domingo, 12 de junio de 2011

EL VASO IRROMPIBLE

EL VASO IRROMPIBLE

LA VICTORIA XXIII.

Visitaba con frecuencia a mi compañero de clase y pupitre, Pepe Gálvez, hijo de “Pepita la de La tienda”.

Al salir de su casa por la puerta de la tienda, él, solía correr hacia los tarros de cristal de boca redonda y ancha. Metía la mano y cogía un puñado de caramelos.

¡“Madre mía”! Me decía yo mentalmente. ¡Quien fuera hijo de una madre que tuviera una tienda!

Un día de los que le acompañaba presencié algo que me impresionó admirativamente.
Un representante que pretendía venderles unos vasos de cristal irrompibles (algo desconocido para mí) cogió uno y lo lanzó al suelo.  El vaso, como si de un bailarín se tratara saltó varias veces, y terminado el baile se paró intacto.

¡Qué maravilla! Yo nunca había visto cosa igual. ¡Un vaso de cristal, irrompible!
 
Aquel invento podía figurar entre los que el gitano Melquiades presentaba en el poblado de Macondo, (donde todo estaba por descubrir) de la novela de Gabriel García Márquez, “100 años de Soledad”.

Lamentablemente, en los años 40 del siglo pasado, España no tenía nada que envidiar en primitivismo al poblado de Macondo.

Victoriano Orts Cobos.

(Re)visado el día 21 de marzo de 2016.




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