JUAN BOSCÁN.
Barcelona 1493. Perpiñán 1542.
Soneto LXI
Dulce soñar y dulce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme;
dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba
que alguna vez llegaba a despertarme:
¡oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras si vinieras tan pesado
que asentaras en mí con más reposo
!Durmiendo, en fin, fui bienaventurado,
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
1 comentario:
Nunca había oido hablar de este autor, y veo que los sonetos son tu debilidad.
Se puede saborear esa dulzura del sueño que nos balancea y nos salva de la a veces cruda realidad...
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