LA VICTORIA XLIII/1
Me
disponía a clausurar los relatos de LA VICTORIA, que ascienden a 43, incluidos
un plano de POCATORTA y un poema prestado, cuando de las grutas de mis
recuerdos de la niñez surge un pensamiento que ha estado más de 60 años
condenado (según él) a la cadena perpetua del olvido, y que me pide, con tanta
humildad como firmeza, lo libere de ese castigo que él cree no merecer.
Ha
irrumpido espontáneo, sin previo aviso, quemante, ardiente como el magma que
eructa un volcán en plena actividad.
Es
la música pegadiza de una canción que por más que lo intento no recuerdo en
absoluto cuándo la aprendí, ni quien me la enseñó, aunque por su mensaje creo
que tuve que aprenderla en el colegio (escuela, como le llamábamos en La
Victoria) y que el causante de su difusión debió ser el viaje que hicimos los
alumnos con D. José, a Córdoba en una excursión organizada por él, de la que
recuerdo que visitamos La Mezquita, una judería y la emisora de radio en la que
uno de los alumnos (creo que fue Isidoro, el hijo de Pepita la del Cura) recitó
un poema, que por el contenido de la letra de esta canción, que desde hace días
me acosa, posiblemente su mensaje es el que Isidoro lanzó a las ondas.
Sólo vienen a mi mente algunos versos sueltos y otros pocos incompletos. Analizando
su cadencia y su rima, deduzco que debe tratarse de un himno a Córdoba, estructurado en
decasílabos.
He decidido hacerle justicia y rescatarlo del
olvido pero el problema es que no puedo memorizarlo en su totalidad como sería
mi deseo, pues mi cerebro por más que lo exprimo no da más de sí.
A
través de Google he navegado por Internet tratando de localizarlo, pero no hay
manera de encontrarlo. Aparecen cantidad de himnos al Córdoba Club de
Fútbol, pero ni uno sólo a Córdoba.
Rendido
ante tanta insistencia obsesiva del recuerdo, lo imprimo fragmentado, tal como mi mente me lo presenta, con la
esperanza de que alguien sepa, o dé con el libro de
poemas que contenga la totalidad de sus versos y el nombre del autor. Sería una
gran satisfacción para mí.
*****
Si el mundo aleve borrara un día
l a larga historia de mi nación,
Córdoba sola recordaría
los claros timbres de su blasón.
Aquí su orgullo dejó el ibero,
El genio lírico puso su amor.
Trajo el romano su afán guerrero,
…?
Son de estos muros sus titulares,
y de sus hijos legión galana,
ilustra libros y puebla altares.
La tierra en frutos es un tesoro,
aquí es eterna la primavera,
dan los naranjos sus pomas de oro,
junto a los arcos de las palmeras.
...?
*****
Hasta aquí el recuerdo de este Himno fragmentado que me persigue y que no sé hasta dónde me acompañará.
Victoriano
Orts Cobos.
(Re)visado
el día 27 de marzo de 2016.
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