LA VICTORIA XVI
Mi
hermana Dulce se casó joven. La conquistó un feriante turronero de Aguilar de la
Frontera, y, cuando yo nací le faltaban cuatro meses para parir a su primer
hijo, Manolo.
Un
año después que Manolo nació Victoriana (Nani) y un año más tarde vino al mundo
otro niño que vivió sólo unos meses después.
Iban
tan deprisa en su feria, que confundieron el camino y al llegar a una bifurcación
cada uno tiró por una vereda distinta.
Aunque
no parió la abuela, mi madre tuvo que hacerse cargo de los dos nietos, pues mi
hermana se marchó: Primero a La Rambla y después a Málaga a servir de criada
interna.
Mi
madre crió a sus dos nietos como a dos hijos más y para mí fueron como dos hermanos
menores. En el colegio, y por supuesto, en el pueblo, nos nombraban con el
apodo de “Jaimito grande,” yo, y “Jaimito chico,” él, por mi padre que se
llamaba Jaime.
Mi
hermano Manolo se vino a Málaga y también Nani a la que mis hijos le llaman
tita.
Con veinticinco años, cuando viajaba de Málaga
a La Victoria en una moto Lambreta que se había comprado unos meses antes y que
estaba pagando a plazos, a la altura de Montilla, MANOLO tuvo un accidente que le costó
la vida.
Para
trasladar el féretro a Málaga en aquel tiempo, (años sesenta) había que pagar
un impuesto por cada municipio o
parroquia por el que pasaba el féretro.
Los
restos mortales de mi hermano Manolo reposan en el cementerio de Montilla.
Victoriano Orts Cobos.
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(Re)visado
el día 20 de marzo de 2016.
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