viernes, 1 de marzo de 2019

El Papa decepciona a las víctimas de abusos




Alessandro Battaglia, víctima de abusos. :: reuters/
Alessandro Battaglia, víctima de abusos. :: reuters 

La cumbre del Vaticano concluye con un anuncio de 'tolerancia cero' que para los supervivientes es «credibilidad cero»

DARÍO MENOR
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La conferencia sobre pederastia eclesial celebrada en el Vaticano en los últimos cuatro días, una cita inédita en la Iglesia católica que había generado enormes expectativas, concluyó ayer con una declaración del Papa que supo a poco y que provocó indignación en las asociaciones de víctimas de sacerdotes y religiosos abusadores. Esperaban una retahíla de medidas concretas, pero se encontraron con una declaración de intenciones que recuerda que la mayor parte de los abusos se dan en las familias y enmarca este problema en un contexto social más amplio. Francisco les presentó a las Iglesias locales ocho directrices a seguir partiendo de pautas «ya en vigor a nivel internacional y a nivel eclesial». Entre ellas destaca el compromiso de llevar ante la Justicia «a cualquiera que haya cometido tales crímenes».
No es algo nuevo, pues ya lo planteó el pasado mes de diciembre durante su discurso a los miembros de la Curia romana. Queda ahora en manos de los presidentes de los episcopados, patriarcas de las Iglesias orientales y superiores de las congregaciones religiosas que esas normas se cumplan y la comunidad católica ponga fin a décadas de encubrimiento y negación del problema.



OCHO PUNTOS PARA PREVENIR NUEVOS CASOS

1
Cambiar la mentalidad para combatir la actitud defensiva-reaccionaria de salvaguardar la Iglesia.
La protección de los menores.
Cambiar la mentalidad para combatir la actitud defensiva-reaccionaria de salvaguardar la Iglesia.
2
La Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes y nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso.
Seriedad impecable.
La Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes y nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso.
3
Transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este flagelo y jamás caer en la trampa de acusar a los otros.
Una verdadera purificación.
Transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este flagelo y jamás caer en la trampa de acusar a los otros.
4
La exigencia de la selección y de la formación de los candidatos.
La formación.
La exigencia de la selección y de la formación de los candidatos.
5
Aplicación de parámetros que tengan valor de normas y no solo de orientación, y que ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado.
Reforzar y verificar las directrices de las Conferencias Episcopales.
Aplicación de parámetros que tengan valor de normas y no solo de orientación, y que ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado.
6
La Iglesia tiene el deber de ofrecerles todo el apoyo necesario, valiéndose de expertos en esta materia.
Acompañar a las personas abusadas.
La Iglesia tiene el deber de ofrecerles todo el apoyo necesario, valiéndose de expertos en esta materia.
7
La protección de los menores debe tener en cuenta las nuevas formas de abuso sexual. Que en las normas jurídicas vaticanas aprobadas en 2010 -donde fueron añadidos como nuevos casos de delitos la adquisición, la retención o divulgación de material pornográfico- se eleve la de edad inferior a 14 años.
El mundo digital.
La protección de los menores debe tener en cuenta las nuevas formas de abuso sexual. Que en las normas jurídicas vaticanas aprobadas en 2010 -donde fueron añadidos como nuevos casos de delitos la adquisición, la retención o divulgación de material pornográfico- se eleve la de edad inferior a 14 años.
8
Se necesita la acción represiva judicial, pero también el apoyo y proyectos de reinserción de las víctimas de dicho fenómeno criminal.
El turismo sexual.
Se necesita la acción represiva judicial, pero también el apoyo y proyectos de reinserción de las víctimas de dicho fenómeno criminal.

En su mensaje al final de la misa celebrada en la Sala Regia del Palacio Apostólico con la que se clausuró la cumbre, Francisco echó mano de las estadísticas para recordar que el ejemplo más habitual de esta lacra tiene como protagonista a una niña que sufre abusos por parte de un varón que es familiar suyo directo.

«Grave y escandalosa»

Luego centró el foco en la pederastia eclesial. «La inhumanidad del fenómeno a escala mundial es todavía más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética», reconoció. El Pontífice pidió a los 190 presidentes de episcopados y miembros de la alta jerarquía eclesiástica que participaron en el simposio que afronten con «mayor seriedad» el problema, recordándoles el «deber de escuchar atentamente el sofocado grito» de las víctimas.
Insistió Bergoglio en que la «misión» de la Iglesia es proteger a los niños de los «lobos voraces». Su objetivo debe ser «escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados, explotados y olvidados, allí donde se encuentren» por encima de cualquier «polémica ideológica o periodística».
Las asociaciones de supervivientes de sacerdotes y religiosos pederastas, que han planteado una suerte de 'cumbre paralela' estos días en Roma con continuas protestas en las calles, se tomaron como un insulto la alocución de Bergoglio. «El Papa ha dado un guantazo a las víctimas», lamentó el español Miguel Hurtado, fundador de la asociación Infancia Robada.
«Se ha pasado la mitad del discurso hablando de abusos fuera de la Iglesia, pero las decenas de víctimas que hemos venido a Roma esta semana hemos sido abusados dentro de la Iglesia por sacerdotes católicos, por monjes católicos, por maestros católicos», dijo. Hurtado consideró «muy genéricos» los ocho puntos detallados por el Pontífice para atajar esta lacra y criticó algunas ausencias del discurso, como la expulsión de los obispos encubridores, la necesaria indemnización económica a las víctimas o la obligación de entregar los archivos sobre abusos a las autoridades.
El pasado sábado el influyente cardenal alemán Reinhard Marx, consejero directo del Papa, reconoció la destrucción por parte de la Iglesia de algunos archivos relativos a casos de pederastia, que «hubieran podido documentar estos actos terribles e indicar el nombre de los responsables».
Francesco Zanardi, fundador de la asociación de supervivientes italiana Rete L'Abuso, se mostró igual de desilusionado por el resultado de la cumbre. «Esperábamos mucho más», dijo, lamentando la falta de procedimientos concretos. «La Iglesia se está aún interrogando por el problema, ¿pero cómo puede ser después de tantos años? Las ocho medidas son frases hechas. Ya se sabe que hay que proteger a los niños».
Zanardi consideró que «la campaña de 'tolerancia cero' frente a los abusos presentada por el Vaticano ha acabado convirtiéndose con este encuentro en una campaña de 'credibilidad cero'» para la institución. «El discurso final del Papa no vale para nada», sentenció.
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Condenan al cardenal Pell por pederastia


