeles no estaban.
Inmóviles
los bueyes, solo el campo.
Dejé
secar la sangre en mis rodillas.
Miré
de frente y empuñé el arado.
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CAÑAVERAL
Entre
las cañas tendida;
Sola
y perdida en las cañas.
¿Quién
me cerraba los ojos,
Que
solos, se me cerraban?
¿Quién
me sorbía en los labios
Zumo
de miel sin palabras?
¿Quién
me derribó y me tuvo
Sola
y perdida en las cañas?
¿Quién
me apuñaló con besos
El ave
de la garganta?
¿Quién
me estremeció los senos
Con
tacto de tierra y ascua?
¿Qué
toro embistió en el ruedo
De
mi cintura cerrada?
¿Quién
me esponjó las caderas
Con
levadura de ansias?
¿Qué
piedra de eternidad
Me
hincaron en las entrañas?
¿Quién
me desató la sangre
Que
así se me derramaba?
…Aquella
tarde de Julio,
Sola
y perdida en las cañas.
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Copiado del libro “Las mil
mejores poesías
De la Lengua Castellana, (el
primero) y de
amedinavoz, (el segundo)
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(Re)visado el día 20 de
agosto de 2016.
V.O.C.
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