miércoles, 31 de marzo de 2010

JUAN BOSCÁN.
Barcelona 1493. Perpiñán 1542.

Soneto LXI

Dulce soñar y dulce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme;

dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba
que alguna vez llegaba a despertarme:

¡oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras si vinieras tan pesado
que asentaras en mí con más reposo

!Durmiendo, en fin, fui bienaventurado,
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.

1 comentario:

Clematide dijo...

Nunca había oido hablar de este autor, y veo que los sonetos son tu debilidad.
Se puede saborear esa dulzura del sueño que nos balancea y nos salva de la a veces cruda realidad...