LA VICTORIA XIX.
¿Pequeños?... Bueno, quizás el adjetivo
no sea el más apropiado, pues su estatura estaba dentro de los parámetros de la
normalidad, o quizás la superaban, ya que estaban mejor alimentados que
nosotros. ¿Modestos?... Tampoco les cuadraba dicho calificativo, pues su
actitud hacia su entorno era muy distinta. Por lo tanto, mejor será “no meneallo”.
Los
terrenos que rodeaban el barrio pertenecían a tres o cuatro agricultores que cuidaban cada uno su pequeña parcela con
el máximo esmero en agradecimiento a ese
pequeño tesoro que les libraba de tener que trabajar para los caciques.
Estos
propietarios conocían no sólo el número de olivos que poseían. Eso era fácil, si
no el número de aceitunas y espigas que producían sus campos.
También
nosotros lo sabíamos y a pesar de la necesidad reinante, no recuerdo que ningún
vecino tuviese nunca algún problema con ellos.
Es
cierto que nos llevábamos bien con ellos, pero, aunque en el escalafón económico
estaban más cerca de nosotros que de los caciques, (en el cultural no había diferencia;
todos éramos iguales), en su trato diario se comportaban con aires de
superioridad. Cosa nada anormal en la mentalidad humana. Salvo estos pequeños
detalles, en el fondo eran buenas personas.
Victoriano
Orts Cobos.
(Re)visado
el día 20 de marzo de 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario