miércoles, 27 de septiembre de 2017

EDITORIAL
DECLARACIÓN UNILATERAL. Diario SUR, 27/09/17.
Ante la imposibilidad del referéndum, el independentismo se enfrenta a la encrucijada de optar ya por la secesión.

 La evidencia de que el 1 de octubre no tendrá lugar un referéndum ni vinculante ni significativo en Cataluña, sencillamente porque tal consulta vulneraría la legalidad constitucional, está llevando al independentismo a la encrucijada de si ha de declarar ya la gestación de una república catalana, o si ha de seguir explotando las posibilidades del victimismo soberanista, de la defensa única –plebiscitaria- del derecho a decidir. Ayer, un portavoz veterano del PDeCAT, Carles Campuzano, llegó a considerar “absolutamente descartada” la posibilidad de una declaración unilateral  de independencia. Más con el propósito de ofrecer a sus adeptos un escenario  aparente de la ruptura drástica con el Estado constitucional que con la intención de amenazar a este último de salirse definitivamente del mapa español.  El problema es que nadie en el secesionismo sabe nada respecto al paso que la Cataluña independentista piensa dar a continuación. Una cuestión que está sujeta a tal cúmulo de expectativas y de temores que obligan a concluir que, a pesar de las apariencias, no tiene una visión unívoca sobre su mejor manera de romper con la España constitucional. Hasta la DUI –Declaración Unilateral de Independencia- asoma a veces como un amago para negociar bilateralmente con los poderes centrales del Estado. El independentismo no es solo un desvarío respecto a una concesión integrada del país de los catalanes y del país de los españoles. Es que además carece de norte. Ni la Generalitad ni las fuerzas parlamentarias  que sostienen su gobierno descartan nada. Tampoco, y menos que nada, la DUI. Es cierto que una declaración unilateral de independencia por parte de la mayoría parlamentaria –que no ciudadana- de la comunidad española que mayor proyección global representa interpela directamente al Gobierno de Rajoy y al propio equilibrio constitucional. Es con lo que el presidente Puigdemont y los promotores de la farsa del `referéndum si o si’ juegan en vísperas del 1 de octubre. Su capacidad para transmitir la imagen de un Estado Español al límite, de una España sujeta por alfileres de legalidad, de un país que se resquebraja en términos de legalidad democrática. Es el lecho de paja sobre el que el independentismo gobernante trata de levantar  un poder alternativo al existente. El poder de una Cataluña homogénea en su encendida visión frente a una España que se muestra demasiado difusa.
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Copiado por Victoriano Orts Cobos.

Málaga 27 de septiembre de 2017.      

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