lunes, 11 de julio de 2011

BASILIO

BASILIO
LA VICTORIA XXXIII.

 Su casa estaba situada al noroeste del barrio. Justo a la espalda de la mía, que daba al sur.  Alto y fuerte, era un veterano del deporte nacional por excelencia de la España de la primera mitad del siglo XX.

Veintitrés trofeos (si estoy bien informado), había acumulado a fuerza de insistencia y sacrificio sagrado durante su dilatada carrera. Había competido con rivales de altura pero él, por su constancia y dedicación llegó a ser reconocido por la alta jerarquía político-deportiva, merecedor de una condecoración.

Fue en El Pardo. Acompañado de un seleccionado grupo de campeones, lo recibió quien hubiese sido el farolillo rojo en aquel tipo de competición: D. Francisco Franco, que en  aquella recepción quiso agradecer el tributo de aquellos “sementales” al engrandecimiento de la miseria en España.

Victoriano Orts Cobos.


(Re)visado el día 24 de marzo de 2016   



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