LA VICTORIA XXI.
A mi padre, si quería alguien encontrarlo en
La Victoria, si tenía dinero, lo más sensato era buscarlo en la taberna. Había
más, pero él tenía preferencia por tres: la de Juan de Dios, que hacía esquina
con la calle central y la plaza, justo al lado del Ayuntamiento (tenía entrada
por los dos sitios). La de Miguelito, que estaba en la misma vía y acera en la
parte alta del pueblo, y la tercera era la de Malaguita o Cuatro vientos, que
estaba situada en la acera de enfrente, en la parte baja, al lado de la
barbería y frente a la calle que bajaba hacia Pocatorta.
Cuando no tenía dinero, que era casi siempre,
se sentaba en la puerta de la barbería. Allí lo veía yo con relativa frecuencia
leyendo el diario ABC.
Este recuerdo me hace pensar, ¿Quién compraba
aquel periódico en el pueblo? Estoy seguro que la economía del barbero no le
daba para ese tipo de lujos. En ese caso, ¿cómo llegaba hasta él? Mi
imaginación me lleva a la conclusión, no
sé si errónea, de que el diario podría ir
dirigido al Ayuntamiento y después, por
algún motivo de amistad terminara en la barbería y que por ello se beneficiara
también mi padre.
Conjeturas aparte, lo que sí es verdad es que
mi padre fue la única persona a la que vi en La Victoria leyendo un periódico.
Victoriano Orts Cobos.
(Re)visado el día 21 de marzo de 2016.
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