martes, 10 de julio de 2018

El pequeño Kevin conoce a Puccini


Kevin y su violonchelo, junto a uno de los pianos del MIMMA. /Salvador Salas
Kevin y su violonchelo, junto a uno de los pianos del MIMMA. / SALVADOR SALAS

Toca el piano, es chelo de Promúsica y canta en la Escolanía Santa María de la Victoria


Regina Sotorrío

REGINA SOTORRÍO
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Nos citamos en el Museo Interactivo de la Música (MIMMA), su «lugar favorito». «¡Mamá! ¿Puedo ir a tocar el violín?», pregunta Kevin Siles. Acaba de cumplir 10 años pero ya está familiarizado con Puccini, Mozart o Bethoveen. Es pequeño pero con grandes aspiraciones en la música. Compagina las clases particulares de piano con segundo del grado elemental de violonchelo en el Conservatorio Manuel Carra. Toca en la Orquesta Infantil Promúsica y canta en la Escolanía Santa María de la Victoria. Y es uno de los seises de las celebraciones del Corpus en la Catedral.
Con 10 años recién cumplidos, ya puede presumir de haber actuado en las últimas óperas del Cervantes y de ser uno de los niños seises que canta en la Catedral
Cuando se le pregunta qué quiere ser de mayor, contesta sin vacilar: «Me gustaría ser médico y tocar en una orquesta». De momento, pone todo de su parte para conseguirlo. Cuenta que cada día se levanta a las siete de la mañana para tocar el piano. «Luego me tengo que ir a colegio y no puedo», argumenta. «Menos mal que tengo buenos vecinos porque ¡imagínate!», exclama su madre Ayelyn Ramos. Ella y su marido Bernabé Siles fomentan la pasión de su hijo por la música desde que con tres años descubrieron lo que disfrutaba con un piano de juguete. Le apuntaron entonces al Ateneo y desde ese momento no ha dejado de aprender. «Nos gusta la música pero ninguno de nosotros somos artistas ni entendemos de esto. No podemos ayudarle a estudiar las partituras ni nada. Es él solo y sus notas», explica su madre.
Cuando cumplió la edad para acceder al Conservatorio Elemental, se decidió por la cuerda. «Por tener un segundo instrumento y porque quiero tocar en orquesta», insiste. Escogió entonces el violonchelo, que le acompaña a esta entrevista y a todas partes. Sobresaliente ha sido la calificación que ha obtenido este curso en el Conservatorio. Y, además, cada sábado lo ha tocado en la Orquesta Infantil Promúsica, en la que entró esta temporada.
Pero también domina otro tercer instrumento: la voz. Kevin forma parte de la Escolanía Santa María de la Victoria y gracias a ella ya sabe lo que es subirse al escenario del Cervantes con mil almas enfrente. Ha participado en las últimas producciones de ópera del teatro donde se requerían voces blancas:'Tosca' y 'Turandot'. «Susto, no, pero si algo de nervios. Al final siempre te sientes bien y contento», explica. Admite que donde más disfrutó fue en 'Tosca' porque tenían que entrar y salir «tres o cuatro veces» y podía vivir el ambientillo de los vestuarios. Asegura que la ópera le gusta «mucho», aunque la inmensa mayoría de sus compañeros de clase no sabe de lo que les habla cuando le cuenta sus experiencias. «Pero cuando no entienden alguna cosa de música, yo se las explico», dice resuelto. De hecho, es buen estudiante y «saca muy buenas notas» en el cole, confirman sus padres.
También de la mano de la Escolanía ha actuado en la Catedral de Málaga, siendo uno de los seises que canta en festividades señaladas –como el Corpus o la Inmaculada– ataviados al modo dieciochesco. Aunque tampoco necesita un escenario formal para levantar la voz. «Cuando voy con mis padres a algún hotel de viaje y hay música en vivo canto con ellos», cuenta. Por cantar lo hace hasta en clase a petición de sus compañeros o de los mismos profesores.
Pero Kevin Siles no deja de ser un niño. «Estoy en el equipo de balonmano y me da tiempo también a jugar un rato», aclara. Y si se le pregunta qué música actual le gusta, responde lo que diría cualquiera de su edad:Camila Camello, la cantante de moda entre los adolescentes. En los descansos de la orquesta juega al fútbol con los amigos y también echa mano en ocasiones de los videojuegos. Pero siempre está la música de por medio. «Mamá, quiero un flautín», le dice tras ver pasar por la calle a un chaval con uno entre las manos.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 10 de julio de 2018.

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