LA VICTORIA XV.
Había
otra panadería en el pueblo. Le llamaban la fábrica y estaba también en la calle central. Al final. En la parte baja.
Nunca la visité. Mi madre siempre compraba en la panadería de Salud. Salud ya
era mayor y la panadería en aquella época
regentaban su hijo y su nuera.
Mi
madre me mandaba muchas veces a por el pan. Algunas sin dinero (fiado) y me recibía
la nuera de Salud. Siento en el alma el no recordar su nombre. Era una mujer
encantadora, súper agradable. Siempre me atendía con una sonrisa y nunca me
negó el pan fiado. Al lado de la panadería estaba la tienda de Vicente. De este
hombre recuerdo la habilidad que tenía para envolver los alimentos. No había
bolsas ni paquetes en aquel tiempo. Todo se envolvía en papel ¿estraza? Eran
unos folios grandes de papel basto, amarillento-pajizo. Ponía el papel sobre la
bandeja del peso, echaba el producto en el centro y una vez pesado cogía el
papel hábilmente, con cuidado por la mitad, por los dos extremos y los iba doblando
uniéndolos poco a poco hacia arriba hasta el final, quedando totalmente pegados
de manera casi hermética.
Frente
a la panadería y la tienda de comestibles había una tienda de quincalla. Allí no
entré yo nunca. Allí no había comida. Mi madre seguro que sí entró. Había muchos
calcetines y medias que zurcir y mucha ropa vieja que remendar.
Victoriano
Orts Cobos.
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(Re)visado
el día 19 de marzo de 2016.
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