lunes, 3 de septiembre de 2018

El reto de humanizar a la sociedad

La doctora María del Carmen Martínez ha abierto el debate sobre la duración laboral del luto./
La doctora María del Carmen Martínez ha abierto el debate sobre la duración laboral del luto. 

Javier Recio
JAVIER RECIOMálaga
Lleva toda la razón María del Carmen Martínez, la médico de familia y oncóloga malagueña que ha puesto sobre la mesa un asunto que por desgracia afecta o afectará a todo el mundo: la vuelta al trabajo tras el luto por la muerte de un hijo o unos padres. Es inaudito que una persona tenga que incorporarse a su puesto tres días después de la muerte de un familiar directo. En su caso, lo normal es que no atendiera al cien por cien de su capacidad a sus pacientes, pues de una manera irremediable estaría pensando en su hijo recién enterrado. Eso es humano. Y hay que incidir en este aspecto. No todo el mundo supera con la misma rapidez la pérdida de un ser querido, ni todas las pérdidas son iguales, pues las circunstancias hacen que unas sean especialmente dolorosas. Por eso hay que cambiar el actual modelo, que es demasiado frío, e intentar implantar otro más flexible, en el que el afectado en cuestión tuviera un plazo más largo para pasar el luto, que no es igual que una depresión. La 'trampa' que se utiliza es que el médico de familia conceda una baja por este concepto. Y esto es lo que hay que evitar, pues ni el trabajador tiene que recurrir a esta artimaña ni el sanitario tiene que verse presionado para concederla. Basta con tener una visión más humanizada de las relaciones laborales. Y sería bueno que la banca se aplicara el parche, porque cada vez piensan menos en sus clientes. La revolución digital en la que están envueltas las sociedades financieras está dejando en el camino a mucha gente. Posiblemente a la gente más fiel que tienen: las personas mayores, que suelen estar en la misma sucursal siempre, salvo que se la hayan cerrado, algo que por desgracia se ha convertido en algo demasiado habitual. Es decepcionante e indignante que los bancos no quieran ni ver a estas personas mayores por sus oficinas, más que nada porque no le pueden colocar ya seguros u otros productos que tienen a la venta. Y se ve que para ellos es un incordio tener que atenderlos cuando le piden un estadillo o quieren pagar un recibo. Para eso están imponiendo comisiones y horarios restrictivos como medidas disuasorias. En muchos casos estas personas, que no deben olvidar que son sus clientes, que por lo que se ve ya no llevan siempre la razón, se encuentran indefensos cuando se les impone una relación con ellos por vía informática. ¿Por qué tienen que pagar, por ejemplo, una multa por el cajero automático? Para muchos es una verdadera odisea que termina cuando imploran ayuda al primero que pasa por allí o al empleado que se apiada de ellos y les echa una mano de tapadillo. No son simples números y no deben olvidar esas entidades que manejan su dinero y que esa es una de la base de su negocio, tener la pasta de la gente para luego prestarla a otras personas. Hay que desterrar la frialdad que parece que se ha instalado en las relaciones comerciales. No a todo el mundo le gusta hacerlo todo por Internet, aunque lógicamente hay que respetar a los que apuestan por este sistema, sin duda, más rápido que el boca a boca. No se trata de renunciar al futuro, sino de respetar a aquellas personas que no tienen tanta facilidad para engancharse a las nuevas tecnologías. Ahora son los bancos, pero llegará un momento en que todo el mundo tendrá que autoservirse en los supermercados y pagarse la cuenta sin que nadie le atienda. El problema es que se olvide que todavía hay mucha gente mayor que ni siquiera tiene una tarjeta de crédito. Hay que pensar más en estas personas en detrimento de los fríos números. Ya se les hace hablar con máquinas cuando intentan hacer cualquier reclamación en servicios básicos como la luz, el agua o la telefonía. Pero todo puede ir a peor. Se debe reaccionar y conseguir una sociedad que no olvide algo tan necesario y obvio como el trato cercano. Basta con humanizar las relaciones.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 3 de septiembre de 2018.

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