Benedicto XVI mira al cardenal australiano George Pell durante la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Sídney en 2008. :: reuters/
Benedicto XVI mira al cardenal australiano George Pell durante la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Sídney en 2008. :: reuters 

El purpurado australiano, número tres de la Santa Sede, habría violado en 1996 a dos chicos de 13 años del coro de la catedral de Melbourne

DARÍO MENOR
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Sólo dos días después del final de la cumbre sobre protección de menores en la Iglesia católica, el Vaticano se vio ayer sacudido de lleno por el escándalo de la pederastia con la condena en primera instancia al cardenal australiano George Pell, uno de los hombres de máxima confianza del papa Francisco, por cinco cargos de abuso sexual cometidos entre 1996 y 1997 con dos muchachos de 13 años. El veredicto fue emitido de forma unánime por los doce miembros del jurado de un tribunal del Estado australiano de Victoria el pasado 11 de diciembre, aunque la justicia prohibió informar de él para no interferir en otro juicio sobre posibles abusos en que estaba implicado el cardenal.
La retirada de los cargos por parte de la acusación propició que ayer fuera publicada oficialmente la condena. Pell se declaró inocente y anunció por medio de su abogado que apelará la condena, aunque es probable que hoy mismo acabe en prisión. Se espera que no sea hasta el mes que viene cuando se conozca la pena: pueden caerle hasta 50 años de cárcel, diez por cada uno de los cargos.
Pell, de 77 años, es el más alto miembro de la jerarquía eclesiástica en recibir una condena por pederastia. Hasta junio de 2017, cuando el Papa le concedió una excedencia para volver a Australia para defenderse ante la justicia, ejerció el cargo de prefecto de la Secretaría para la Economía, lo que le convirtió en la práctica en el número tres de la Curia romana. En principio habría cesado del puesto el pasado domingo, cuando se cumplieron los cinco años de su mandato sin que Francisco manifestara su deseo de que continuara, aunque el Vaticano no lo confirmó oficialmente. Pell era además miembro del Consejo de Cardenales. Sólo el pasado diciembre, pocos días después de que llegaran las primeras informaciones de la condena por pederastia, la Santa Sede informó que abandonaba este grupo de purpurados que asesoran al Pontífice en el gobierno y en la reforma de la Iglesia católica. El Vaticano adujo entonces razones de edad.
La sentencia de condena a Pell considera probado que el eclesiástico cometió actos pederastas con dos miembros del coro de la catedral de San Patricio de Melbourne después de oficiar misa un domingo de finales de diciembre de 1996. Los dos chicos se escaparon de su grupo y entraron en la sacristía del templo, un lugar prohibido para ellos, donde probaron el vino utilizado para la liturgia. Cuando les descubrió Pell, que entonces tenía 55 años y hacía pocos meses que había sido nombrado arzobispo de Melbourne, les dijo que se habían metido en un buen lío.

El relato de una víctima

Según el testimonio de uno de los chicos, el eclesiástico les obligó primero a practicarles sexo oral y luego a que uno de ellos le masturbara mientras le acariciaba. Un par de meses después de este primer episodio, vejó nuevamente a uno de los dos muchachos al encontrárselo por los pasillos tras la celebración de la Eucaristía dominical. Sólo una de las víctimas presentó denuncia. La otra murió a causa de una sobredosis de heroína en 2014.
La confirmación de la condena a Pell fue considerada una noticia «dolorosa» por la Santa Sede, según comentó su portavoz interino, Alessandro Gisotti, quien reconoció que el caso «sacude las conciencias de muchas personas, no sólo en Australia». Gisotti confirmó que el Papa mantiene a las medidas cautelares sobre Pell que ya estaban en vigor, aunque no se habían dado a conocer hasta ayer.
Se le prohibe el ejercicio público del ministerio sacerdotal y tener cualquier contacto con menores de edad. La Congregación para la Doctrina de la Fe, según ha sabido este diario, no ha abierto un proceso canónico al cardenal australiano y está a la espera de saber cuál será la decisión del juez del tribunal de apelación. En caso de que se confirme la sentencia, Pell podría ser expulsado del Colegio Cardenalicio y del sacerdocio, la pena más dura para un eclesiástico.
En Roma hay esperanzas de que el veredicto en segunda instancia no coincida con el que se dio a conocer ayer, pues no hay testigos de los abusos y se considera inverosímil que pudieran tener lugar poco después de la misa dominical en la sacristía de una catedral, un lugar que por lo general suele estar muy concurrido en esas ocasiones.
Publicado en Diario SUR.
Copiado/pegado de Internet por Victoriano Orts Cobos.
Málaga 01 de marzo de 2019.

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