UNA MALA DESPEDIDA.
POR MANUEL ALCÁNTARA, Diario SUR, 06/09/13.
No le ha dado tiempo al buen pastor Francisco para traer al redil a todas
sus ovejas negras. Una de las que corren más, ya que lleva balando muchos años,
es el cardenal Tarcisio Bertone, que tiene pinta de defensa central y cumplirá
79 años dentro de dos meses. Monseñor
Tarcisio ha sido sustituido por Pietro Parolin, lo que representa el principio
del fin de su largo reinado como Secretario de Estado del Vaticano. De aquí en
adelante, si es que no hay retrocesos, seguirá ostentando el cargo importantísimo
de cardenal camarlengo del Colegio
Cardenalicio, que es el que se encarga
de certificar la muerte del Pontífice, que como se sabe es el único que se
muere sin recibir la bendición se su santidad.
Quizás le alivien de algunos trabajos los
calendarios, pero visto en las fotos se encuentra en plena forma. ¿Por qué ha
elegido el papa Bergoglio como su número dos a Pietro Parolin? Los caminos de
Dios son inescrutables, pero los de la Iglesia no hay dios que los escrute. Se
trata de imprimir un nuevo rumbo a la zozobrante nave de San Pedro, pero la
actitud del relevado Bertone está siendo un ejemplo al revés de las virtudes no
solo cristianas, sino cívicas. Incluso los de la Junta de Andalucía tienen
mejores modales que don Tarcisio, que ha cogido un cabreo sordo pero
perfectamente audible.
“He sido atacado por una red de cuervos y víboras”, ha dicho,
refiriéndose a sus edificantes colegas.
No le ha faltado más que citar a bicho innombrable en el zoológico del
parque Vaticano, que algunos llaman el `caso Vatileaks´. Documentos robados por
el mayordomo personal de Benedicto XVI, facturas falsas y desaparecidos documentos
que denunciaban las pésimas prácticas del llamado `Comité de finanzas y gestión´.
No ha sabido Bertone ni guardar sus repugnantes secretos ni guardar silencio.
Vista desde fuera su conducta es la menos cristiana de alguien que ha vivido
siempre de autonombrarse intérprete de Jesús de Nazaret. Se va rabiando y
pataleando y acusando a sus compañeros. Un mal ejemplo.
V.O.C.
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