lunes, 2 de diciembre de 2019

El eterno aventurero



Miguel del Quadra-Salcedo en pleno combate con una anaconda en el Amazonas /R.C.
Miguel del Quadra-Salcedo en pleno combate con una anaconda en el Amazonas / R.C.

El Museo de América exhibe parte del legado de Miguel de la Quadra-Salcedo, donado por la familia del legendario atleta, explorador y reportero



Miguel Lorenci

MIGUEL LORENCIMadrid
En 1956 un joven y fornido Miguel de la Quadra-Salcedo (Madrid, 1932-2016) hacía el papel de instructor en lanzamiento de disco de Richard Burton en 'Alejandro Magno', la película de Robert Rossen. Ser actor ocasional fue solo una de las múltiples ocupaciones del eterno aventurero a lo largo de una vida plagada de hazañas y desafíos. Sus logros como atleta, explorador, navegante, buscador de oro, reportero, divulgador, viajero incansable y promotor de la 'irrepetible' Ruta Quetzal se pueden rastrear ahora en la muestra 'Miguel de la Quadra-Salcedo. Una vida de aventura' que el Museo de América acoge hasta mayo próximo. Es la primera realizada con lo más relevante del legado que su familia otorgó al Estado y que custodia, estudia y cataloga el museo público.
«No habrá otra Ruta Quetzal», dice su primogénito al presentar un archivo con más de 20.000 imágenes y documentos y cientos de objetos etnográficos
No falta en la exposición ninguna de la icónicas imágenes que hicieron de este pionero en tantas cosas un personaje legendario que perdurará en la memoria colectiva de muchas generaciones. Sus récords como atleta olímpico –campeón de España de martillo, disco y jabalina en la misma temporada–, su pulso con una descomunal anaconda en el corazón del Amazonas, por el que peregrinó durante tres años, sus contactos con las tribus huambisa, macu, shipibo, yagua, peba o ticuna, sus encuentros con el Dalai Lama, Haile Selassie, Pablo VI o Yasir Arafat, y sus coberturas de la guerra del Congo en 1964 o de la muerte del Che Guevara en 1967.


De la Quadra con miembros de una tribu amazónica
De la Quadra con miembros de una tribu amazónica / R.C.

La muestra recorre la intensa vida del irredento aventurero de ascendencia y alma vasconavarra que cruzó todos los continentes y recolectó infinitud de objetos etnográficos donados al museo junto a su archivo personal, con más de 20.000 imágenes entre diapositivas y fotografías. «Están en el mejor lugar posible», se ufana Rodrigo de la Quadra-Salcedo, el hijo mayor de Miguel, que pactó con sus hermanos Sol e Ínigo una donación que el ministro de Cultura, José Guirao juzga «ejemplar».

El Amazonas, mi casa

Rodrigo es el comisario de la muestra, junto a las conservadoras Beatriz Robledo y Clara Aranda. Con los viajes paternos como hilo conductor, se organiza en seis áreas dedicadas a los hitos en la trayectoria del polifacético reportero. Con casi dos centenares de piezas, las hay del Amazonas, –«donde mi padre se sentía en casa»–, del Ártico, La isla de Pascua, China, Borneo, Tíbet o Papúa Nueva Guinea. La fotografía juega un papel crucial, como sus cuadernos de notas, pasaportes y acreditaciones, sus cámaras y pertrechos de deportista y explorador. «La muestra, que quizá itinere por España y América, es solo la punta del iceberg de lo que es la donación», destaca el primogénito del último aventurero.


De La Quadra en uno de sus pioneros reportajes en la Isla de Pascua
De La Quadra en uno de sus pioneros reportajes en la Isla de Pascua / R.C.

Se ocupa también de la Ruta Quetzal, la apasionante aventura formativa que en sus 31 ediciones, entre 1979 y 2016, llevó a más de 10.000 jóvenes de las dos orillas por tierras de América y España. Declarada en 1990 como Programa Cultural de Interés Universal por la Unesco, no se repetirá. «Íñigo y yo decidimos que la Ruta era suya y que no tenía sentido reeditarla sin él. Sería imposible», confirma Rodrigo de la Quadra, que la vivió, gozó y rodó junto a su padre y hermano.


Aborígenes de Papúa Nuava Guinea fotografiados por Miguel de la Quadra
Aborígenes de Papúa Nuava Guinea fotografiados por Miguel de la Quadra / R.C.

«La donación es un ejemplo para que el legado sea de acceso público y anime a otros a tomar el mismo camino en un país poco habituado a ello, lo que hace que algunos archivos y legados no lleguen a los investigadores» agradecía José Guirao la generosidad de la familia.
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 2 de diciembre de 2019.

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