miércoles, 31 de enero de 2018

Los indios que pasean por las nubes

La legendaria fotografía ‘Almuerzo sobre un rascacielos’, de 1932. /Charlie Clyde Ebbets
La legendaria fotografía ‘Almuerzo sobre un rascacielos’, de 1932. / CHARLIE CLYDE EBBETS

Un libro recuerda la historia de los 'mohawk', la tribu que ha levantado los edificios más grandes de EE UU

Álvaro Soto
ÁLVARO SOTOMadrid
Cuando desde Canadá llega a Nueva York una familia 'mohawk', los hombres miran hacia arriba y repiten a sus hijos la misma frase: «Esa torre es de vuestro padre». Generación tras generación, miembros de la tribu han ayudado a levantar los edificios más altos de la ciudad de los rascacielos. El periodista y escritor Michel Moutot descubre la historia de estos indios en 'Las catedrales del cielo' (Grijalbo), un paseo por las alturas y en especial, un recuerdo a las Torres Gemelas, un hito en el que los 'mohawks' jugaron un papel básico.
«La leyenda dice que no tenían vértigo, pero la realidad es más prosaica: tenían vértigo, pero también experiencia», cuenta Moutot. Desde que alzaron los puentes que permitieron circular a los ferrocarriles en Canadá y Estados Unidos a finales del siglo XIX, los 'mohawks' se han acostumbrado a trabajar en las construcciones más difíciles. Entran en las obras con 16 o 17 años, siguiendo el camino de sus familiares, y ahí se hacen un nombre. Así, sus peculiares cascos, con pegatinas de águilas y plumas, reinan en los cielos de la Gran Manzana. «En Nueva York no se construye una torre sin ellos», corrobora el escritor.
Por eso, los atentados del 11-S fueron una herida en el orgullo de todo un pueblo. «En los días siguientes, entre 500 y 600 indios se pusieron a trabajar en las ruinas», recuerda Moutot. Él cubrió los ataques («la noticia más importante desde la Segunda Guerra Mundial», opina) como corresponsal de la agencia AFP en Nueva York y mientras preparaba un reportaje, descubrió a los 'mohawks'.
Los atentados dejaron casi 3.000 muertos y un reguero de historias increíbles. Entre los restos que removieron los 'mohawks' se encontraron treinta obras originales de Rodin, entre ellas un 'Pensador' de bronce, que pertenecían a la compañía de inversiones Cantor Fitgerald, que tenía su sede entre los pisos 101 y 105 de la Torre Norte.
Los 'mohawks' también estuvieron, por supuesto, en los trabajos de la Freedom Tower, que se levanta ahora tan esplendorosa como las Torres Gemelas, pero Bin Laden ha conseguido un triunfo póstumo. «El 75% de quienes trabajaron en el desescombro tienen problemas de salud vinculados al aire que respiraron esos días y el 80% de ellos morirá por esa causa», dice el autor.
Estos «trabajadores del acero» son los obreros mejor pagados de Estados Unidos: 10.000 dólares al mes, más la cobertura sanitaria. Con ese dinero, en Kahnawake, en Quebec (Canadá), en la costa sur del río San Lorenzo, han creado una reserva que rompe con todos los prejuicios de alcohol, abusos y suicidios vinculados a los indios. «Tienen las casas más grandes y los coches más potentes y se sienten orgullosos porque se lo han ganado ellos levantando esos grandes edificios», afirma Moutot. A él un 'mohawk' le contó que su abuelo estaba en la mítica foto de los obreros almorzando en la viga. «Pero Nueva York entero dice que un familiar suyo estaba en esa foto», desmitifica el escritor. «Les pidieron que se pusieran ahí. Fue una foto preparada para dar publicidad a la construcción del Rockefeller Center. Los 'mohawks' decían que ellos preferían descansar sobre cajas».
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Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 31 de enero de 2018. 

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